Capítulo
Catorce
Miedo
Escrito por Dark Juliet
Madison caminaba sin prestar atención a nada,
era de las pocas veces en que se encontraba sola. Desde que les había contado a
sus amigos lo que podía hacer, ellos prácticamente se habían convertido en su
sombra. Sonrió al recordar como la protegían cuando era ella con el poder de
ayudarlos.
El plan de Damian era fácil en apariencia, con
la ayuda de Merixtell y de Edgar sería casi nada. La vio caminar tranquilamente
y le molesto a sobremanera, era tiempo de experimentar con la teoría con la que
contaba.
Según los estudios de Damian, las gemelas
alcanzarían su momento cúspide de poder a la edad de veintiún años. Meritxell
iba por buen camino al no retenerse en ningún sentido, pero la incapacidad de
Madison a mantener relación con la gente, ya fuera sentimental o sexual, hacía
que su poder estuviera casi inhabilitado. Él le ayudaría a mantener una
relación de cualquier índole.
Madison de pronto se detuvo, sintió una
energía extraña recorriéndola congelándola en su sitio, volteó rápidamente y
alcanzó a ver quién era el causante de su parálisis. Era Edgar, su consejero.
Él se colocó delante de ella, tenía una ceja levantada y una sonrisa maliciosa
en su boca.
—Hola mi pequeño desafío…¿Cómo has estado?
Madison notó que no podía hablar, vio con
horror como la mano de Edgar se acercaba a su cuello, deslizaba uno de sus
dedos de arriba abajo por el cuello llegando a su clavícula.
—¿Sigues odiando que te toquen? —Edgar bajó un
poco más con su caricia— eso es malo mi desafío, el no poder tocarte debe de
afectar a mucha gente…
Madison trataba desesperadamente de mover
cualquier parte de su cuerpo, no importaba cual fuera aunque ella prefería una
pierna o un brazo para poder golpearlo. Sabía que el poder que la tenía como
estatua viviente no provenía de Edgar, esa era su hermana. Darse cuenta de ese
hecho hizo que reuniera el coraje que necesitaba para salir de ese trance de
adorno de pasillo.
Edgar, Damian y Meritxell vieron con horror
como se zafaba de la pequeña dosis de poder.
—No creo que a nadie le importe tocarme, a
menos que quieran tener un futuro negro como la ropa que llevo… dile a los que
te mandaron que ya no soy la misma idiota de siempre… jamás me vuelvas a tocar
o lo que le pasó a Damian será cosa de nada a lo que te haré a ti…
Después de la amenaza, Madison siguió su
camino. Damian y Meritxell se reunieron con Edgar.
—Esa gata esta empezando a usar sus garras
muchachos.
—¿Qué vamos hacer? —preguntó Maritxell con
ansiedad— no puedo creer que tenga ese poder tan controlado.
—Debe haber una forma de atraerla para tenerla
sujeta al momento del eclipse, no debe estar afuera, la luna le daría la fuerza
necesaria para derrotarte antes de que cumplan la edad requerida —dijo Damian
con los ojos entrecerrados.
—Tal vez si usamos a sus amigos… —dijo Edgar
sonriendo— últimamente están tan cerca de ella que no puedes diferenciar quien
es quien…
A Maritxell una voz interior le decía que eso
no era lo correcto, pero sus ansias por obtener a Damian y el miedo de que su
hermana tuviera más poder que ella o que incluso pudiera llegar a pensar en
herirla… eran más fuertes.
La voz interior fue silenciada en cuanto vio
las miradas llenas de deseo de ambos hombres, no tenía muy claro de por cual
hermana lo sentían pero eso no le importaba, ella estaba con ellos y solo
Calliope podía usarlos.
Madison llegó rápidamente a donde sabía que
encontraría a sus amigos, pero en el lugar solo estaba Carter. Ella le miro con
desconfianza mientras él se ponía de pie.
—Madison…
Ella levantó una ceja interrogándole sin
palabras, desde que él la hubiera rechazado simplemente ella no se le acercaba.
—Pensé que encontraría aquí a Drew… es que… él
es mi amigo… y como últimamente…
Carter se maldijo, no entendía porque le daba
explicaciones ni porque estaba tan nervioso cuando ella aun no había dicho
nada. Madison asintió y se dio media vuelta dispuesta a irse. De pronto Carter
no deseaba que se fuera, aunque no sabía porque, no podía permitirlo.
—¡Espera Madison!
Ella se detuvo pero seguía dándole la espalda.
—¿Sabes dónde esta?
—Drew es mi amigo, no mi sirviente…deberías
buscarlo en la pista…
—¿Tú también lo buscarás?
Madison negó con la cabeza y caminó unos pasos
más, Carter la detuvo sujetándola de un brazo. Ella solo miró la mano que la
sostenía.
—Podemos ir juntos Mady.
—Disculpa Carter pero quiero ver a Alessandro
que seguro estará con Julieta porque tenían cosas que hacer y además no quiero
andar contigo.
Carter se quedó estático mientras Madison
caminaba a la salida, ciertamente era lo menos que esperaba de ella. Pero
seguía sin comprender porque ahora le importaban esas cosas en ese preciso
momento.
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