jueves, 27 de octubre de 2011

Teléfono by Felin



Teléfono


Leevan desde pequeña fue una niña consentida, sus padres le habían cumplido el más mínimo de sus caprichos siempre y a veces no era necesario que con palabras pidiera las cosas con solo verlas o hacer una seña era más que suficiente.

Su recamara más que una habitación de princesa como la tienen casi todas las adolescentes consentidas de se edad, era un poquito diferente ya que en realidad era una mezcla rara entre un cuarto de princesa y algo más moderno, era rosa con una cama enorme con dosel al centro llena de tules y muñecas por todas partes, el brillo en los muebles, en las paredes y hasta en la ropa era indispensable, pero frente a su cama tenía una enorme pantalla plana de 50 pulgadas, a un lado de ella un modular que cualquier chico en su departamento quisiera tener y en una de las esquinas tenía un escritorio donde se encontraba una computadora, una portátil, una tablet, un ipod, dos celulares y todo aquello que la modernidad cibernética nos ha llenado en los últimos tiempos. Su madre que no entendía para que una pequeña de trece años podía utilizar tantas cosas que ella no sabía exactamente como funcionaban no le decía nada, pero para tenerla contenta le compraba todo lo que le pedía y en más de una ocasión ya le había dicho que a su edad ella era feliz con una muñeca o quizá dos, Leevan sin decirle nada la volteaba a ver con una de esas miradas que decían no sean anticuada madre y la ignoraba.

A Leevan nadie la podía controlar, ni sus padres, abuelos, profesores, la nana, ni sus amigas; a sus escasos trece años ya la habían querido expulsar más de dos veces del instituto privado al que acudía, pero gracias a que sus padres habían decido dar una donación desinteresada habían pasado por alto sus faltas y ella continuaba igual que siempre.

Una noche, sus padres recibieron la invitación de una embajada a una gala de ballet, ellos por un momento dudaron si acudir o no ya que la invitación era solo para dos personas y si ella lo deseaba haría tremendo berrinche si es que deseaba ir, pero por suerte para ellos no lo hizo, tan solo se limitó a decir que como ya que no iban a estar la mayor parte de la noche quería hacer una pijamada con sus cuatro mejores amigas, que la palabra correcta de amigas debería de ser algo así como sumisas, ya que siempre que ella abría la boca la complacían siempre que podían, lo que dijera ella es lo que se termina diciendo y haciendo siempre.

La noche de la gala llegó y sus amigas, Laurence, Darleen, Mariam y Kayla llegaron con ella desde la tarde después del colegio, una vez que comieron subieron a la habitación a jugar un rato la computadora, pero al poco rato se aburrieron y comenzaron a jugar verdad o reto pero como adolescentes y no como niñas con preguntas sosas y los retos iban desde hacer un baile erótico a alguna de ellas, besarlas incluso acariciarlas de una forma muy amistosa, las chicas a veces se preguntaban para quien era el castigo, pero como le tenían miedo a Leevan no le dijeron nada al respecto a acataban sus instrucciones y aunque en un principio se divirtieron llegó el momento en que a Leevan se aburrió y dijo que los retos eran muy sosos y había que ponerle un poco de sabor al asunto, como ya estaban solas desde hace un rato ya que le habían pedido de una manera nada grata a la nana que se fuera de la habitación, Leevan les dijo a las chicas que bajaran al estudio de su padre y que buscaran su agenda, que harían unas bromitas telefónicas.

Unos minutos después las cuatro chicas subieron con un directorio telefónico y la agenda de su padre entre las manos, comenzaron a buscar primero en el directorio algunos apellidos que se les hicieran chistosos y pensar que bobada les harían pasar.

Para que no quedara registro de las llamadas utilizaron el celular de Leevan que tenía bloqueada esa opción.

La primera llamada la hizo Kayla a la familia Gallo e hizo una pregunta que si la señora gallina ponía diario huevos; después fue Laurence que por indicaciones de Leevan le pregunto a la señora Espirito que si los cazafantasmas ya la habían ido a visitar; Mariam al señor Espositos le dijo que si tanto él como si su esposa estaban muy chiquitos; Darleen al señora Calvo le dijo que si estaba el señor calvo entonces ya no tenía que preocuparse por tener que comprar shampú; y así continuaron durante más de una hora llamando a la familia Vizconde, Castillo, Fuego, Vergara y con muchas familias más, cuando ya no encontraron que más decirles según el apellido o nombre, comenzaron a hacer llamadas al azar solo para ser una broma rápida colgar y reírse a carcajadas, pasaron una hora más así.

Cuando Leevan le iba a hacer una llamada a una compañera del colegio que es la matadita del salón cogió su celular y decía que el saldo de la linea se había agotado, no le quedó de otra que tomar el teléfono de la casa cuando le descolgó le llamó la atención que la linea estuviera ocupada, ya que esa linea era exclusiva para la familia, la gente de servicio incluyendo la nana sabían que tenían prohibido usar ese teléfono para el uso de ellos había un numero diferente, por más que preguntó quien se encontraba en el teléfono no escuchó nada más que musica clásica en el fondo, soltó una pequeña risa nerviosa ya que en casa no había nadie más y colgó el teléfono tratando de ignorar lo que acababa de pasar.

Por un segundo se le olvidó que era lo que iba a hacer, cuando lo hizo un segundo antes de que tomara el teléfono este sonó y las cinco chicas dieron un pequeño grito y comenzaron a reír. Leevan con la voz más tranquila que pudo contesto preguntando quien era y nadie le respondió, solo escuchaba musica clásica en el fondo, por un momento creyó que eran sus padres que le estaban hablando desde le ballet, pero por más que preguntaba para que le contestaran no tuvo respuesta y un par de minutos después le colgaron.

Las cinco chicas no quisieron hacer caso a la llamada y querían seguir haciendo llamadas para reírse un rato más. Pero nuevamente al levantar el teléfono de la casa para hacer la llamada la linea estaba de nuevo ocupada, pero esta ocasión no había musica solo la respiración de alguien, Leevan armándose de valor comenzó a decir que eso no era gracioso preguntaba que quién era, pero nadie le respondía y colgaron el teléfono.

Tratando de ignorar esto, Mariam fue la que tomó de nuevo el teléfono y antes de que pudiera escuchar el tono de la linea este sonó inesperadamente lo cual hizo que lo soltara y cayera al suelo mientras seguía sonando el timbre, Darleen fe la que se animó a contestar, lo levantó del suelo y antes de decir algo escuchó una de las carcajadas más frías que hubiera escuchado en su vida de esas que hacen que todos los vellos de la piel se pongan en punta y un escalofrío recorra la columna vertebral, sin decir nada comenzó a llorar. Sus amigas le preguntaban que que le pasa y ella titubeante comenzó a contarles como se había sentido al escuchar esa carcajada, cuando en ese instante el celular de Leevan y dos más comenzaron a sonar, las chicas sin decir nada las tres ignoraron las llamadas al ser un numero desconocido.

Poco a poco se empezaban a poner nerviosas, pero no lo querían demostrar así que para distraerse Kayla propuso poner una película y que prepararan unas palomitas y no teniendo otra cosa mejor que hacer bajaron a la parte baja de la casa para preparase.. Minutos mas tarde estaban en la cocina haciendo la botana entre risas y empezando a llevar las cosas a la sala que es donde está la pantalla más grande de la casa, y como aún según nerviosas cuando sonó de nuevo el teléfono y dudaron un poco en contestar.

Laurence al ser la más seria de las cinco trató de tranquilizar a sus amigas y les dijo que no se preocuparan que probablemente no era nadie y contesto, se quedó en silencio sin decir nada y unos segundos más tarde solo abrió los ojos como platos, sabía que alguien las estaba espiando porque le preguntaron que si solo iban a comer palomitas y refrescos; sus amigas al ver su rostro le empezaron a preguntar que que paso y entre balbuceos logró decir— Alguien nos está vigilando. —Y soltó el teléfono que cayó al suelo rompiéndose.

Algunas comenzaron a llorar otras a reírse de los nervios y en un segundo la casa quedó a obscuras, se había ido la luz en toda la casa, las cinco chicas comenzaron a gritar histéricas.

Se escuchaban ruidos por todas partes, parecía que tanto las ventanas como las puertas las querían abrir y comenzaban a caer cosas de todos lados, Laurence, Mariam, Darleen, Kayla y Leevan solo se abrazaban y lloraban a gritos.

Tan solo cinco minutos después la luz y el silencio regresó.

Nadie sabía lo que había pasado y ni querían investigarlo, cuando estaban poniéndose de pie y comenzaban a limpiarse la cara fue cunado al mismo tiempo sonaron siete timbres diferentes en la casa. Cinco teléfonos en total fueron contestados con miedo y lo único que se escuchaba eran risas del otro lado.

Esa noche fue la ultima vez que Darleen, kayla, Laurence, Mariam y Leevan hicieron una pijamada, pero sobre todo fue la ultima vez que se burlaron de las personas por teléfono.

Ya más tranquilas sin decir nada subieron a la habitación de Leevan por sus cosas para dormir, pero como nadie quería estar sola en especial esa noche, como pudieron las cinco chicas se acomodaron en la cama de Leevan que aunque era grande con trabajo podían estar las cinco ahí, pero nadie quería alejarse de las demás.

Cuando Darleen que era la ultima en acomodarse en la cama se dio cuenta que la portátil estaba prendida, se acercó para cerrarla y hasta ese momento se dio cuenta que había un mensaje con letras grandes y rojas en la pantalla:

¿DIVERTIDO NO?




fin

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