Un Amor... ¿Correspondido?
Por Felin
Byron
entra azotando la puerta detrás suyo sin darse cuenta que la pequeña
sala de descanso no estaba sola, había dado tan solo unos pasos
cuando decidió que no quería ser molestado por nadie, así que
regresó lo poco que había avanzado y puso el pasador a la puerta,
dejó la luz apagada apenas comenzaba a oscurecer y no tenía ganas
de nada ni siquiera de escuchar sus pensamientos, estaba tan molesto,
aunque en realidad estaba confundido, había estado toda la tarde con
Camilo y por más que quería complacerlo es que no sabía como
hacerlo, pensaba que no era coherente con lo que pedía... que nadie
era coherente en realidad, mientras trataba de tranquilizarse, se
dejó caer en uno de los sillones que se encuentran pegados a la
pared frente a un ventanal enorme en donde puede ver permanentemente
la ciudad que comienza a llenarse de luz.
—Es
que por más que quiero entenderlos no puedo —Byron repetía en un
susurro una y otra vez ya un poco desesperado— yo no se para que
hacen que nosotros trabajemos en vano si al final ellos...
Queralt
oculta tras las sombras, se encontraba en uno de los sillones de una
de las esquinas tomando una pequeña siesta, ya que al igual que
Byron había tenido un día largo y lo único que deseaba era estar
sola y descansar un poco, pero en cuanto escuchó el portazo y las
lamentaciones de su amigo, por un momento quiso desaparecer y dejarlo
solo pero le pareció más divertido observarlo, verlo hacer gestos,
ademanes y demás movimientos nada naturales para cualquier ser.
—Pero
no seas tan exagerado... —decía Queralt mientras se acercaba a él
saliendo de su rincón y acercándose a él quizá para darle un
abrazo, que al parecer lo necesitaba— no es que trabajemos en
vano... aunque ellos no lo saben son sumamente agradecidos con lo que
hacemos por ellos...
—Pero
que demonios... —Byron se sobresaltó a ver que no se encontraba
solo y que Queralt salía con una gran sonrisa en los labios que sabe
que lo más probable sea debido al espectáculo que ha visto en los
últimos minutos, respiró profundo y le respondió lo más tranquilo
que pudo— pues será a ti... porque lo que es a mí parece que las
cosas no me salen nunca bien y...
—Creo
que estás dejando que el estrés te gane y... —Queralt toma
asiento junto a él y comienza a besarle lentamente el cuello con
pequeños mordiscos mientras que con la otra mano le está
desabrochando la camisa y empieza a dibujar con su dedo índice
pequeños círculos mientras recorre lentamente el pecho de Byron
jugueteando coquetamente con cualquier pelito que se le atravesara en
el camino hacia lo que ella considera el paraíso— lo único que
necesitas es relajarte un poco y veras que las cosas... —decía
entrecortadamente mientras continuaba besándolo y prestaba atención
a su pezón izquierdo mientras que con la otra mano recorría el
contorno de su ombligo— mañana las verás con otros ojos y...
—ahora besaba su pezón derecho— tu y yo podemos pasar un rato
agradable sin complicacio...
—Queralt...
—decía con dificultad, su ritmo cardiaco comenzaba a acelerarse lo
que le dificultaba poder respirar normalmente— sabes que me...
—después de un pequeño mordisco que recibió en su pezón soltó
un débil gemido que quiso contener pero no pudo— s-sabes que m-me
encanta estar contigo... pero Ariel es mi amig... ¡Aaaghhh! — no
pudo contenerse ante los espasmos que estaba sintiendo recorrer como
una descarga eléctrica que recorría todo su cuerpo— e-es mi amigo
y no creo que...
—Ariel
no está aquí ahora —Queralt le contestaba con una sonrisa en los
labios, tan solo deteniendo sus besos y despegando su lengua del
abdomen de Byron unos segundos para verlo a los ojos— además
digamos, mmmm... estamos en un break donde...
—¿Me
estas diciendo que han decidido en ver a otras personas? —decía
Byron un poco sorprendido ya que conocía de sobra el carácter de
Ariel, lo celoso que podía llegar a ser— eso es un poco difícil
de...
—Sabes
que su... machismo no dejaría que algo así pasara, él... —siguió
besando alrededor de su ombligo mientras que con ambas manos
comenzaba a desabrocharle el pantalón y una mano inquieta se
introducía entre los pliegues de la tela para poder poner más
cómodo a Byron..
—Queralt...
—cada vez con más trabajo podía contenerse, sabía que si ella
seguía haciendo esos movimientos no duraría demasiado, desde hace
mucho tiempo que no ha tenido relaciones, y no es por cuestión de
que no tenga con quien, sino que la persona con que él quisiera
estar estaba fuera de su alcance— Qu-queralt si no te detienes un
momento y-yo —comenzaba a decir cuando empezó a sentir que una
carga eléctrica le recorría toda su espina dorsal.
—No,
no, ni creas que vas a terminar sin que yo haya comenzado —le decía
mientras retiraba la mano de su entrepierna— creeme no eres el
único que necesita esto... —aunque sabe que sus palabras no fueron
escuchadas, ya que fueron enterradas bajo un gemido, que más bien
parecía un gruñido proveniente de la garganta de Byron que tenía
en estos momentos los ojos cerrados mientras tensaba todo su cuerpo—
Queralt... en verdad —comenzaba a decir un poco apenado— si me
das unos minutos para recuperarme yo... —pero Queralt no lo
escuchaba ella se levantaba del sillón con mirada perdida y sin
siquiera voltearlo a ver comenzó a caminar hacia el ventanal que
estaba enfrente de ellos— pero ¿adónde crees que vas?
—Pues
creo que mi trabajo aquí... ha terminado —tan solo había dado un
par de pasos cuando Byron la abrazo por la espalda y comenzó a darle
pequeños besos mezclados con mordidas en el cuello y en los lóbulos
de las orejas, lo que provocaron que a Queralt por unos momentos se
le doblaran las piernas y que sintiera que las fuerzas la abandonaban
unos segundos, esos eran unos de sus puntos débiles y Byron lo sabía
perfectamente.
—Pues
creo que apenas estamos empezando —y sin dejar de abrazarla metió
su mano derecha debajo de la blusa hasta llegar al top de Queralt y
sin nada de cuidado lo bajo desgarrando un poco la tela para poder
liberar sus senos los cuales alternando la mano fue acariciando
primero lentamente cada uno y poco a poco la presión que ejercía en
ellos era mayor, mientras que con la otra mano comenzó a recorrer la
pierna derecha de Queralt y lentamente comenzó a acariciar subiendo
la mano por su pierna, la piel de Queralt reaccionó ante sus
caricias e inmediatamente se le piso la piel de gallina y encorvo un
poco la espalda, recargando todo su cuerpo en el de él.
—Byron...
no es necesario que —guardo silencio ya que él no se detuvo y
mientras seguía acariciando sus senos la mano izquierda había
llegado a la tanga de Queralt y sin esperarse hizo la tela aun lado y
con sus dedos ansiosos comenzó a buscar entre sus pliegos esa
pequeña protuberancia mientras se daba cuenta que Queralt comenzaba
a mojarse— y-yo no creo qu-que esto sea u-una buena idea...
Mientras
que con el dedo índice y pulgar rodeaba si clítoris y comenzaba a
masajearlo con pequeños círculos con el dedo medio comenzaba a
introducirlo lentamente en su vagina, sin detener la atención en su
pecho ni el del cuello, Queralt comenzaba a gemir entrecortadamente.
—¿En
verdad quieres que pare? —le decía mientras dejaba libre su
pequeño clítoris y le introducía un dedo más y comenzaba con
cierto ritmo a entrar y salir de ella.
—P-por
favor —le decía con dificultad— no te detengas — y un tercer
dedo la invadía, mientras que con la otra mano le abrazaba la
cintura y la atraía más a su cuerpo para que sintiera que ya se
había recuperado.
Sin
esperar respuesta Byron quito sus manos y ágilmente con ambas manos
cargó a Queralt por la cintura, la levantó y le dio la vuelta, ella
sin que le dijera nada abrió las piernas y inmediatamente lo abrazo
con ellas, Byron sosteniéndola con una mano, con la otra hacía lado
la prenda que estorba, se acomodó y de un solo golpe se introdujo en
ella, por un momento se quedo quieto, sincronizando sus latidos y
comenzando a besarse mientras dejaba que ella se acostumbrara a él,
pero apenas unos segundos después con ambas manos le tomo de la
cadera y ella se abrazo a su cuello y comenzaron a moverse a un ritmo
lento que conforme pasaban los minutos iba siendo más rápido, más
feroz al igual que sus besos, el jugueteo de sus lenguas, lo único
que se podía escuchar en esa pequeña habitación eran los gemidos
provenientes de ambas gargantas.
El
ritmo de su balanceo estaba coordinado a su pulso y sus necesidades y
pasados varios minutos Queralt cerró los ojos encorvó la espalda,
echó la cabeza hacía atrás y estiraba sus brazos lo más que podía
apenas sosteniéndose de los hombros de Byron mientras se mordía los
labios tratando de contener el grito de su cuerpo tras un orgasmo
como hace mucho no había sentido, ella aún no se recuperaba cuando
sintió que Byron se detuvo unos segundo y comenzó a moverse más
rápido y con dos arremetidas Queralt sintió como su cuerpo era
llenado por ese delicioso liquido caliente.
Ambos
con los ojos cerrados se quedaron juntos un par de minutos antes de
que Byron tomara de nuevo a Queralt de la cintura y lo separara de él
dejándola en el borde del sillón mientras él se quedaba delante de
ella acomodándose la ropa para sentarse a su lado. Queralt hacía
lo mismo que él, y una vez que su pulso llegaba a la normalidad se
dieron un beso tierno en los labios y se abrazaron, susurrándose al
oído un dulce gracias.
—Esto...
—Queralt comenzó a decir después de unos segundos en silencio.
—Sólo
tu y yo lo sabremos... mis labios están sellados —contesta
mientras pone la mano en su rodilla.
—Bueno,
y ahora si me puedes decir ¿por qué estabas tan molesto hace rato
que llegaste?
—Es
que en verdad por más que quiero entender a los humanos es que no
los entiendo... ellos...
—¿Ellos?
—aunque Queralt ya sabe la respuesta le gusta hacer repelar un poco
a Byron, le divierte las muecas de exasperación que se le forman en
el rostro y como ese tic nervioso junto a sus sexys labios comienza a
saltar ligeramente.
—Si
ya sabes —comienza a decir respirando profundamente antes de
contestar lo más tranquilo posible— mis protegidos... es que por
más que quiero entenderlos... sus deseos son unos... lo que pide es
completamente diferente y al final se enamoran de algo que ni en sus
sueños habían imaginado... y eso...
—Pero
hombre... ¿cuantas veces te lo he dicho? —Queralt con una sonrisa
en los labios le responde tranquilamente— deja de escuchar sus
palabras, de leer su mente...
—¿Y
tu crees que si hago eso Cupido va a estár feliz? Si de tan solo
pensar en hacerlo ya escucho su voz gritandome a los cuatro vientos
que haga mi trabajo...
—El
problema está ahí.
—¿Ahí?
¿donde? —Byron confundido acaricia su barba tratando de entender
las palabras de Queralt.
—Es
que para empezar eres un tonto... —antes de que le contestara algo
le puso un dedo en sus labios— creo que más de uno te hemos dicho
que no lo veas como un trabajo en el cual tienes que cubrir ciertas
cuotas... tienes que amar lo que haces y con los que estás,
aprenderlos a conocer e incluso adivinar antes de que incluso piensen
las cosas que es lo que su corazón pide... anhela... ese grito
desesperado de su corazón, aquel que a veces ni ellos mismos saben
reconocer y por eso al final terminan pidiendo o soñando con algo
con lo que no podrán ser felices nunca...
—Pero...
—Aprende
a escuchar su alma y las respuestas de lo que en verdad desean y
necesitan la encontraras más rápido y sin tantas complicaciones, y
pues al final el tiempo que te quede de sobra, podrás disfrutar con
ellos, en lugar de que te la pases lamentándote de que no los
entiendes.
—Lo
haces parecer tan fácil...
—Es
que no es nada complicado, si tan solo tú te permitieras amar a
alguien sin restricciones...
—Así
como tu y Ariel ¿no? Que no se ponen limites y al final alguien
saldrá lastimado...
—Pues
aunque no lo creas, aunque veas o mejor dicho, pienses que mi
relación con Ariel ha llegado a un punto destructivo, yo junto a él
he crecido como no tienes idea y si no me equivoco él también...
con el aprendí amar con el alma y no solo con el corazón o a la
mente... solo que al final hay que darle... como decirlo, un poco de
espacio, de aire para que no se asfixie la relación, y cada uno
tiene su forma de hacerlo.
—¿Y
no te dan... remordimientos?
—Quizá
Byron sonaré medio cínica... pero después de algún episodio como
el que acabamos de tener, digamos que valoro más lo que tengo en
casa y confirmo que con él quiero pasar mi eternidad... a su lado.
—¿Me
estás diciendo que yo fui solo...?
—Nosotros
somos amigos que en un momento de... necesidad, nos dimos ricamente
la mano, sin complicaciones ni rollos de más, y que sabemos que
cuando ambos lo necesitemos...
—Yo...
—Byron sabe que por más que quiera entender a Queralt no podrá
hacerlo, desde que la conoció siempre ha sido y al final se marea
con sus palabras y como siempre al final ella terminará de alguna
manera teniendo la razón, decide que lo mejor es que por el día de
hoy la fidelidad, o como se llame se quede en espera, la verdad es
que le incomoda más su situación... su estrés actual— bueno,
pero dime, ¿como diablos escucho el alma de alguien?
—Es
fácil, deja de escuchar lo demás, si lo haces, probablemente van a
pedir a su Ángel que el amor de su vida es una chica rubia, con
medidas perfectas, ojos claros, una sonrisa maravillosa, y lo más
probable cuando te adentres a su corazón... a su alma, te darás
cuenta que el amor de su vida puede estar en una chica menudita de
cabello oscuro, con una sonrisa encantadora, que ama los deportes,
con la cual en más de una ocasión ha tomado una cerveza y que desde
siempre la ha conocido y es parte de su circulo de amigos, pero como
al final la ve como su amiga poca agraciada... que no quiere
reconocer que la ama desde hace mucho y para alejarse de esa idea
loca e inexplicable, termina buscando todo lo contrario... pero al
final sola hay que darles un pequeño empujuncito y veras que sin
esfuerzo, si es que ambos se desean, estarán juntos antes de que te
des cuenta...
—Pero
si ella no...
—Nosotros
no los forzamos a nada, solo les ayudamos a encontrar el camino, al
final ellos deciden... nosotros tampoco somos perfectos, sino
imagínate si lo fuéramos cada pareja se casaría con su primer
novio y no tendría que conocer a otros para encontrar al amor de su
vida... bueno aunque a veces tenemos la suerte de hacerlo...
—¿Alguna
vez tu... te has enamorado de uno de tus protegidos?
—No
lo negaré, después de pasar tanto tiempo a su lado suele pasar,
pero al final creo que es un amor como de hermanos, de amigos...
aunque ellos no son conscientes de ello, saben que siempre estoy a su
lado... —Queralt guarda silencio unos segundos— ¿no me estarás
diciendo que tú...?
—¿Cómo
crees?, simple curiosidad —Byron ve el reloj— bueno, ya no te
quito el tiempo Queralt... creo que el deber me llama y trataré de
hacer, aunque no se como escuchar su alma...
—Si
te lo propones te darás cuenta que es más fácil de lo crees
—alcanzó a decir Queralt antes de que Byron desplegara sus
hermosas alas blancas cerca del ventanal unos segundos antes de
desaparecer.
*****
—¡Camilo!
—gritaba Sara y lo llamaba con la mano, mientras salía del
edificio y trataba de alcanzarlo.
—Sara,
en verdad... —detiene su andar para esperarla.
—No
seas así... ven a tomar una copa con nosotros —Sara voltea hacia
donde se encuentran todos los demás— solo es un rato...
—Estoy
muy cansado Sara... quizá la próxima vez... —sin insistir Sara le
da un beso en la mejilla y se da media vuelta.
Byron
se encuentra a tan solo unos centímetros del rostro de Camilo
escuchando el bateo que acaba de hacer su protegido, y mientras
espera que llegué su automóvil, Byron con su dedo empieza a dibujar
en el aire pequeños círculos sobre rostro como imitando que lo está
acariciando y acercándose más a él comienza a percibir el dulce
aroma que su piel desprende, se acerca más y más a su rostro a
dejar tan solo un par de centímetros de distancia de sus labios, y
cuando decidió acercarse un poco y quizá rozar esos labios carnosos
se detuvo, ya que Camilo abrió los ojos sorprendido e inmediatamente
sonrió.
Lo
que no sabe Byron aún es que Camilo sonrío porque ha visto de nuevo
esos ojos grises cerca de él y aunque varias veces ha tratado de
convencerse que son producto de su imaginación, en su corazón sabe
que el dueño de esos ojos existe, y que ha de ser más hermoso de
como se la ha imaginado y está casi seguro que algún día lo va a
conocer.
Pero
mientras eso pasa, sabe que aunque sea en sueños lo podrá ver.
¿Fin?
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