Capítulo
Quince
El comienzo
Escrito por Felin28
Madison no pudo resistirlo y en cuanto le dio
la espalda a Carter las lágrimas recorrían sus mejillas sin poder contenerlas, en estas condiciones no
podía ir a buscar a Alessandro o ver siquiera algunos de sus amigos, necesitaba
estar sola y sin que nadie la molestara.
No podía evitar estar enamorada de Carter y
por más intentos inútiles que hiciera por querer olvidarlo es que sencillamente
no podía y… no quería. No le importaba que hubiera estado con su hermana, para
muchos eso sería una aberración, pero ella era diferente.
Corrió por el campus lo más lejos que pudo de
sus amigos, necesitaba pensar las cosas y estar sola. Cuando se dio cuenta,
ella ya había llegado a la entrada de Baskerville, uno de los pueblos cercanos
a la universidad, el más cercano en realidad y al único que se puede llegar a
pie, era pequeño probablemente los habitantes no sobrepasan los 3000 por lo que
al final todos se conocían, hay negocios de todo tipo pero la principal
actividad laboral es la creación artesanal de quesos.
La paz y la tranquilidad que se puede sentir
en el lugar hace que Madison se sienta tranquila y baje un poco la guardia y
comience a caminar un poco distraída, ella no se da cuenta que alguien la va
siguiendo, es tan ajena del mundo que la rodea que camina por los campos.
En este momento odia no haber traído consigo
su móvil o su bolso ya que ahí trae siempre un libro o una libreta y ahora le
sería de utilidad para distraerse, por lo que no le queda otra que seguir
caminado hasta toparse con un viñedo que jamás había visto, era un lugar
hermoso, lástima que es de propiedad privada y no pueda entrar, cuando está a
punto de irse alcanza a escuchar a lo lejos esa risa inconfundible de su
adorada hermana.
—¡Claro! —susurra para sí misma— este lugar
maravilloso no podía ser de alguien más que de la familia McGrant.
Y un poco decepcionada se da la vuelta para
regresar al campus, necesita platicar con Julieta, ella podrá quizá ayudarla en
lo que se refiere a Carter… es su única amiga, a Drew o Aless no le puede
contar nada.
Ellos son hombres y no la entenderían.
Apenas había caminado unos 100 metros y ahí
estaba, sobre su moto y una sonrisa eterna solo dedicada para ella.
—Srita Dempsey —Extiende la mano hacia ella—
¿me haría el honor de dar un paseo conmigo?
*****
Maia y Éyen entran en la habitación de
Meritxell y Madison.
—Recuerda Maia, —Éyen cierra la puerta con
cuidado detrás de ellas— debemos ser muy cuidadosas… tú encárgate del lado
oscuro y yo…
—Jo… Éyen eso no es
justo… —Maia con un puchero rezonga— y si me da urticaria o algo peor por tocar
todas estas… —toma la chaqueta de la silla negra con desprecio entre las puntas
de sus dedos—, mejor yo reviso la parte de Meritxell y tu este.
—No seas chiquilla Maia, si Damian se atrevió
a tocarla… no le veo el problema.
—Pero…
—Yo sé dónde están las cosas que necesitamos
de Meritxell y normalmente yo soy más cuidadosa que tú… —le da una palmada en
el hombro— y si a las cosas de Clarisa fueran maltratadas de más… creo que
nadie te culparía.
Y sin más ambas chicas comienzan a revolver
todas las cosas de la habitación hasta que encuentran todas las cosas que
necesitan y las echan en un bolso grande y salen de la habitación.
—No crees que…
—Meritxell debe estar muy ocupada con Jake en
el viñedo… y Madison no está en el campus… ellas no van a venir por un buen rato… sirve que dejamos las
cosas con Edgar y Damian antes de alcanzar a Meritxell —Éyen dice muy tranquila
antes de dar vuelta en la esquina junto con Maia.
Mientras caminan hacia el estacionamiento una
vez que dejaron las cosas en la oficina de Damian se encuentran con Alessandro
y Drew solos sin sus “estorbos”.
—Hola Valenti… Drew —Éyen se acerca y le da un
beso en la mejilla— ¿y ese milagro que están solos?
—Pues estamos buscando a Madison, no la hemos
visto en todo el día y… —Drew contesta— de casualidad ustedes no…
—¡NPI![1]
—Éyen contesta mientras toma la mano de Drew y él no la rechaza— Meritxell está
en casa de Jake, en el viñedo de sus padres, harán una parrillada y una noche
bohemia… vamos para allá y nos estábamos preguntando si…
—Ya que no tenemos pareja, si ustedes no
querrán —continúa Maia— acompañarnos y…
—Como último recurso ¿no? de última hora
—Alessandro contesta serio.
—Tampoco lo tomes
así Aless —Éyen contesta antes que Maia lo haga— es una cosa pequeña, pero ya
que los vimos pues…
—Pues…
—¡Vamos! —Maia dice
en voz baja y ronca—No les vamos a hacer nada que no quieran… además no es de
caballeros que dejen ir a dos chicas solas.
Drew está dispuesto
a ir, una distracción no está de más y los exámenes finales están cerca, un
pequeño respiro antes le servirá para el stress. Pero Alessandro aunque no han
llegado a ese punto, siente que ir con las amigas de Mertxell es como
traicionar a Madison, pero al ver el rostro de su amigo es que no le ve nada de
malo ir un rato, un poco de comida casera, bebida y canto le vendría bien.
*****
—Damian… —Edgar
comienza a decir mientras revisa las cosas— ¿en verdad crees que ella “caiga”
esta noche?
—Pues no veo porque
te preocupas Edgar.
—Sabes perfectamente
que te estoy ayudando para proteger a Meritxell.
—¿En verdad te gusta
esa niña caprichosa? Aunque ella…
—No sólo me gusta
—Edgar contesta firmemente— ella…
—¿Será que solo
estas encaprichado con ella porque…? —Damian comienza a decir suspicaz— no me
vengas ahora con que estás enamorado de ella y no te interesa el poder.
—El poder es algo
atractivo y… sabiendo manejarlo puede tener un gran valor y…
—¿Estás enamorado de
ella?
—Tú tendrás lo que
quieres y yo lo que me interesa… —se pone de pie— eso es lo único que te debe
interesar Damian. Voy a la casa de los McGrant ¿no te han invitado?
—Y aunque lo
hubieran hecho yo no iría.
—Apariencias hombre…
si una cuartada necesitaras es una buena opción.
*****
—No creo que
deberíamos estar aquí —Madison dice mientras camina detrás de él y lo sostiene
de la mano para tratar de detener su avance, pero no lo consigue— esto es
propiedad privada y si…
—Tranquila… —se
acerca y le da un beso lento en los labios— vamos a estar bien y nadie nos
descubrirá, esté lugar lo conozco desde niño y lo conozco como la palma de mi
mano.
—Sr Weston usted es…
—Espero que lo que
está a punto de salir de tus labios sea un “te amo” o “el amor de mi vida” o
algo por el estilo —le dedica una sonrisa y comienza a caminar de nuevo.
Madison sonríe como
hace mucho no lo hacía… ese paseo en moto ha sido un sueño y espera que nunca
termine este día.
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