Capítulo
6
Proyección Lunar
Escrito por Dark Juliet
Madison caminaba con paso seguro, no le
importaba nada más que el hombre que la esperaba; su primer y mejor amigo,
aquel que jamás le había pedido nada. Lo amaba pero no sabía como hacerlo sin
destruirlo, ella siempre tenía ese miedo estúpido de no poder controlar esa
maldita herencia familiar.
¿Por qué
no pudieron darle propiedades o dinero, algo más provechoso que un libro viejo
y una energía no solicitada?
Llegó hasta el jardín, ahí era donde siempre
se sentaban a platicar o simplemente a ser observada por Damian, él adoraba
verla y ella a él. Madison comenzó a sentirse extraña, miró al cielo, le
sorprendió descubrir que había luna llena. Su fuerza era la luna, su poder iría
a destinos insospechados con un eclipse. Se encogió al recordar el último
eclipse de sol, ¿Le pasaría lo mismo que a su hermana? Iba tan ensimismada que
no notó que Damian se hallaba detrás de ella; él sin hacer caso a su sentido
común la sujetó por la cintura y acercando su boca al oído, le dijo: “Feliz Cumpleaños Clary”.
Madison volteó para quedar de frente a él,
Damian no la soltó sino que al contrario la acercó más hacía sí mismo.
—¿Qué haces Damian? —Preguntó ella temblando,
no tenía muy claro si era de miedo o de excitación, pero el sentimiento no era
agradable— suéltame, no me gusta que…
—Lo sé, no te gusta que te toquen —Damian le
retiró el mechón de cabello con que siempre se cubría uno de sus ojos— pero hoy
quiero tocarte, sé que soy mayor que tú y que esto esta totalmente equivocado
“oficialmente” pero mi corazón me dice que eres lo mejor que me ha pasado y que
no puedo dejarte escapar.
Madison cerró los ojos, lo que menos quería
oír eran esas palabras, pero no podía explicarle que ella era un arma, una
asesina en potencia. La única que lo sabía era su hermana, la única que lo
recordaba era ella. Con ambas manos lo golpeó en el pecho tratando de soltarse
de su agarre sin conseguirlo.
—Por favor Damian, esto no está bien, somos
amigos…
—Me amas Clary, lo veo en tus ojos —Damian la
tomó de la barbilla levantando su cara —en estos hermosos ojos lilas, eres mía
Madison Clarisa Dempsey
Damian convirtió en nada la distancia que
separaba su boca de los labios de la muchacha, luchó por mantener los ojos
abiertos y ver las diferentes expresiones que pasaban por la cara de la que
pronto sería su mujer. La reclamaría para sí, sería totalmente de él.
De pronto sintió un arrollador dolor en la
espalda, no tuvo más remedio que soltar a Madison. Al voltear sólo hizo un
gesto, era Maritxell.
—Pero si es la reina de hielo —dijo Damian con
los ojos entrecerrados— ¿con qué me golpeaste en la espalda?
—Vamos Mady, la fiesta nos espera
Madison negó con la cabeza, no se sentía bien.
Maritxell frunció el ceño y entonces supo cual era el malestar de su hermana.
La luna se encontraba justo encima de ellos, los ojos de Madison se hicieron un
poco más obscuros.
—Vete Damian— lo urgió Madison sin verlo— creo
que ya no podré trabajar para ti, yo… esto… no puedo tener nada con nadie, lo
siento.
—Pero Clary…
Maritxell expresó el asco que le dio que
llamara así a su hermana. Se plantó delante de él.
—Si no la dejas en paz yo misma te reportaré
de acoso a una estudiante, sabes que esta prohibido.
Damian se alejó del lugar, si esa niña creía
que sería la última vez que sabría de él estaba muy equivocada.
Maritxell se volvió a su hermana, Madison
tenía los ojos cerrados y una expresión de profundo terror en el rostro.
—¿Le hice daño Maritxell? —Madison bajo la
cabeza y apretó más los ojos.
Maritxell puso los ojos en blanco, otra vez el
mismo problema, la inseguridad de su hermana la tenía fastidiada.
—Creo que vivirá Mady, el problema es que
jamás te podrás acercar a él otra vez —Maritxell tomó la cara de su hermana
entre sus manos obligándola a abrir los ojos—. Nunca Mady, él no te conviene,
júrame que jamás dejaras que se acerque a ti como lo hacía hoy.
—Maritxell… lo amo…
—No hermanita, él te hizo creer eso —Maritxell
apretó un poco más su agarre hasta que Mady sintió dolor —júramelo o iré a
acusarlo y los correrán a ambos, no querrás hacerle eso a nuestros padres, ¿o
sí?
—No, pero…
—Nada de peros Mady, sabes lo que pasa cuando
alguien se te acerca, sabes que eres peligrosa.
Mady asintió con desgana y fue entonces que
Maritxell la soltó, arregló su vestido y caminó rumbo a la entrada principal de
la escuela. Mady no se movió, cerró los ojos un momento pero de inmediato los
volvió abrir.
—¿Cómo sabías que estaba aquí Calliope?
—Te seguí Mady, solo es por tu bien— Maritxell
le dirigió una sonrisa confiada y siguió su camino.
Maritxell estaba molesta, ¿qué se creía ese
idiota seduciendo a su hermana?, ella debía arreglar eso, nadie era más bella
que ella, no existía quien no usara a su hermana como sustituta de la propia
Maritxell. Cuando esa opción llegó a su cabeza, supo que era cierta. Damian
sólo estaba usando a Mady como una suplente del verdadero objeto de su pasión.
Maritxell Calliope Dempsey se encargaría de
que ese maestro de cuarta obtuviera lo que merecía, el tiempo ya diría que
sería. Sólo había dos opciones, Damian podría recibir el favor de Maritxell o
su total ruina.
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