Capítulo
dieciséis
Traición
Escrito por Dark Juliet
Meritxell tenía un tiempo sin sentir a su
hermana, salvo el día en que la atraparon ambos adultos con su ayuda. En ese
momento pudo sentir su miedo y después su determinación a liberarse. El poder
que había emanado de ella no le había gustado nada a la hermana mayor.
Se encontraba en una fiesta, algo que ella
había pedido, que como siempre su novio le había consentido, pero eso no era lo
que la tenía de tan buen humor, no, era su hermana. Donde fuera que estuviera
Madison se la estaba pasando bien…el problema era que no podía averiguar con
quien estaba. Eso le preocupo más que otra cosa, ¿cómo era posible que su hermana pudiera bloquearla de ese modo? Frunció
el ceño y después sacudió la cabeza esforzándose en encontrar la ubicación
exacta de Madison, se hallaba cerca pero no podía especificar el sitio exacto.
¡Demonios!
*****
Drew y Alessandro caminaban acompañando a Maia
y Éyen cuando Julieta salió en su camino. Los miro como si hubieran cometido un
crimen, ambos se sintieron realmente mal. Julieta sólo los recorrió con la
mirada y se marchó de ahí sin dirigirles la palabra. Alessandro volteó a ver a
Drew con temor en sus ojos, él entendió en seguida.
—Creo que debemos dejarlas ir chicas —dijo
Drew viéndolas fijamente, ellas lucían molestas pero a los muchachos les
importaba más aclarar las cosas con la persona que tenía más influencia en
Madison.
Maia y Éyen los sujetaron del brazo a los dos.
—¿Es qué ella les ordena no hablarnos? —preguntó
Maia con los ojos entrecerrados mirando a Drew.
Alessandro se soltó de Éyen y negó con la
cabeza, pero Drew pudo notar la manera en que se formuló la pregunta. No solo
sentían aversión hacia Madison, no, era odio.
—No sé de quién me hablas Maia, nadie nos
impide nada —contestó de forma firme— pero no queremos que Julieta este sola,
estábamos buscando a Madison…
—No son sus niñeras Drew… ella sabe cuidarse
sola… puede cuidarse sola.
Alessandro comenzó a poner atención a la plática,
observó fijamente a Éyen, algo sabía… pero…
¿sería posible que conocieran el secreto
de las gemelas Dempsey?
—Éyen toda mujer necesita compañía, esto no
quiere decir que las acompañaremos sino que Julieta estaba con nosotros
primero— dijo Alessandro con seriedad— ella es nuestra amiga y nosotros le
pedimos que nos ayudara a buscar a Clary.
Maia y Éyen se tomaron de la mano y sin
dirigirles la palabra se marcharon de ahí. Drew miró a Alessandro.
—Debemos buscar a Julieta…
—Creo Drew que estamos en serios problemas.
—¿Con Julieta?
—Con Madison, ella no dejara títere con
cabeza… Julieta se encargara de ello tenlo por seguro.
—¿Crees que lo que estuvimos a punto de hacer se
le consideraría traición?
Alessandro comenzó a preocuparse al no
encontrar a Julieta por ningún lado, Drew también lo estaba pero era necesario
pensar con claridad y si dejaba que su preocupación ganara no podría hacer
nada. Fue en ese momento en que deseo tener los dones de Madison o algún poder sobre ella y que escuchara sus ruegos
de encontrar a Julieta por ellos, que al menos pudiera decirles que ambas
estaban sanas y salvas.
*****
Madison caminaba detrás de él, no entendía
porque lo seguía si hasta hace un momento no deseaba tenerlo cerca pero su
sonrisa era como la magia que fluía por sus venas. Lo daría todo por las
personas que amaba y él era uno de ellos, su sonrisa se esfumó rápidamente.
Sentía un fuerte dolor en el pecho, alguien la
necesitaba. Merodeó entre sus amigos. Drew y Alessandro estaban juntos y
bien…Julieta.
Julieta
Madison sintió que sus rodillas no la
sostenían, así que se dejo caer sobre ellas, Julieta estaba en peligro, no
sabía dónde se encontraba pero no se hallaba bien.
Madison se sintió terriblemente mal, esa era
una señal de que ellos no debían estar juntos. Sin siquiera preparase recibió
un mensaje en su cabeza como si tuviera una señal radiofónica.
¿Quieres
volver a verlos con vida? Ven Madison Clarisa, sabes que eres mía…
Esa voz tan amada en otro tiempo era la que
ahora le causaría el dolor más grande en la vida y ella iría a él, sin pensarlo
tanto iría a él. No tenía otra opción, sólo deseaba que su hermana no estuviera
ahí, eso sí que no lo soportaría.
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