lunes, 6 de julio de 2020

(One Shot) Hija Única by Felin



Hija Única


Felin



Amalia era una chica muy solitaria, su salud era el motivo. Incluso desde antes que naciera, ya que fue precóz y pasó casi dos meses en la incubadora. Cuando por fin fue dada de alta, sus padres tenían temor de lastimarla o contagiarle un simple resfrío, por lo que tomaron la decisión de armar casi un fuerte

alrededor de ella y para que no se viera expuesta a peligros que hay en el exterior tipo: cambios de temperatura por salir a la calle o que en el colegio algún compañerito estornudara cerca de ella. Así que para Amalia el único mundo que conocía eran esas cuatro paredes -era impensable salir al hermoso jardín o alberca de la casa, a pesar de que hubiera buen clima- y los únicos rostros que conocía eran los de sus padres, el del pediatra, una enfermera y su institutriz.


Aprendió a estar sola y disfrutar toda la atención sobre ella siempre. Al principio no lo entendía y a pesar de su corta edad le fastidiaba, pero después esto ya era una necesidad, el ser el centro de atención de sus progenitores y de quien se acercara a ella, era algo que hasta ella misma propiciaba.


Cuando después que sus padres le explicaron que dentro de unos meses tendría un hermanito que venía en camino, se emocionó mucho, por fin ya no estaría tan sola. Pero no tardó en comprender que con esos cambios, la atención sobre ella cambiaría, desde que le dieron la noticia, algo en casa ya era diferente, al inicio no le molestó tanto, ya que por primera vez pudo sentir el césped debajo de sus pies, y eso que solo estaban acondicionando la casa para la próxima llegada.


Por primera vez Amalia se sentía libre. Pero unos días después, esa situación ya no le agradaba demasiado, aunque no había mucho que pudiera hacer al respecto.


El tiempo transcurrió y tan solo habían pasado unos años más y las cosas cambiarían de nuevo, la llegada de un segundo bebé estaba a la vuelta de la esquina.


Su primer hermano fue todo lo contrario a ella: no se quejaba, ni lloraba, ni enfermaba… era perfecto, por lo que todos eran todos felices, menos Amalia que trataba ser buena hermana mayor, pero casi no le permitían que se acercara a él, por lo que continuó estando sola el mayor tiempo.


Con este segundo hermano, y siendo ya más consciente de sus acciones, no lo dejaría a la suerte, ahora ya lo tenía todo planeado, su estreno como hermana mayor no fue el mejor y no quería una segunda oportunidad, de eso estaba segura.


Lo buscaron por días, semanas y meses, como sucedió con su primer hermano… y nunca aparecieron, al final solo quedaron los expedientes como secuestros sin resolver.


En ambas ocasiones la atención sobre Amalia fue aún más estricta y aunque sus padres lloraban a todas horas y habían cambiado, cuando estaban con ella eran muy cariñosos y se desvivían por atenderla... eran solo de ella y no permitiría que un mocoso volviera a quitarle la atención y amor de sus padres, prefería ser hija única.






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