viernes, 23 de agosto de 2013

Dulce Desafío capi 10 "¿Reglas?"



Capítulo diez
¿Reglas?

Escrito por Dark Juliet

Maritxell necesitaba urgentemente tener a Damian, nunca había tenido que rogar por nada y no quería empezar ahora, pero ciertamente desde el día en que la arrinconó no se volvió a topar en su camino. Esto la tenía molesta, excitada e insatisfecha.

La que registró cambios fue su hermana, Madison ya no pasaba todas sus tardes en la biblioteca. Ahora al ya no tener trabajo con Damian, le dejaba mucho tiempo libre que ocupaba principalmente con su amiga Julieta pero por la noche llegaba tarde y jamás le decía donde había estado.

Maritxell se sentía tan irritable por culpa de Damian que ni le interesaba averiguar donde se metía su hermana.

Ese día estaba dispuesta a hacer que el idiota de Damian se fijara en que ella sí que era toda una mujer no como la miedosa de su hermana. Al llegar a la oficina del imbécil se detuvo en seco, Madison iba entrando en ella.

—No puede ser… —murmuró con furia.

Las lámparas del pasillo estallaron en miles de fragmentos, ¿sería capaz Mady de desobedecer una orden de su hermana mayor? No, no lo creía posible, ¿pero, entonces, qué hacía Madison en la oficina de Damian?

Madison entró con los ojos muy abiertos, los últimos días había intentado, a lado de Julieta, controlar sus dones. Ya no se descontrolaba tanto como antes, pero lo que verdaderamente la hacía feliz eran sus noches. Estudiaba como loca el libro que su abuelo les había regalado, además de que nadaba en la alberca de la escuela, a veces daba tantas vueltas que terminaba casi muerta.

Damian se encontraba sentado tras su escritorio, dándole la imagen de siempre, la de su amigo. Pero Madison ya sabía que eso no era lo que quería su profesor o ella. El corazón de Madison sólo le pertenecía a Carter.

Damian sonrió al verla entrar, seguía vestida de negro y la mitad de su rostro aun estaba oculta por su largo cabello rojizo pero había algo diferente en su pequeño desafío.

—¡Qué bueno que has decidido venir Clary!

—El director me dijo que debía hacerlo, sólo necesito saber el motivo.

Damian se levantó e inmediatamente Madison dio un paso hacia atrás, algo que no pasó desapercibido por el maestro.

—¿Me temes? —Damian se acercó un paso más a ella— No deberías mi pequeño desafío, yo te amo y sólo quiero que seas feliz conmigo y con nadie más.

Cuando ya la tenía a menos de un palmo de distancia la sujetó del brazo y la atrajo hacia sí mismo. Madison no quería sentir miedo pero aun recordaba esa última vez en que estuvieron a solas, cuando ella aun sentía que lo amaba.

—¡Basta profesor!

—¿Profesor? —Damian la zarandea con fuerza— ¿PROFESOR?, mi pequeño desafío tienes muy mala memoria, soy el amor de tu vida así como tú eres el mío, haré que jamás lo olvides…

Damian la aventó sobre el sofá que tenía en una esquina de la oficina, Madison se golpeó duramente la cabeza con el brazo del sofá, cerró los ojos debido a esto pero de inmediato los abrió al sentir el peso de Damian sobre ella.

—No, Damian por favor… no deseo… herirte… —sus frases eran interrumpidas por los besos que le daba Damian— déjame… ¡YA BASTA!

Damian fue lanzado hacia atrás, sin más golpes o escapadas de poder por parte de Madison. Ella se levantó, se acomodó su ropa y sin dirigirle ni siquiera una mirada salió de ahí.

Maritxell observó cómo salía casi corriendo su hermana, sonrió. Lo que sea que hubiera pasado en esa oficina, no había resultado como Damian lo planeó. Así que lo encontraría frustrado y excitado exactamente como se encontraba ella.

Llegó a la oficina y entró sin llamar.

Madison, sin saber como, llegó a la pista de atletismo. Carter estaba corriendo, sin saber que más hacer se sentó a verlo. Él no estaba solo, se encontraba con Drew, su mejor amigo. Drew era un chico tímido y buena persona, Madison lo había visto siendo amable con Julieta a pesar de que era del grupo de los populares.

Carter se acercó a ella al terminar su entrenamiento.

—¿Madison?

—Sí, soy yo —contestó ella con una media sonrisa— aun soy yo.

Carter jamás la entendía pero al ver su rostro completo, sin una gota de aquel maquillaje que solía usar en algunas ocasiones y sin la expresión triste en su cara, le pareció una mujer muy bella. Algo debió notarse en su mirada porque de inmediato Madison se puso su máscara de niña mala.

—¿Qué haces aquí Madison?

—Rompo las reglas Carter, solo eso.

—¿Reglas? —Carter la vio levantarse y sacudir su ropa, la imitó— ¿Cuáles reglas?

—Lo mismo dije yo Carter, ¿Cuáles reglas?

Carter al levantarse quedó a menos de diez centímetros de ella, esto hizo que Madison tuviera que levantar su cabeza para verlo a la cara, él, en cambio la bajo. En ese momento nada más existió en la vida del atleta, esos ojos violetas lo habían hechizado una vez más.



viernes, 16 de agosto de 2013

Dulce Desafío Capi 9 "¿Vale La Pena?"



Capítulo Nueve
¿Vale la pena?

Escrito por Felin28

—¿Sabes? Me gustan los retos, y si estas… estabas detrás de Mady creo que también a ti te gustan —Damian la suelta al sentir un escozor en sus manos— pero no por eso te voy a poner todo en bandeja de plata… ¿quieres conseguir algo? Que te cueste un poco… no soy tan fácil y el circo… ¡bah! —hace un además— veremos a quien le creen más a las hermanas acosadas por el profe nuevo o tú con tus cuentos chinos de que… ¿Cómo les has llamado? —comienza a reír— ah, si… “secretos”.

—No estoy jugando niña… sé que ustedes…

—¿Tienes pruebas? —Meritxell le dice con una sonrisa fría en los labios— o las consigues o me ofreces algo que yo desee… nunca he pedido nada y no lo pienso hacer ahora.

—Te crees muy lista Calliope…

—¿Para qué quieres realmente a la aburrida de mi hermanita? —se acomoda la ropa— además ella… ella nunca será tuya, porque está enamorada de alguien más…

—¡MIENTES! —Damian grita sin poder evitarlo— ella…

—Se sentía a gusto a tu lado porque eras el primero en su vida que la notó antes que a mi… solamente es eso, y créeme a eso no se le llama amor ni en China.

—¿Y según tú… de quien está…?

—Sueña… no soy tan estúpida como ella como para contarte todo, a él lo necesito para… —se detiene y se muerde el labio— quieres tener información pues gánatela…

—Tengo manera de obligarte…

—Mira… como tiemblo —extiende su mano en dirección a él.

—No sabes con quien te estás metiendo…

—Dando dando… pajarito volando… —Meritxell se da media vuelta— quieres información, pues tendrás que hablar tu también.

Meritxell camina lo más segura posible alejándose de él lo más que puede, sabe que estar rodeada de gente le ayudará a “estar a salvo”, es la primera vez que se siente de esa manera con alguien.

El deseo que sentía en ese momento era superior a ella, pero ¿Qué podía hacer?

Estaba temblando exactamente no sabía porque. Estaba tan absorta en sus pensamientos que no se dio cuenta que Carter estaba caminando hacia ella.

—¡Cally! —le dice a centímetros de ella por la espalda en su nuca.

Mierda, mierda…

—Ahora no Carter… —se voltea con toda la intención de salir de ahí, con lo excitada que se siente ahora es capaz de “darle entender” falsas esperanzas— tengo tantas cosas en la cabeza…

—¿Qué es lo que he hecho? Porque tienes días que…

—¡Puff! Hablas igual que la idiota de mi hermanita…

—No entiendo como pueden ser gemelas si son tan… —comienza a decir, pero al ver su expresión cambia de idea— y hablando de ella, ¿Por qué se te está escondiendo?

—¿No es obvio?

—Cally, en verdad yo te amo y tu indiferencia… y no tengo la menor idea de lo que le sucede a Mady…

—Ella está enamorada de ti, y eso ha hecho que yo…  —ninguno de los dos van a arruinar sus planes— tenga mis dudas… acerca de nosotros, porque ella no se fijaría en ti, a menos que tú…

—Jamás… yo jamás sería capaz de…

—Pues entonces aclara con ella eso y después quizá podremos… ahora las personas en las que menos confió son…

—Te amo nena, Cally eres la mujer con la que deseo… —Martixell le pone un dedo en los labios.

—No digas cosas de las que te puedes arrepentir y con ese me lastimes más de lo que… —una lagrima recorre una de sus mejillas y se aleja de él, en cuanto le da la espalda una sonrisa brilla en su rostro.

—¡CALLY! —Carter grita detrás de ella— te amo…

Madison cuando vio a lo lejos a su hermana estuvo a punto de cambiar de dirección, estaba tan molesta con ella por tratarla como una chiquilla idiota que no deseaba estar cerca de ella, pero cuando se dio cuenta que Carter le veía, desde la distancia decidió ver el espectáculo desde lejos, de manera incógnita en medio de los demás estudiantes que estaban en el mismo pasillo.

—Clary —Julieta, la única chica con la que Madison se llevaba medianamente bien se acercaba a ella y le ponía una mano en el hombro— no te ofendas linda, pero él no pasta en tus terrenos.

—¿De qué hablas Julie?

—Si yo me he dado cuenta… piensa en los demás… —le sonríe— Carter solo anda con chicas populares como Meritxell, nosotras somos invisibles a chicos como él.

Madison sonríe tristemente, aunque sabe que Julieta tiene razón, no quiere aceptarlo.

Y no piensa aceptarlo.

No ahora.

Estaba cansada de ser su sombra, era hora que ella destacara más o igual que ella.

—Las reglas —Madison dice muy segura— están hechas para romperse Julie.



lunes, 12 de agosto de 2013

Dulce Desafío Capi 8 "El Pequeño Gran Desafío"


Capítulo ocho
El pequeño gran desafío


Maritxell se encontraba harta de la actitud de su hermana, desde el “pequeño” accidente con el profesorcillo es que estaba de un insoportable… ¿Qué puedo hacer?

No podía acercarse a Mady y tampoco encontraba a Damian, ella no se rendiría siempre sabía exactamente que hacer, como y lo más importante, sabía que herramienta utilizar. Mady había mostrado su interés desde el principio por Carter… ¿Qué pasaría si la inútil de Clarisa tuviera suerte con su novio?

De todos modos ya se había cansado de él.  Sí, la idea le agradaba más con cada minuto que pasaba. De pronto, como si fuera una señal, vio como se acercaban ambos, salieron de diferentes caminos pero si seguían caminando sin desviarse tropezarían. Maritxell sonrió, sólo tuvo que desearlo y sus nuevos estorbos chocaron.

Carter buscaba desesperadamente a su novia, tenía días esquivándolo y necesitaba saber que había hecho mal, para sus padres siempre todo era culpa de él, así que no podía ser diferente con una mujer como Maritxell. En eso estaba cuando chocó con alguien más bajo que él y que por la fuerza del golpe cayó al suelo.

Sacudió la cabeza y miró hacia abajo, le sorprendió ver a Madison en el suelo.

—Discúlpame Madison, estaba buscando a tu hermana.

—Mira tú las ironías de la vida —contestó ella levantándose del suelo sin prestar atención a la ayuda ofrecida por Carter.

—No te entiendo.

—No me sorprende, digo que es una ironía porque yo me estoy escondiendo de ella.

Carter entrecerró los ojos tratando de entenderla pero ciertamente era tan diferente a Maritxell, que siempre era tan abierta ante él, en todo sentido. Sin quererlo sonrió. Madison lo observaba como si se hubiera vuelto loco, carraspeó para sacarlo de su ensimismamiento.

—Lo siento Mady… si ves a tu…

Madison no lo dejo terminar y se alejo de él rápidamente, era increíble, a pesar de ser tan guapo era en verdad un imbécil, si Calliope ya no lo buscaba era porque ya había pasado su tiempo, seguro que tenía a otro en mente. Madison bufó al pensar en la existencia solitaria que tendría que llevar, todo gracias a la bendita herencia familiar.

Maritxell caminaba por uno de los pasillos menos transitados para aquellos que podían llamarse populares, buscaba sin realmente hacerlo; su poder la guiaría a ella. Había días en que el poder de su hermana estaba casi al nivel del suyo, eso no podía ser, a menos de que Madison hubiera comenzado a separarse de ella.

De pronto se sintió seguida, no se detuvo aunque no podía definir quién era, no le temía. Nadie era más fuerte y poderosa que ella, su hermana próximamente lo sabría si es que en algún momento se atreviera a enfrentarse a ella. Dio la vuelta en un recodo del pasillo y se detuvo.

Pero nadie lo cruzó, así que salió por donde había entrado. Se vio súbitamente apretada contra un cuerpo más alto y solido que el de ella, una mano en su boca le impedía hablar.

—Me dijeron que me buscabas —le dijo una voz al oído.

Maritxell reconoció esa voz, era Damian. Hizo un intento por zafarse de su agarre pero él se lo impidió.
—No dulce, primero debes prometerme que no gritarás ni harás nada como lo que hizo mi pequeño desafío…

Maritxell asintió con fuerza, Damian la liberó al instante.

—Creí que habías muerto esa noche.

—Lo que quieres decir es que esperabas que estuviera muerto, pero antes de que pasara nada…

—¿Qué? —Exigió Maritxell— dímelo ahora o gritaré.

Damian comenzó a reír a carcajadas y la sujetó del brazo al ver un intento de huida.

—No estás en posición de exigir nada, si yo hablo tú y mi desafío irán a parar a un circo.

Maritxell abrió los ojos sorprendida y cerró la boca. Damian hizo su sonrisa más grande, se acercó un poco más a ella y la sujeto por la nuca. Maritxell pensó que la besaría, se sorprendió al esperarlo con ansía pero la impacto el hecho de que sintiera decepción al ver que Damian lo único que hacía era observarla a los ojos.

—Necesito conocer sus secretos, todos Calliope.

—No hago nada gratis y menos si es descubrirme frente a un desconocido.

—Dime tu precio y si esta en mis manos dártelo, no lo dudes lo tendrás.

Maritxell jamás había tenido que rogar por nada, pero notaba que Damian veía en ella a su hermana. Eso debía cambiar y si para eso tenía que descubrirle los secretos de Madison lo haría, sin dudarlo. Damian era el pago perfecto y ella estaba dispuesta a conseguirlo.


miércoles, 7 de agosto de 2013

Dulce Desafío Capi 7 " Noche Trágica"



Capítulo Siete
Noche Trágica


Escrito por Felin28

Madison se ha quedado en el jardín confundida… aterrada por la amenaza de Meritxell, ella ama a Damian, con él se siente plena en todos los sentidos, pero el tenerlo tan cerca, al recordarlo ella se estremece de nuevo.

Hay en él algo diferente, no había otro motivo por el cual haya salido ileso, por cosas menores ha lastimado mucho más, él debería…

El dolor de cabeza era cada vez más fuerte y comienza a cegarla, ya no puede pensar claramente, sin embargo duda si correr a pedirle ayuda a Calliope ya que ella como siempre terminará ayudándola aunque eso signifique que cada vez ella tenga más control  sobre ella.

Se odia por la “blanda” que puede ser ante ella, siempre le ha resuelto la vida cuando está en aprietos, de eso no cabe duda, aunque el precio que tiene que pagar es como el juramento que le acaba de hacer de que no volverá a acercarse de nuevo a Damian.

Si se queda sola sabe que no podrá contenerse más, la necesita, ella ya ha pasado por esto y para ella fue casi como un dolor menstrual que iba y venía durante días.

Pero Clarisa al negarse a aceptar sus dones a diferencia de Calliope es que los “cambios” le afectan más y aunque le cueste trabajo aceptarlo el poder de su hermana ayuda a controlarse mejor. Necesita tomar aire un rato lejos de ahí, quizá el ir a su habitación y descansar un rato le serviría, sino tendrá que buscarla en la fiesta, el estar junto a Maritxell a pesar de que suele ser una pesada la mayoría de las veces la reconforta siempre.

Los pasillos de las residencias estudiantiles un sábado por la noche son solitarios y están en completo silencio, los pocos que se encuentran están estudiando o descansando, los demás como cualquier adulto joven es que se están divirtiendo bebiendo, bailando… conviviendo con los demás, por lo cual Mady escucha el eco de su pisar mientras llega a su habitación, un par de ocasiones escucha algún ruido detrás de ella, pero al voltear es que no hay nada, ni siquiera una sombra.

Entra y se tumba en su cama, el dolor cada vez es mayor e insoportable.

—Dije que esto no se iba a quedar así Pequeño Desafío —Damian entra a la habitación dos segundos después de Madison y pone el cerrojo a la puerta detrás de él— hoy quería que esta noche fuera especial para ambos, sé que lo deseas tanto como yo…

—¿Qué…? —Madison trata de ponerse de pie, aunque con el dolor la visibilidad está afectada al igual que otros sentidos— Damian te he dicho que tú y yo… es peligroso, aléjate de mí… las cosas…

—Ni la pedante de tu hermana podrá separarnos… tú eres mía Clary y esta noche pienso…

—Aléjate… tú no puedes…

—Claro que puedo e incluso si no te resistes lo disfrutarás también mi Pequeño Desafío, ni creas que voy a desperdiciar…

Cae de rodillas y comienza a sangrar, una cortada cerca del mentón poco profunda comienza a sangrar.

—Te dije que te alejaras de mi… ahora es demasiado tarde para eso.

—Tenía razón sobre ti Clary…

—¿De qué estás hablando?

—Desde el primer momento en que te vi supe que eras… diferente y hoy en luna llena, tu cumpleaños…

—¿Diferente?

—Irradias energía… no sabía exactamente de qué tipo, porque al estar junto a tu hermana me confundía un poco, ella por ahora es más poderosa la perra… —se escucha un crujir como de huesos rompiéndose al mismo tiempo— ¿qué estás…?

—Te dije que era demasiado tarde. Y no te atrevas a mencionar a Calliope de ninguna manera.

—Ponte en mis manos Pequeño Desafío —se oyen más huesos romperse— y serás mucho mejor que tu hermanita en todos los sentidos y dejarás de ser su sombra para siempre…

—T-e d-i-j-e q-u-e… —Damian pone ojos de terror y pone los ojos en blanco antes de caer como muerto ante los pies de Madison.

Ella ve horrorizada la escena, y siente que va a estallar. La cortina fucsia de Calliope se enciende en llamas y Madison sale corriendo de la habitación desesperada.

Llega corriendo al jardín donde se había encontrado con Damian tiempo atrás, respira profundo tratando de aclarar su mente y decidir qué hacer. La sirena de incendio se oye a los lejos y comienza a ver movimiento en la residencia… ella corre atravesando el campus para ir al pueblo en busca de su hermana, pero tan solo ha corrido unos cien metros y se detiene. Meritxell debe estar todavía con Carter en su habitación, no cree que ya esté en la fiesta es temprano todavía, aún debe estar en su celebración privada.

Cinco minutos después está tocando desesperadamente la puerta de Carter.

Carter asoma la cabeza a tan desesperado ruido.

—¿Madison? —dice sorprendido al ver que ella está llorando—, ¿te encuentras bien?

—Calliope… —es lo único que puede articular.

Entra y ve a Carter en calzoncillos y a su hermana en la cama cubriéndose con la sabana solamente.

—Amor… ¿podrías…? —pero Carter ya se está enfundando en sus pantalones y toma su camisa del suelo.

—Estaré afuera si me necesitan amor —se acerca a Meritxell y le da un beso en los labios antes de salir de la habitación.

Esperó Maritxell unos segundos antes de hablar.

—¿Qué has hecho? —dice sin rodeos.

—Creo que he matado a Damian…

—¿Qué?

—Me ha seguido a nuestra habitación y él… el fuego…

—¿Qué fuego? Mady… que has hecho, eres tan estúpida que… me prometiste que… debiste de… —Meritxell se levanta de la cama y comienza a vestirse, está furiosa y Madison la puede sentir dentro de ella.

—¿Cuántas veces te he pedido…?

—Si fueras consciente de lo que eres y lo aceptaras no tendría que hacerlo, pero eres tan…

—¡BASTA! —Madison grita y la bombilla de la lámpara estalla.

—Pequeña idiota deja de hacer tonterías que ahora tendré que…

—Soy lo suficiente madura como para…

—Claro madura… —Meritxell dice déspotamente— dime ¿cómo diablos vas a justificar que tu profesor estuviera contigo en tu recamara un sábado por la noche y él probablemente esté muerto en una habitación en llamas?

—Nadie me vio…

—Hermanita, eso no ayuda nada… todo mundo sabe que “tienes” una relación de trabajo con él, atar cabos no será difícil…

—No me trates como una niña…

—Pues deja de comportarte como tal.

—Ya no quiero ser tu sombra.

—Pero, ¿Qué estás diciendo?

—La perfecta Calliope al rescate de su inútil hermana.

—Pues acepta lo que eres y…

—¡NUNCA! —Y Madison sale corriendo de la habitación.

Meritxell se calma un poco y sale tranquila de la habitación donde a unos pasos está Carter viendo sorprendido a Madison correr por el pasillo.

—¿Sucede algo?

—Necesito ir a mi habitación a checar algo amor y de ahí nos vamos al pueblo que los chicos deben estar esperándonos.

Una vez que llega a la habitación no hay rastro de Damian ni del incendio que Mady le había dicho, así que por el día de hoy no había problemas.

Mañana investigará que ha sucedido con Damian.

Hoy tenía algo que celebrar y aunque no es como esperaba que fuera su cumpleaños diecinueve, no pensaba cancelar sus planes.

Está preocupada por su hermana, más noche hablará con ella.

Es cierto no son las mejores amigas del mundo, pero ¿eso de odiarse a ese grado?

***

Han pasado dos semanas desde su cumpleaños y Madison y Meritxell no se hablan.

Madison no le da la oportunidad, antes de que Calliope se levante ella ya no está y cuando regresa por la noche o lo hace antes que su hermana o mucho tiempo después de que ella se haya dormido.

Lo mismo hace con las clases que tienen en común.

Y desde aquella noche nadie ha visto a Damian.

Cuando Meritxell fue a preguntar a su facultad solo le han dicho que está de permiso fuera de la universidad por tiempo indefinido.

viernes, 2 de agosto de 2013

Dulce Desafío Capi 6 " Proyección Lunar"



Capítulo 6
­­Proyección Lunar

Escrito por Dark Juliet


Madison caminaba con paso seguro, no le importaba nada más que el hombre que la esperaba; su primer y mejor amigo, aquel que jamás le había pedido nada. Lo amaba pero no sabía como hacerlo sin destruirlo, ella siempre tenía ese miedo estúpido de no poder controlar esa maldita herencia familiar.

¿Por qué no pudieron darle propiedades o dinero, algo más provechoso que un libro viejo y una energía no solicitada?

Llegó hasta el jardín, ahí era donde siempre se sentaban a platicar o simplemente a ser observada por Damian, él adoraba verla y ella a él. Madison comenzó a sentirse extraña, miró al cielo, le sorprendió descubrir que había luna llena. Su fuerza era la luna, su poder iría a destinos insospechados con un eclipse. Se encogió al recordar el último eclipse de sol, ¿Le pasaría lo mismo que a su hermana? Iba tan ensimismada que no notó que Damian se hallaba detrás de ella; él sin hacer caso a su sentido común la sujetó por la cintura y acercando su boca al oído, le dijo: “Feliz Cumpleaños Clary”.

Madison volteó para quedar de frente a él, Damian no la soltó sino que al contrario la acercó más hacía sí mismo.

—¿Qué haces Damian? —Preguntó ella temblando, no tenía muy claro si era de miedo o de excitación, pero el sentimiento no era agradable— suéltame, no me gusta que…

—Lo sé, no te gusta que te toquen —Damian le retiró el mechón de cabello con que siempre se cubría uno de sus ojos— pero hoy quiero tocarte, sé que soy mayor que tú y que esto esta totalmente equivocado “oficialmente” pero mi corazón me dice que eres lo mejor que me ha pasado y que no puedo dejarte escapar.

Madison cerró los ojos, lo que menos quería oír eran esas palabras, pero no podía explicarle que ella era un arma, una asesina en potencia. La única que lo sabía era su hermana, la única que lo recordaba era ella. Con ambas manos lo golpeó en el pecho tratando de soltarse de su agarre sin conseguirlo.

—Por favor Damian, esto no está bien, somos amigos…

—Me amas Clary, lo veo en tus ojos —Damian la tomó de la barbilla levantando su cara —en estos hermosos ojos lilas, eres mía Madison Clarisa Dempsey

Damian convirtió en nada la distancia que separaba su boca de los labios de la muchacha, luchó por mantener los ojos abiertos y ver las diferentes expresiones que pasaban por la cara de la que pronto sería su mujer. La reclamaría para sí, sería totalmente de él.

De pronto sintió un arrollador dolor en la espalda, no tuvo más remedio que soltar a Madison. Al voltear sólo hizo un gesto, era Maritxell.

—Pero si es la reina de hielo —dijo Damian con los ojos entrecerrados— ¿con qué me golpeaste en la espalda?

—Vamos Mady, la fiesta nos espera

Madison negó con la cabeza, no se sentía bien. Maritxell frunció el ceño y entonces supo cual era el malestar de su hermana. La luna se encontraba justo encima de ellos, los ojos de Madison se hicieron un poco más obscuros.

—Vete Damian— lo urgió Madison sin verlo— creo que ya no podré trabajar para ti, yo… esto… no puedo tener nada con nadie, lo siento.

—Pero Clary…

Maritxell expresó el asco que le dio que llamara así a su hermana. Se plantó delante de él.

—Si no la dejas en paz yo misma te reportaré de acoso a una estudiante, sabes que esta prohibido.

Damian se alejó del lugar, si esa niña creía que sería la última vez que sabría de él estaba muy equivocada.

Maritxell se volvió a su hermana, Madison tenía los ojos cerrados y una expresión de profundo terror en el rostro.

—¿Le hice daño Maritxell? —Madison bajo la cabeza y apretó más los ojos.

Maritxell puso los ojos en blanco, otra vez el mismo problema, la inseguridad de su hermana la tenía fastidiada.

—Creo que vivirá Mady, el problema es que jamás te podrás acercar a él otra vez —Maritxell tomó la cara de su hermana entre sus manos obligándola a abrir los ojos—. Nunca Mady, él no te conviene, júrame que jamás dejaras que se acerque a ti como lo hacía hoy.

—Maritxell… lo amo…

—No hermanita, él te hizo creer eso —Maritxell apretó un poco más su agarre hasta que Mady sintió dolor —júramelo o iré a acusarlo y los correrán a ambos, no querrás hacerle eso a nuestros padres, ¿o sí?

—No, pero…

—Nada de peros Mady, sabes lo que pasa cuando alguien se te acerca, sabes que eres peligrosa.

Mady asintió con desgana y fue entonces que Maritxell la soltó, arregló su vestido y caminó rumbo a la entrada principal de la escuela. Mady no se movió, cerró los ojos un momento pero de inmediato los volvió abrir.

—¿Cómo sabías que estaba aquí Calliope?

—Te seguí Mady, solo es por tu bien— Maritxell le dirigió una sonrisa confiada y siguió su camino.
Maritxell estaba molesta, ¿qué se creía ese idiota seduciendo a su hermana?, ella debía arreglar eso, nadie era más bella que ella, no existía quien no usara a su hermana como sustituta de la propia Maritxell. Cuando esa opción llegó a su cabeza, supo que era cierta. Damian sólo estaba usando a Mady como una suplente del verdadero objeto de su pasión.


Maritxell Calliope Dempsey se encargaría de que ese maestro de cuarta obtuviera lo que merecía, el tiempo ya diría que sería. Sólo había dos opciones, Damian podría recibir el favor de Maritxell o su total ruina.
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