jueves, 4 de julio de 2013

Noche Mágica by felin

Noche Mágica

By Felin28

Jamás creía que a mí me pusiera suceder esto, es cierto es lo que todas en el fondo, unas más profundo que otros, pero al final un sueño que todas tenemos desde pequeñas, quizá desde esa primera vez que leímos Cenicienta, la Bella Durmiente y tantas historias como estas, y ni decir de las telenovelas que vemos en la tv o leemos en un buen libro, que al final la prota termina con el amor de su vida “con un vivieron felices para siempre” y a veces llorábamos a moco tendido por imaginar que ese final era sobre nosotras.
Muchas veces soñé, lloré y deseé que mi final fuera así, pero después de tantos intentos fallidos lleno de estúpidos hombres machistas que lo único que hacían era lastimarme más y más y sentirme cada vez más pequeña de lo que soy, ya que en si con mi 1.52 de altura y casi 70 kilogramos, algo que debo decir que cada rompimiento agregó a la báscula 2, o 3, bueno quizá un poco más, es que el ultimo “apodo cariñoso” del ultimo patán con el que estuve: mi pequeña cuerpo de uva, es que cada vez es más real.
Y de este modo jamás encontraría a mi príncipe azul, porque ellos siempre buscan chicas altas y esbeltas, y con un enorme culo o pecho… yo podría entrar en el segundo apartado, pero siendo que mi vientre es un poco más abultado de lo que podría llamarse sexy es que estoy frita.
Y de manera… estúpida es que aún no sé cómo es que accedí a los deseos de Juliet de que fuéramos a esa fiesta a de disfraces (coño, ¿que me digan, quien va en julio a una fiesta de este tipo?, y dos ¿cómo deje que me convenciera que las dos fuéramos vestidas de “mi bella genio”? ) y lo peor del caso es que cuando pasó por mí, ya que mi querida hermanita me rogó, por no decir suplicó que le prestará mi camioneta, me llevé la sorpresa con que en la tienda ya no tenían trajes tipo Sherezade y para que se viera que éramos pareja (sí lastimeramente ambas somos solteras) es que ella se disfrazó de Aladín, y aunque traté de convencerla a que cambiáramos de atuendo ya que ella por lo menos es delgada no le daría tanta vergüenza por andar enseñando barriga… pero ¿a quién engaño? Ella no tiene barriga, tiene un vientre perfectamente plano y marcado, en cambió yo llevo marcado las pizzas, hamburguesas y comida china (que la amo) por toda mi redondez…  con su pretexto de que no somos de la misma talla y que el sostén no habría forma que lo llenara con sus atributos, pues ahí voy yo: Janette con la barriga de fuera, porque ya no había forma ni tiempo que buscara en mi guardarropa algo más que usar, sin decir, claro está que Juliet no me dejó ni dar un paso, ya que me tomó del brazo y literalmente me arrastró fuera de la casa de mis padres (un punto menos para mí, a mis veintiocho años sigo viviendo bajo el mismo techo de mis progenitores)
Tratando de poner mi mejor cara y repetirme mentalmente “Soy un ser de luz… Soy un ser de paz” como cincuenta veces mientras conducía al bar Les Contes (los cuentos)  traté de tranquilizarme y entrar con la mentalidad de disfrutar el cumpleaños de Natalie o por lo menos aprovechar la barra libre y tratar de ponerme ebria con algunos mojitos (mi trago favorito) o unos tequilas directos para que por lo menos las críticas o las miradas lascivas no me lastimen tanto o por lo menos me valga madres, total haga lo que haga prefiero no recordarlo, apenas empezaba está noche y ya quería olvidarla.
Y normalmente que me pongo ebria, pero lo que se dice ebria como para dejarme llevar, suelo ser muy divertida, algo que puedo usar a mi favor. Ya que normalmente soy un poco sosa, aburrida e incluso amargada, peo con alcohol circulando por mis venas suelos ser un poco más libre.
Y sip, tenía toda la razón: desde el primer momento que puse un pie en el bar, todas las miradas se posaron en mí… más específicamente a la parte media de mi cuerpo. Diablos, si quería llamar la atención hubiera mostrado mis perfectamente piernas, llenitas, pero con esa forma que el tacón hace que se vean largas estilizadas y hasta fuertes, pero no, en cambio solo estoy mostrando la peor parte de mi… vale quizá soy un poco paranoica y nadie a esta media luz se dio cuenta de mi atuendo. Pero aun así es que no me siento muy a gusto, y como era de esperar pues Juliet inmediatamente encontró cita y me dejó sola en el bar pidiendo un, dos, cinco tequilas, y ahí es donde perdí la cuenta.
Después de eso solo tengo recuerdos vagos (y por pena) es que no quizá indagar demasiado, ya era suficientemente vergonzoso no recordar todo claramente, cómo para que estas alturas empiece a investigar… total, lo hecho, hecho está.
Un caballo blanco, un sultán, una cama con dosel, risas, besos… y una tremenda resaca al día siguiente, mi ropa en el suelo, y una nota en la almohada a un lado mío.
Mi primer impulso fue gritar y salir corriendo, al no recordar como llegue ahí, aunque su rostro cada vez es más claro en mis recuerdos, pensé que eran de ese tipos de notas en el cual me decían que era una broma, o que me dejaba los billetes ahí por mis servicios, o me decían bienvenida a mi mundo de VIH… (cierto todas estas ideas son debido a las miles de pelis que he visto, y con eso que quiero mi cuento de hadas, pues cada cosa siempre la relaciono así), y aun así con dedos temblorosos abrí la carta.
La carta no era extensa en realidad, unas cuantas palabras que con trabajo eran dos líneas y una firma al final… pero esas pocas palabras fueron suficientes para hacerme reír y creer en el amor.
Y aquí estoy cinco meses después de mi borrachera, de pie enfrente al espejo de cuerpo completo que tengo en mi habitación viéndome por última vez para checar que todo esté perfecto y no falte nada, está vez llevo el traje correcto y no quiero cambiarlo.
—Janette —Juliet toca dos veces la puerta y se asoma a través de la puerta— si no te das prisa vamos a llegar demasiado tarde.
Sonrió por última vez antes de dar media vuelta y tomarla de la mano para salir juntas del lugar.
Al vernos en nuestros vestidos en este momento me da risa recordar como quise que lo intercambiáramos y ahora ni de coño lo haría… ahora comprendo porque la vez anterior Juliet se negó a mostrar su vientre que yo creía que era plano en ese entonces y había optado por algo más suelto… mi primer sobrino-ahijado está a tan solo un par de semanas de ver la luz por primera vez.
Y esta vez yo, me veo perfecta, sin barriga (logré bajar casi quince kilos en estos meses) y hoy me veo perfecta… y no puedo estar más feliz.
—Espera… —digo espantada y regreso a mi habitación corriendo a buscar la nota. La leo por décima vez el día de hoy y la doblo perfectamente, y salgo para alcanzar de nuevo a Juliet— no me podía ir sin esto.
—En verdad eres… —ambas comenzamos a reír y subimos al auto que nos estaba esperando.
Veinte minutos después estoy en la entrada del lugar, y sé que todas las miradas esta vez se posarán en mí, ahora estoy completamente segura de eso, probablemente algunas miradas sean de envidia, otras de amor, pero no me importa, esta vez no.
La única que me interesa sé dónde va a estar.
Acomodo mi vestido y Juliet me acomoda el velo y me entrega mi ramo.
Resulta que mi sultán el cual llegó en caballo blanco esa noche hace cinco meses (algo en lo que Juliet fue cómplice y por eso me obligó a vestirme así) y afuera del bar me pidió matrimonio y cerramos el compromiso en una noche de pasión. En estos momentos me está esperando vestido de blanco (también) con una enorme sonrisa en los labios al final del pasillo.
Y ahora (contando también los últimos meses) comprendo que “Mi Pequeña Cuerpo de Uva” no era un insulto, sino era todo lo contrario.

Y lo único que deseo, es que esta Sherezade viva no solo una y mil noches con final feliz… sino que sean miles las cuales pueda seguir viviendo al lado de mi hermoso sultán que me ama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...