miércoles, 22 de mayo de 2013

Caminito a la Escuela by Felin


Caminito a la Escuela



—Evolet… —me llama mientras camino de prisa por la calle oscura— Evolet, come on, no seas una niñata y regresa a…

—Jodete –digo lo más tranquila que puedo sin detener mi paso— o menor dicho jodetela que es lo que quiere… quieres, así que no sé…— me detengo para enfrentarlo y verlo a la cara— te lo dije en más de una ocasión Jules, no tengo absolutamente ningún problema con saber que te cojes a la mitad de la universidad, pero creí que…

—No es lo que parece Evolet, nena… yo… —Jules me toma de la mano y me acerca peligrosamente a él, por un momento siento temblar mis piernas y palpitar rápidamente mi corazón al roce con su cuerpo, pero un segundo después reacciono y disimuladamente trato de aparentar que él no me altera— no eres como ella…

—Por supuesto que no —contesto un poco indignada— es por eso que me fui de tu apartamento, porque si ella está dispuesta a…

—Te repito, —acerca peligrosamente sus labios a los míos— las cosas no son lo que parecen, ella llegó sin que yo…

—Jules… —le digo lo más seria que puedo— o debería decirte profesor Cantú… —hago una mueca— tú alumna  ha de estar desesperada por que se lo met… —me suelto de su agarre— mierda Jules…. Puta madre —digo desesperada—, ¿tienes una puta idea del proble… de los problemas que esto nos puede traer? Si se enteran… tú puedes perder tu licencia de enseñanza y yo seré expulsada… o si bien me va estaré en boca de toda la facultad diciendo que ahora comprenden  porque es que este año acredité con buenas notas tus exámenes cuando todo mundo sale fatal…

—Será porque es la segunda vez que los presentas…

—Cabrón y todavía presumes que porque te dio la gana te diste el lujo de reprobarme el otoño pasado algo que no tenía justificante y tuve que esperarme medio año a que se abriera esta primavera de nuevo el curso…

—Algo tenía que hacer para poder verte un poco más.

—Y por tu capricho hiciste que me atrasara en todo, perdiera materias y quizá me tenga que quedar un año más que mis compañeros para…

—Para que podemos conocernos más y…

Sonrío ante sus palabras que en realidad me halagan.

—Jules, no me…

—Te lo advierto Evolet, si repites una vez más la palabra joder en cualquiera de sus variaciones es que no me podré aguantar y tendremos como escenario… como cama unas hermosas flores primaverales o un áspero tronco como pared… o quizá una piedra como mesa o silla.

—Vaya, vaya –digo tratando de contener la risa— ¿ahora hasta poeta me saliste?

—Pues poeta aún no lo sé, lo que si es que estoy tan… que no podré soportar mucho tiempo antes de…

—Pues tienes a la zorra de Marie en tu casa esperándote… quizá este en tu cama haciendo…

—Será en la suya.

—Te atreviste a dejarla tirada en plena calle y venir…

—Detrás de ti –termina mi frase— no sé cómo es que se enteró donde vivía y ni qué demonios estaba pensando presentarse de esa manera ante mi… jamás le di alas para que…

—Pues hasta donde recuerdo, la vez que hablábamos en clase de pornografía y erotismo… ambos entraron en una conversación un poquito rara de los sabores, olores del sexo… que incluso ella te dijo «Jules me estoy excitando, que estoy empapada ya» —hago una voz chillona arremedándola— ¿recuerdas la cara de pena, asco o asombro que puso toda la clase?

—En realidad solo recuerdo tu rostro.

—¿El mío?

—Querías matarla por lo menos… estabas un poco celosa.

—¿Celosa, yo? ¿Si tú, y tu nieve de limón de que la quieres?

—Pusiste la misma expresión que hace un rato cuando llegaste a la casa un minuto después de ella y me encontraste hablando con ella en la entrada, cuando te diste cuenta de la ropa que traía puesta y como se me insinuaba… querías…

—Sueña todo lo que quieras… ella para mí, tu…

—¿Ahora vas  a decir que miento?

—Sueñas muy alto…

—Dime que en este momento no deseas que te arranque la tanguita que debes traer y te haga gritar de tal manera mientras lo hacemos contra el suelo o recargados en un árbol… —sonríe— y después de un breve descanso te traté como una princesa… como mi princesa que le gusta ser amada lentamente, sin prisas ni cosas extravagantes…

—¿En verdad crees que quiero todo eso?

—La verdad es que lo primero lo deseo yo…  pero tú prefieres las cosas más…

—No te atrevas a decir que cursis porque…

—Románticas –termina diciendo— Evolet… en verdad es que no entiendo cuál es el problema si…

—Jules… en verdad crees que Marie se va a quedar callada, la dejaste botada fuera de… y saliste detrás de mí…

—Ella en realidad no te vio y no sabe nada de ti. No le di oportunidad ni siquiera de pensar… quizá en estos momentos se siga preguntando de porque salí corriendo ante esa oportunidad, créeme yo no soy al primero que se le presenta de esa manera.

—Ahora me vas a decir que ella…

—No me importa lo que quiera o desea. Cuando te vi que salías corriendo yo…

—¿Corriendo?

—Si… corriendo, –me abraza y busca mis labios— no le di oportunidad de nada, lo único que quería era salir detrás de ti para no perderte.

—¿Y si no me hubieras alcanzado?

—Puff… —sonríe— pues creo que por tercera vez tendrías que cursar mi clase… —Comienzo a reír a carajadas y sin dudarlo lo beso mientras él me abraza cada vez más fuerte—. Un Otoño me robaste el corazón, pero hasta la primavera me diste esa oportunidad que tanto soñé… ¿por qué no dejar que el otoño decida nuestras vidas nuevamente?

—Ni de coña —le digo seriamente— ese chistosito tuyo me ha costado seis meses más en la facultad… y por capricho ¿quieres que me atrase más?

—No es capricho —me dice muy serio— sé que cuando te titules te perderé para siempre.

—¿Cómo es que estas tan seguro de eso?

—Porque sé que te mereces a alguien mejor y que yo;  solo soy uno más… un profe más al que te tiraste varias veces y que él sin miramientos te regalo varios orgasmos… es como me recordaras.

—Y los que falta…

Sonríe mientras me besa— Entonces… ¿un otoño más en clases?

—Pues haciendo cuentas, aún me queda un otoño, un invierno y una primavera y quizá un otoño más por estudiar… pero contigo como alumna nunca más… — comienzo a desabrochar su camisa— y aunque seas profesor… literalmente si no soy tu alumna no estaríamos haciendo nada fuera… —dejo caer su camisa al suelo mientras le doy un pequeño beso en el cuello— somos dos personas adultas que sabemos que estamos haciendo…

—¿Eso quiere decir?

—Que no tendríamos que ocultarnos más… una vez que termine este trimestre.

—¿Flores, pasto o árbol prefieres para…?

—¿En verdad me piensas limitar a solo una cosa?  —Me muerdo el labio— yo que tenía pensado aprovechar…

—¿Aquí en pleno día?

—¿Qué tiene de malo? Si la primavera nos da varias opciones con tan hermosos escenarios…

-¿Primero las flores? —dice mientras me toma en sus brazos levantándome y me besa apasionadamente.

domingo, 12 de mayo de 2013

Una Día Diferente by Felin


Un Día Diferente





by Felin


Era una tarde de verano tranquila como la mayoría cuando el calor es insoportable, incluso en las calles  hay pocos automóviles circulando y muy poca gente caminando, normalmente  en este tipo de días si la gente no necesita salir de sus casas no lo hacen.

El calor estas últimas semanas es insoportable durante las 24 hrs del día. Y hoy precisamente es una tarde de esos días.

De esos días que las calles están desiertas.

Ethan  de 25 años se la ha pasada dando vueltas incesantes en su dormitorio hablando, preguntándose y contestándose el mismo, hace un ademán raro y repetitivo con las manos cada vez que lo hace y el tic nervioso del ojo izquierdo hoy ha sido más frecuente de lo normal, esta vestido con una camiseta y está en calzoncillos;  sabe que hoy es el día, ya no lo puede posponer más, es hoy o nunca. Algo que durante todo el día le ha impedido salir de su dormitorio es precisamente el calor.

Pero sabe que debe hacerlo. Rebusca en su armario el atuendo perfecto dudó si utilizaría su camisa blanca o negra, pero después de pensarlo saco la camisa blanca esa que tiene las alas negrass en la espalda y en la parte delantera con letras negras está bordado las palabras Fallen Angels.

Después de darse una ducha rápida se arregló perfectamente para su gran cita, revisó  dos veces su atuendo en el espejo que tiene en su recamara, algo que su hermana la critico mucho cuando lo hizo ya que tiene una pared completamente de espejo y eso es muy raro en un dormitorio de hombre. Pero siempre es tan meticuloso con su apariencia que nunca estaría de más tener una zona amplia para poder verse y comprobar su apariencia.

Busco su mochila negra esa de una sola asa y se la puso metiendo antes algunas cosas que tenía junto a su ropa, revisó su cartera, que el celular tuviera pila; todo parecía estar en orden y salió de su habitación perfectamente listo para cualquier cosa.

Entró en la pequeña cocina abrió el refrigerador y saco una lata de Tecate , la destapó y se la tomó en tres tragos

Buscó sus llaves y tomó unos chicles que estaban a un lado de ellas y comenzó a masticarlo, cerró perfectamente la puerta con las dos chapas de seguridad y bajo corriendo las escaleras, saltando un escalón en cada paso. Salió del edifico de ocho pisos y tan solo había dado dos pasos fuera de el…

—¡Taxi! — mientras estiraba su mano, solo tuvo que llamarlo una vez y se detuvo frente a él. — ¡Buenas tardes! —Dijo casi en un susurro mientras entraba al automóvil— voy a la zona rosa, cerca del ángel.

—¿Sobre reforma? —Pregunta el taxista— ¿Cómo desea que me…?

—Da lo mismo —contesta Ethan mientras observa por la ventana mientras observa que comienza a anochecer.

—¿Qué calor hace no joven? —trata de hacer platica el taxista, pero después de casi un minuto en silencio el chofer sabe que no va a recibir respuesta alguna. Aunque no debería en un semáforo compra un cigarrillo— ¿le molesta si…? —Ethan solo responde  con un movimiento de la mano de que no le importa.

Saca su celular y marca.

—Ma… hola —dice hablando en un susurro poco audible para el taxista— si… prometo este finde voy a  verte… muy bien… no para nada… yo le hablo mañana… no se me olvida… aja… —sigue hablando pero cada vez alza más la voz— te hablaba, porque una camisa… ¿te acuerdas la de las alas? Pues se me manchó de sangre y quiero saber cómo la puedo lavar sin que…

El taxista lo observa por el espejo retrovisor, y la llama la atención que esa camisa que lleva tiene unas alas, es imposible que hable de la misma camisa porque va perfectamente arreglado, lo ignora mientras suena insistente el claxon a dos chicos que se atravesaron frente  a él y tuvo que frenar intempestivamente para no atropellarlos.

—¡Pendejos… hijo de la chin…! —Grita mientras vuelve a poner en marcha el automóvil.

Ethan cuelga el teléfono y busca en su mochila algo. Y marca un nuevo número.

—¿Cruz Roja? —Pregunta muy tranquilo— hablaba para reportar un accidente automovilístico….

El chofer busca rápidamente en todas las direcciones el accidente que dice el chico, pero no ve nada y creé que es uno de esos chicos idiotas que hace falsas llamadas a emergencias.

—Puta madre… —maldice para que lo escuche— esas llamadas…

—Cerca de  Ángel, Reforma y Génova… —Ethan sigue hablando— dirección al centro, es un taxi… —levanta la mano derecha y pone la punta de la pistola en la parte trasera del taxista, dense prisa que… —cuelga el teléfono al mismo tiempo que jala el gatillo de su pistola.
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