lunes, 27 de junio de 2011

Biografia

Evelyn Cuellar; mejor conocida en la red como felin28
Orgullosa mexicana nacida el 28 de diciembre de 1977.

Comencé a escribir hace poco, pero tenía una necesidad de expresar las lokuras que rondaban por mi cabecita, ya hace mucho. Pero a veces el temor a las criticas, o equivivocarnos es una gran muralla que nos cuesta trabajo derribar. En mi camino encontré la motivación que necesitaba para poder expresarlas en letras. Y el saber que alguien se toma unos minutos en leerme, es el motor que hace querer superarme y mejorar cada día más.

Hace algunos años escribí un guión para un cortometraje; pero se quedo ahí; para que los amigos lo leyeran­. Y por reto de un ángel para mi, escribí Sólo él, para un concurso de fics en Fallen; y gracias a los comentarios decidí tomar idea de esta mi primera historia para hacer, lo qué se consideraría mi primera novela que es Amar... Te Duele, que es mi baby. Y al mismo tiempo, he hecho algunos cuentos cortos como serían: Fiesta de disfraces; ¿Verdad o Reto?; ¿Hechizo de amor?; ¿Dulce o Truco?: Viaje de graduación; El parque; entre otros, más los que se acumule, que cada vez son más.

Mi reto ahora es hacer de Amar... te Duele hacerla una saga de por lo menos 4 títulos, aún estoy pensando como llamarla, pero lo que se es que la primera parte es la adolescencia de Jazz, la segunda de edad madura joven de jazzlyn; la tercera parte sería después de Jazz y una precuela que sería antes de Jazz. Soñar no cuesta nada.

Y aunque no he avanzado mucho, estoy comenzando a trabajar en mi versión de Cenicienta, que quizá lleve el titulo de Eresa una vez...

Me he dado cuenta que el escribir me ayuda a expresar cosas que en algún momento me he callado y que sólo lo habí­a guardado para mi. Cada vez que comienzo a escribir algo, me transporto a un mundo mágico; dónde veo pasar ante mis ojos a un sinnúmero de personajes, que pareciera que me susurran al oído sus historias.

Capítulo 22 de Amar...Te Duele "¿Qué Soy Una Qué?"


Amar...Te Duele
Capítulo 22 "¿Qué Soy Una Qué?"



¿Que Soy Una Qué?


Mientras corría Jazz lo más lejos que podía un poco por el malestar que de repente sintió en todo su cuerpo, pero más en el estomago, y otra parte porque le dolía en el alma que Iker hubiera ido a su fiesta de cumpleaños con ellas.

No podía creer que fuera tan imbécil como para... Pero lo fue. Ella que todavía tenía la esperanza que pudieran hablar, que él le explicará el porque, el cómo. Sabía, a pesar de lo poco que lo conoce aún, tiene el presentimiento que si le mintió era por una buena razón.


***Flash Back***


—Jazz, por favor déjame explicarte como son las cosas —decía Iker en una manera suplicante, de desesperación. —Es cierto en parte es mi culpa pero, es que...

—¿En parte? —trataba de decir lo más tranquila posible que podía Jazz, —pero como te atreves... —por más que trataba de no alzar la voz, para evitar que los demás estudiantes no los estuvieran observando, no lo conseguía del todo, ya que después de estarlo esquivando por más de quince días accedió a hablar con él. Aunque él hubiera preferido hacerlo en otra parte, Jazz aquí era en el único lugar donde se sentía a salvo. A salvo de que la lastimara más de lo que lo ha hecho hasta ahora— a seguir mintiéndome ¿no han sido suficientes mentiras y secretos, los que tienes conmigo? —aún no podía creer que él estuviera tan tranquilo— Creeme, aunque a veces por... mi forma de ser, de hablar... quizá parezca una niña; pero... —estas últimas palabras le duelen mucho, ya que la primera persona que se las dijo, era alguien muy importante para ella. — Si lo que tú querías era a alguien más... “fácil” no entiendo porque hiciste que... —las primeras lágrimas comenzaban a correr por sus mejillas, acompañadas de un gran dolor. — No se en que momento tú...

—Fue... —dio un fuerte suspiro —cuando te fuiste de vacaciones el verano pasado a casa de tus abuelos yo...

—¡Pero, ahora me doy cuenta, que la única imbécil ciega aquí...! —trató de levantarse del pasto donde se encontraban, pero sus piernas no reaccionaban, no la obedecían. —me estás diciendo que desde hace casi siete meses tú me estas...

—Jazz, amor, en verdad no se como ocurrió, mi padre...

—Ahora vas a decir que tu padre te metió a la cama a ese par de...

—Pues —los primeros indicios de que las lágrimas no tardaban en salir por los ojos de Iker era evidente —no es que lo culpe de todo a él pero...

—Por favor, ¿quieres decirme que tu padre tu busco un par de zorras para que te acostaras con ellas en tu habitación y el estaba de acuerdo con todo eso... —aunque trató de evitarlo, la voz le salio unos dos tonos más arriba que de costumbre —¿y tú mamá, les lleva el desayuno por las mañana?

—Amor, por favor —le dijo tratando de acercarse a ella, para tratar de consolarla y que disminuyera el volumen de su voz; los demás chicos que pasan por ahí, ahora se les quedaban viendo y cuchicheaban a sus espaldas.

Jazz en un gran esfuerzo, en el ultimo segundo antes de que la tocara, se pudo hacer a un lado y ponerse de pie.

—Si por lo menos hubieras sido más discreto... —Jazz recuerda las palabras de advertencia que le dio Berenice la última vez que hablaron —hay quien se dio cuenta de que tú...

—Pues la única que me vio fue...

—Eso ya no importa... simplemente no me valoraste lo suficiente y buscaste algo que ni siquiera fuiste lo suficientemente hombre para preguntarme a mi y...

—Es que yo no buscaba tener relaciones... —Iker trataba inútilmente justificarse —yo encontraba en ti, todo lo que buscaba y...

—Se nota —comenzó a decir Jazz antes de comenzar a caminar —no quiero que me busques, ni me hables, haz como que nunca nos conocimos —le dijo con voz baja y casi en un susurro, ya que el contener la rabia y el llanto se le había cerrado la garganta —Olvidate de mi —terminó diciendo antes de darle la espalda.

—Pero... Jazz yo...


***Fin de Flash Back***


Jazz corrió lo más de prisa que pudo, lo que sus piernas y sus fuerzas se lo permitieron. Corrió sin rumbo fijo, lo único que le importaba era estar sola. A pesar de que la ultima vez que conversó con Iker fue hace un mes, cada vez que lo recuerda, llora como si fuera la primera vez.

Se había alejado tanto que donde se encontraba, sólo era levemente iluminado por la luz de la luna llena, que está ocasión estaba enorme y con un halo de varios colores. Se detuvo unos minutos a contemplarla. Esto hizo que se tranquilizara poco a poco y el dolor que sentía en esos momentos fuera disminuyendo.

No alcanzaba a ver nada. No escuchaba nada más que el sonido de las olas al chocar con la orilla de playa. Había un grupo de rocas enormes cerca de donde se había detenido. Y sin dudarlo se fue ahí para tratar de tranquilizarse completamente antes de volver a enfrentar a sus invitados; los deseados y los que no.

Sin tener la menor idea de cuanto tiempo llevaba llorando y tratando de tranquilizarse, sabía que ya era un buen rato porque cada vez está más oscuro. Pero antes de comenzar el regreso a la fiesta decidió arreglarse un poco el maquillaje; por eso amaba los pantalones cargo, ya que sin necesidad de traer la bolsa de mano siempre con ella, en el podía traer todo lo que necesitaba: el maquillaje básico, un espejo, toallas húmedas y el celular.

Una vez que termino, volvió a guardarse todo en el pantalón y comenzó a caminar despacio. La verdad es que no tenía mucho humor de volver a aquel lugar. Cuando había avanzado algunos metros, comenzó a escuchar gritos. Muchos gritos que provenían donde se encontraba toda la gente que quería.

Jazz comenzó a correr lo más de prisa que pudo.

—Jazz — escuchaba que la llamaban.

—Azzy — ahora era la voz de su abuela.

—Jazzlyn— ahora era la voz de un chico.

A pesar de que se encontraba a un muy lejos del lugar de la playa, podía escuchar que la llamaban. No entendía cómo era posible, ya que ni siquiera estaba cerca de la playa donde estaban celebrando la fiesta. Comenzó a caminar más de prisa. Y conforme lo iba haciendo. Las voces las escuchaba mas de cerca; como si le estuvieran hablando al oído.

Después de caminar alrededor de diez minutos a un paso rápido, a lo lejos podía distinguir el lugar donde se estaba celebrando la fiesta. Y lo que vio, no le gustó para nada.

Había fuego, mucho humo, gritos. Gritos de desesperación. Y algunas luces de colores; que se parecían... a la suya.

Sin importarle nada, comenzó a correr al lugar sin saber a que se enfrentaría. Ahora recordaba las palabras que escucho a su abuela decir en el teléfono «sólo están divirtiéndose» pero si es así: ¿Qué? O mejor dicho ¿Quiénes? Y ¿Por qué? Si ella no le ha hecho nada a nadie. La vez pasada ella estaba sola, pero ahora, están juntas todas las personas a las que ama. No sabía quien podía estar haciendo eso.

De lo que si estaba segura, es que todo era por su culpa. Los estaban lastimando por ella. Y haría todo lo posible para que no saliera lastimado nadie. Incluso pensó que si fuera necesario, se sacrificaría por ellos.

Cada vez que escuchaba algún lamento, un grito a ella se le iba la respiración. Tenía que llegar rápido, si no ya sería demasiado tarde para hacer algo. Rogaba a Dios que los rayos que alguna vez había hecho, está ocasión pudiera hacerlos y que de algo sirvieran. El único problema es que no tiene la menor idea de como hacerlos.

Entre más corría, era más su desesperación. Sentía que nunca llegaría. Por fin a lo lejos pudo ver el lugar donde estaba la fiesta. Y el escenario que vio, no era lo que esperaba. No se lo había imaginado, si estaba pasando en realidad. Lo que resaltaba era llamaradas enormes, mucho humo y... rayos de varios colores. Como el suyo pensó.

Vio a la gente correr en todas direcciones; aunque no podía ya ni respirar a causa del esfuerzo de correr, sólo se tomó unos segundos para recuperar el aire y seguir corriendo para poder hacer algo. De alguna forma puede ayudar, además su abuela Dayrys se encuentra ahí, y ella debe saber que hacer para que nadie salga herido.

En eso siente que lo toman fuertemente del brazo derecho. A causa de a oscuridad no puede ver quien es.

—¿A donde crees qué vas? — le dice una voz, que conoce muy bien. O eso cree ella.

—¡Sueltame! — grita desesperada, aunque no alcanza a ver su rostro debido a la oscuridad del lugar, está casi segura que es él.— ¡Sueltame o...!

—¿Qué vas a hacer? — le dice casi en un susurro cerca del oído, ya que ahora él se encuentra detrás de ella abrazándola por la cintura fuertemente — ¿Me vas a lanzar tú rayo rosa o vas a golpearme y dudo mucho que ese rayo tan débil me haga algo o tus caricias, además, creeme que eso aquí no te serviría de nada.

—¿T—Tú q—que sa—sabes? yo... ellos me necesitan —trataba de liberarse de su abrazo. Comenzaba a llorar y no era tanto porque él la estuviera lastimando, sino más bien era a causa de la frustración, sabía que el tenía la razón, ella no podría a hacer nada contra lo que estaba sucediendo. Pero aún así, la ira comenzó a apoderarse de ella, y sin que se lo esperara, levantó las manos sobre su cabeza apuntando al rostro de él.

—¡Wow! —dice él al mismo tiempo que suelta una mano de su cintura, para esquivar el rayo que le ha lanzado hacia la cara. —¿Sabes una cosa? Debes de tener cuidado con eso, no es para que juegues...

—No es juego, ¿O me dejas ir o...? —comienza a decir Jazz, con un odio en la voz, que él no había escuchado antes, ni siquiera cuando ella...

—Deja de hacer niñerías, nada de lo que hagas o puedas hacer en estos momentos te servirá de algo... además ahí hay...—fue lo ultimo que alcanzó a escuchar antes de que sintiera que la abrazaba nuevamente y sintiera un fuerte mareo.

La poco la luz que había desapareció.

Después de unos pocos segundos, sintió que tocaba piso nuevamente y las manos de él la liberaban de su agarre. Ya no se encontraba en la playa, ya no escuchaba los gritos, ya no estaba el fuego que unos instantes había visto.

Se encontraba en una habitación oscura, con un gran ventanal en una de las paredes.

En la esquina, viendo hacía el exterior, se encontraba él viendo pasar a la gente que caminaba tranquila, sin imaginar lo que estaba sucediendo en una playa cercana de ahí o esa creía ella.

Se volteó y tomo asiento en un pequeño sillón que estaba a un lado de la ventana y tomó asiento, esperando que Jazz comenzara a gritar o por lo menos a hacer mil preguntas como siempre lo hacía. Mientras esperaba que la sorpresa pasara. Prendió la pequeña lampara que estaba en la mesita.

—¿Y? —comenzó él. —¿No dices nada?

—¿Quién eres? — preguntó casi en un grito —mejor dicho ¿Qué eres? ¿Estás con ellos? —comenzó a decir mientras movía las manos en su dirección y se acercaba a él.

—Antes que nada, baja las manos, aún no estas lista y puedes tener un accidente...

—¿Accidente?, pues no estaría mal —comienza a decir jazz, mientras se acerca a él y poder comprobar si está en lo correcto, o solo es su imaginación.

—Si no tienes cuidado, alguien puede salir herido, y dudo mucho que sea yo.

—¿Estas muy seguro de eso? —le dice con una pequeña sonrisa. —¿Quién eres? ¿Qué eres?

—¿En verdad quieres saber? — le contesto con una risa discreta; mientras se ponía de pie y daba los cinco pasos que le faltaba dar a Jazz para llegar hasta él.

—¿Tú?— dijo sorprendida Jazz. —No puede ser, creí que estaba equivocada, esperaba que no fueras tú... tú eras mi amigo y... pero...

—¿En verdad te sorprende? Hace unos días que yo me enteré que eras una Maagiline, tampoco lo podía creer. Aunque si he de ser sincero, había algunas cosas que... —tenía ciertas dudas por...

—¿Que soy una qué? —dice Jazz sorprendida.


--------------------------


El sol brillaba en lo alto del cielo. Jazz abre los ojos lentamente, le duele la cabeza horriblemente; comienza a parpadear rápidamente para ubicar donde se encuentra en estos momentos, no reconoce el lugar. Por un momento creyó que todo había sido un sueño. Una pesadilla horrible.

Pero ahora que puede ver claramente el lugar donde se encuentra se da cuenta que pasó todo en realidad. Ella está lejos de casa, y no sabe nada de su familia.

Aún resuena en su cabeza las palabras que le dijo él... No puede creer que él sea un... ¿Por qué no se lo dijo antes? Anoche no quiso darle mayores respuesta. Incluso después de que le dijera que era una Maaga-lo-que-sea, para tranquilizarla le dio un poco de jugo; que ahora duda seriamente que sólo hubiera sido un simple jugo de frutas, porque es lo último que recuerda.

No recuerda haberse quedado dormida. Ni siquiera ponerse la pijama. Pero diablos, ¿cómo se atrevió a cambiarla él? ¿quién se cree?, ella nunca ha estado desnuda o semidesnuda frente a un chico y él, le ha quitado toda la ropa que llevaba y la ha dejado con un pequeño short y una camiseta solamente.

Se levantó de un brinco de la cama buscando su ropa para salir de ahí. Comenzó a buscar en el pequeño armario que había en la habitación. Estaba vacío. Corrió frente a una pequeña cómoda y comienzo a buscar en cada cajón. No había nada ahí. Estaba todo vacío, pero ¿qué ha hecho con sus cosas?

—¿Se te perdió algo? —le dijo un voz baja, cuando Jazz volteo a verlo él estaba sonriendo.

—¿Cómo te has atrevido a...? —incluso decirlo le daba un poco de pena. —¿Con que derecho me has cambiado la ropa y... me has visto...?

—¿Un poco de jugo? —comento divertido.

—¡Tus jugos son...! —comenzó a decir —lo que quiero es mi ropa para poder largarme de aquí, no se con que derecho me has cambiado y me has visto desnu...

Ian comenzó a reírse a carcajadas —Jazz, antes que nada, calmate. —trató de decir lo más serio que pudo. Creeme, esto tampoco a sido fácil para mi, el verte desnuda me ha... decepcionado un poco, te ves... mejor con la ropa adecuada puesta, nunca creía que una prendas hicieran ese tipo de cambios y... —un cojín iba directo a su rostro, pero en un movimiento muy sutil lo detuvo un par de centímetros antes de que diera en el blanco.

—Pero, ¿Cómo te atreves a...?

Jazz estaba roja. No sabía exactamente si era por la pena de que él... la hubiera visto desnuda, o por la rabia que le daba ante el cinismo de él. Se encontraba tan... tan tranquilo que ella... sin siquiera planearlo, levantó una mano a su dirección y...

—¡Wow! —dijo mientras en el último segundo se levanto del sillón que ahora se encontraba destrozado —Jazz, creo que te dije que tuvieras cuidado con... alguien puede salir herido, y no creo que eso quieras...

—Yo no estaría tan segura de eso —dijo triunfante —ya te lo dije una vez y lo vuelvo a repetir, no me provoque porque...

—Es cierto, ya vi que tu temperamento te controla ahora —comienza a decir mientras se sienta en el otro sillón al lado de donde se encontraba el anterior—Eres muy joven para demostrar esos... poderes, pero aún así debes tener cuidado —vio que Jazz nuevamente alzaba una mano en su dirección— para controlarlos.

—Ahora necesito respuestas, no regaños... ni sugerencias —comenzó a decir lentamente mientras se sentaba frente a él, en la cama. Yo...

—Bueno antes que nada, yo no te cambie de ropa, fue una chica... que sino me equivoco iba a con tú abuela el día que... y quizá te la presento ella es Glor...

Alguien abrió ligeramente la puerta y una voz femenina habló.

—Ian— le llama.

Ian se levantó del sillón y fue hacia la puerta, no quería que Jazz fuera a escuchar alguna mala noticia de aquella manera. Y por primera vez en la noche Jazz le hizo caso a Ian que con una seña le indicó que no se moviera de su lugar.

—Acaba de comunicarse Dayrys —decía en un susurro poco audible —al parecer la situación esta un poco complicada...
—¿Algún herido?

—Heridas leves, quizá algunas quemaduras, algunos cortes que se hicieron al caer. Lo que le preocupa a ella es que son muchas personas las que recuerdan lo que paso y... bueno, le va a llevar más tiempo “arreglar” su memoria, y necesita toda la ayuda que pueda allá.

—Ya sabes, que pueden contar conmigo —voltea a ver el interior de la habitación —ella se va a quedar sola, o va a ir con nosot...

—Eso es precisamente, lo que quiere que hagas —le dijo entre una pequeña risa —que te quedes con su niña... —alcanzó a ver el sillón destrozado —temperamental y tratar de sobrevivir, mientras regresamos.

—Pero... pero yo... puedo ser más útil por allá y...

—Olvidalo —comenzó a decir entre gritos y carcajadas. Por el volumen de su voz se notaba que se estaba alejando. —Tú trabajo por ahora es cuidarla... aunque creo que él que se debe de cuidar eres tú mismo, no vaya a ser que...

Ian cerró la puerta, aún se escuchaba a los lejos la risa de la chica. Aguardó unos segundos antes de darse la vuelta y regresar al lugar donde se encontraba unos instantes antes. Pero, cunado dio apenas tres pasos, se dio cuenta de que Jazz se encontraba justo delante de él.

—¿Pasó algo grave anoche? —preguntó asustada. Temiendo por la respuesta que le fuera a dar, fuera algo desastroso.

—Por lo que me dijo Glorian, nada que no se pueda arreglar. Les llevará algo de tiempo, pero, al final nadie recordará lo malo que pasó esta noche y... —dijo tranquilamente, con un gran deseo de abrazarla, pero se contuvo, ya que las ultimas horas ha estado un poco alterada y no sabe como pueda aceptar un acercamiento de él. —La chica que vino, ella fue la que te cambió anoche, después de que te quedaste dormida y...

—¿A eso llamas quedarme dormida? , si no mal recuerdo, tú me diste algo y yo...

—Fue una decisión de Dayrys, no mia. —alcanzó a decir, esperando tener que esquivar otro rayo, o quizá un golpe, o algo más.

—¿M-mi abuela, estuvo aquí anoche? —estaba sorprendida —Y... y ¿por qué no la vi?

—En realidad, no vino, mmm... sólo se comunicó conmigo en cuanto supo que yo te había traído aquí, ella estaba tan asustada ya que no te sentía y con lo que sucedió en la fiesta ella temía que Dild... —guardo silencio, sabía que estaba hablando de más.

—¿Ya no me sentía? ¿Cómo es eso? —comenzó a preguntar insistentemente — ¿Y qué es lo que ella temía? ¿Qué me matarán? Y quién es Dild...?

—Es que entre ustedes hay una cierta conexión... quizá alguna vez pensaste en ella o algo y sentías que ella te contestaba o ¿no?, Jazz... —comenzó a decir nervioso —Esas cosas te las debe explicar tu abuela y no yo que...

—Vale, vale, tendré una larga charla con ella —y caminó hacia uno de los sillones de la habitación. —Creo que tú, también tienes muchas cosas que contarme. —Suspira lentamente —La verdad es que últimamente me han pasado cosas raras, que aún no se porque me pasan, Dayrys me dijo que por el momento estaba a salvo y que nada malo pasaría; pero ahora resulta que tú también eres un Maga-lo-que-sea. No se como no me había dado cuenta que también tienes “poderes”. ¿Desde cuando sabes que yo soy una Maga-lo-que-sea?

—Vaya, en verdad me sorprende —toma asiento a un lado de ella. —Me sorprende que realmente a estas alturas todavía no te hayan explicado nada Jazz —decide sentarse a un lado de ella, ya que si lo hace de frente, sabe que corre cierto peligro—.¿Cuando me enteré que eras una Maagaline? Mmm... me creerías que fue hace unos meses en un sueño. Estábamos en la playa y... era como... ya ahí trataba de evitar que vieras algo y... y te decía que la fiesta era del otro lado, pero no me hacías caso. Ahí estaban ellas y... él; es donde comprendí muchas cosas y...

—¿S-soñaste con e-eso? —pregunta confundida Jazz, —yo-yo soñé con eso también y...

—Quizá la empatía... los sentimientos que hay entre nosot.. que teníamos hicieron que existiera esa... por así decirlo conexión y soñamos lo mismo. A veces sucede al compartir algún tipo de lazo o sentimiento puro con otra persona y...

—¿No sucede con todos?

—No, aunque a veces, alguien más poderoso puede tener también esa... No me hagas más preguntas Jazz, no me corresponde a mi contestarlas y...

—Pero, si no lo haces tú, no veo quién más podría hacerlo en estos momentos, me acabas de decir que mi abuela tiene muchas cosas que hacer y...

—Trataré de ser lo más claro posible. Como te decía, tenía mis sospechas ya que había visto algunas cosas y bueno, después el sueño. Y a los pocos días me entere de que mi hermano y mi prima estaban cerca; ellos confirmaron mis sospechas. Sobre que eras y el peligro en que estabas.

—¿Tú hermano y prima? —creí que no tenías comunicación con tu familia.

—Es verdad, no creí que lo recordaras —comentó triste —Glorían es mi prima e Ethan es mi hermano mayor, y aunque tenía años de no saber nada de ellos, siempre que nos encontramos o tenemos noticias, nos da mucho gusto, no que... bueno con mi demás familia, la verdad es que no hay relación alguna.

—Vaya, lo lamento. —dice Jazz que se acerca casi le da un abrazo, aunque al ultimo segundo se retracta y solo le da una palmadita ligera en el hombro.

Y bueno desde que hable con ellos yo...—dice un poco apenado —desde ese entonces yo... he sido como tú sombra, para cuidarte y no te pasará nada malo. Aunque no me vieras, yo estaba ahí, aunque algunas veces se que me has notado, siempre estoy un paso detrás tuyo. ¿Y sabes que es lo curioso? —suspira— incluso antes de que lo supiera, siempre tenía el temor de que algo te pasará y después de nuestro problema cuando yo te dije que eras una ni... me di cuenta que no te podía dejar sola... algo aquí —se toca el pecho— me lo decía.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...