miércoles, 4 de mayo de 2011

Capítulo 20 de Amar... te duele "¿Dulces Dieciséis?" 2da Parte


Amar...Te Duele
Capítulo 20 "¿Dulces Dieciséis? segunda parte"



Continuación...

***Flash Back***


Hace un mes aproximadamente.

—Azzy no será mejor que descanses, y faltes unos días a la escuela —me decía  mi abuela, al día siguiente que llego a casa.

—No tiene caso Ardy —le decía mientras me termina de arreglar y bajar para irme con Ed y me dejará en el colegio —Según tú, todo estaba bien ¿no? Que nada malo me iba a pasar —le decía sin realmente mirarla —si todo está bien, entonces no comprendo por qué quieres que me quede en casa; adamas no es el momento; estamos en exámenes parciales; y si repruebo uno... —cerraba mi bolso, una vez que había revisado que no me faltara nada y me colocaba cerca de la puerta —no sabes en el problema que me metería con mis padres —me le quedé viendo fijamente, ya que ella no se movía —¿me acompañas a desayunar algo? — le dije haciendo pucheros —si algo necesitas, me puedes marcar al cel, o yo te puedo marcar —observó el reloj —se me va a hacer tarde y en diez minutos Ed va a comenzar a grita como loco, porque se nos hace tarde.

Ella sin mucho ánimo se levantó de la cama y se acercó a mi. —Jazz, no te quiero mentir, tú y yo tenemos que platicar, ellos te están vigilando, por eso me gustaría que te quedaras en casa y... yo ahí no te puedo cuidar, entiendeme por favor, sólo quiero protegerte; no... quiero dejarte sola. Se que por ahora estarás bien, pero... —su voz se quiebra un poco — Sólo te pido unos días, mientras pueda... arreglar que estés protegida y...

—Si tan segura estás que por ahora estaré bien, entonces no se cual es tu preocupación —le dije mientras la abrazaba —te prometo que estaré bien y me cuidaré, no voy a hacer ninguna tontería, además yo... —el recuerdo hace que siento una punzada en el estomago —además, tengo que resolver un asunto con un... amigo; él... bueno, tengo que platicar unas cosas con él y no quiero perder el tiempo dándole largas al asunto... —si tanto te preocupa, voy hoy y mañana viernes me quedo en casa para que estés más tranquila; pero hoy es necesario que vaya.

—Ok, Azzy —me dijo dándome un fuerte abrazó —prometeme que no hablaras con extraños, y tratarás de no estar a solas en ninguna parte.

—¡Prometido!

Salimos de la habitación y comenzamos a bajar las escaleras. A mitad del camino nos encontramos con Ed.

—Jazz, creí que ya estabas esperandome —me dijo señalando su reloj —se me ha hecho un poco tarde y...

—¡Buenos días Edgar! —le dijo Dayris a mi hermano —lo lamento, a sido mi culpa, yo la he entretenido un poco, solo dame un par de minutos para que tome un poco de jugo y aunque sea se lleve un emparedado para que se lo coma en el camino.

—Ardy, no te preocupes, al rato, en un tiempo libre me compro algo para comer allá —le dije mientras le daba un beso en la mejilla y comenzaba a bajar las escalones de dos en dos. Una vez abajo, ella se encontraba varios escalones por encima y con la mano, me despedía de ella; y salía corriendo, siguiendo a Ed al coche.

—En verdad la abuela, te tiene muy consentida Jazz —decia Ed de mal humor — si ya vamos retrasados unos minutos, y con esos son suficientes para que el trafico que nos va a tocar, va a hacer que llegue tarde y ella todavía quería entretenernos más con...

—No exageres Ed —le dije tomándolo de la mano —es buena hora, además la abuela, nos quiere al igual a los tres y se preo...

—Si tu lo dices —con una sonrisa en los labios arrancó el automóvil —tú eres la consen de la abuela y...

—Eso no es cierto —le dije dándole un pequeño golpe en el brazo —ella nos...

—Podemos discutir sobre el tema Jazz, pero sabes que tengo razón —voltea a verme un segundo, y me enseña la lengua —reconocelo...

El trayecto de casi veinte minutos al colegio, la única platica que tuvimos Ed y yo fue la misma. De a quien quiere más la abuela. Y la verdad es que nunca nos pusimos de acuerdo.

Una vez que llegamos a mi colegio. Lo primero que vi, fue a Iker esperándome con unas flores en la mano y una gran sonrisa en los labios. En cuanto lo vi, en lugar de emocionarme, sentí un odio hacía él. Siempre he leído, escuchado y visto en la tele; que cuando ti chico te regala flores sin motivo aparente, es porque siente remordimientos de algo.

Y no es que él no haya sido detallista en nuestra no-relación, pero el que ahora me esté esperando con flores en la mano me hace sospechar.

—¡Hola amor! —me dijo acercándose  a mi, buscando mis labios.

—Hola —le conteste fríamente y haciéndome a un lado para evitar que nuestros labios se juntaran.

—¿Te pasa algo? —pregunta confundido —Te noto extraña y...

—¿Extraña? —lo recorre con la mirada —¿Con quién estuviste ayer en la tarde? —le pregunte sin  esperar.

—¿Ayer? Mmm —hace una mueca como si quisiera recordar —la verdad es que con nadie, estuve solo en casa con mi mamá y mi hermana, ¿Por qué lo preguntas?

—¿Estás seguro de tu respuesta? —Jazz se voltea, no quiere ni verle la cara —¿No estuviste con nadie en toda la tarde?

—Estuve solo en casa estudiando y...

—“Haciendo los deberes” —jazz terminó la frase por él.

Iker se ha puesto pálido. Está segura que Jazz sabe algo sobre las gemelas. Ya no puede ocultarlo.

—Jazz, yo... —comienza  a decir —No se como paso pero...

—¿No sabes? Por favor, ¿a quién tratas de engañar? —¿Ahora me vas a contar toda la verdad o me vas a seguir mintiendo? —le dijo Jazz tratando de evitar las lágrimas.

—Sólo lo hago pirque mi padre...

—¡VAMOS! —comenzó a decir a gritos Jazz —Ahora no me vengas que tu papito, te prohíbe las cosas... te dice que hacer... y con quién lo hagas... ¡ERES UN...! —el llanto ya no lo podía detener.

—¡Jazz! Por favor tranquilizate... —trato de acercarse a ella —las cosas no son lo que parecen yo...

—¡CLARO! —dijo esquivando sus brazos —las cosas no son lo que parecen... —Le da la espalda a Iker y se limpia las lágrimas, respira hondo y se gira para verlo cara a cara —Tú y yo no somos nada, lo sé bien... pero no por eso me quieras ver la cara de estúp... No soy tan inocente como crees, ¿Lo sabes? , no se a que quieres jugar; o mejor dicho... —suspira nuevamente —eres libre para hacer lo que quieras... con quien quieras...

—Jazz, por favor yo... —nuevamente Iker trata de acercarse a ella, pero Jazz da dos pasos para atrás.

—No tienes que justificarte Iker —le dijo lo más tranquila que pudo —te repito, tú y yo no somos nada, ni amigos... creo; así que no tienes porque darme explicaciones de que haces o no en tú tiempo libre; yo... —guarda silencio unos momentos —lo único que te pido es que no me busques, si tenemos que hablar que sea solo lo necesario, no quiero meterte en problemas con tu padre ni tus amigas... —comenzó a caminar lejos de él —no te vayan a castigar de nuevo por mi culpa.

—Jazz, ¡Jazz! —comenzó a llamarla, Iker no quería hacer las cosas más grandes, ya varios alumnos del colegio comenzaron allegar y aunque sea a la distancia se quedaban a ver o escuchar a la distancia —¡Jazz! —se voz se ha convertido ya en un susurro, —si tan solo me dejaras explicarte yo... TE AMO —terminó diciendo mientras se deja caer sin importarle nada y comienza a llorar —Jazz, yo...

A pesar de que Jazz escucho como le hablaba, y se le partía el corazón. Caminó lo más rápido que pudo, y cuando creyó que ya no la veía, se echó a correr tanto como le permitían las piernas. Corrió sin un rumbo. Cuando se dio cuenta donde estaba fue cuando una espalda le detuvo su paso.

—¿Estás bien? —le pregunto el chico que está frente a ella —¿Te sientes bien? ¿Te puedo ayudar en algo?

Jazz sin contestarle lo vio un par de segundos a los ojos y continuo su camino lo más deprisa que pudo.

—¡¿Jazzlyn?! —le pregunto casi en un susurró —¿Eres tú...?

A pesar que escuchaba que la llamaba con su nombre, ella no se detuvo. Lo único que quería era estar sola; donde nadie ni nada la molestara. Se detuvo un segundo para tomar aire. Cuando alzó la vista no reconoció el lugar. La escuela es tan grande que no conoce todo el plantel. Pero ese lugar al que llegó, era lo que estaba buscando.

Un lugar lejos, tranquilo y sólo.

Eso creía ella.

Tan sólo tenía unos minutos ahí, cuando vio en las sombras, detrás de los arboles, que alguien la observa.


***Fin del Flash Back***


—La verdad Iker —dice en un susurro para si misma —Te extraño mucho.

Comienza a buscar sus cosas para darse un regaderazo y estar lista antes de que su madre comience a dar de gritos que ya es tarde; además su abuela ya no ha de tardar a entrar a su habitación para ayudarse a arreglar.

Aunque la madre de jazz quería que se arreglara de una forma más formal, para Jazz es más que imposible y más al ser en una playa.

Así  que a Evangelina no le quedo más remedio que  soportar que se pusiera un top sin mangas, eso si con mucho brillo y un pantalón playero que combinaba perfectamente con el top, ambos tenían tonos rojo, cafés y bronces, los cuales con el bronceado que siempre tiene Jazz, hace que los colores sean más llamativos y elegantes sin caer en la vulgaridad, para andar fuera de la arena traía unas sandalias estilo griega que los cordones le llegaban a media pierna, lo cual le ayudaba a disfrazar un poco la delgadez de estas; pero en el instante que tocaron la arena, estas salieron volando de su pies perfectamente cuidados y coordinados con el arregle de las manos.

El maquillaje y peinado que llevaba era de los mas sencillo; constaba solo un poco de polvo para evitar el brillo en el rostro, un poco de sombras en tonos perla y grises que profundizaban su mirada y hacia que el tono lila que tenían en los ojos se vieran más misteriosos, con unas pestañas enormes y rizadas, y un poco de brillo labial. Y para no batallar con el frizz que provoca la humedad en mi cabello, que casi siempre lo lleva en una col de caballo, decidió tratar de ondularlo un poco, algo casi imposible ya que lo tiene lacio, tan lacio, que parece baba, como dice Arturo, y en la parte de enfrente un millón de trencitas que simulan una especie de de diadema o tiara y los bucles que consigiueron hacerle sueltos.

No era nada del otro mundo el arreglo, pero Jazz después de verse varías en el espejo, como siempre le gusto el resultado final. Además de lucir bien vestida, elegante, era muy cómodo, lo cual le permitiría caminar, correr, bailar, incluso meterse al mar sin ningún problema; para  evitar que a su madre le diera el infarto, debajo de la ropa elegante traía un traje de baño, por si deseaba darse un chapuzón.

El adorno de la fiesta combinaba perfectamente con su atuendo. los colores que predominaban eran los rojos, cafés, bronces y dorados. habían armado varías carpas distribuidas por toda la playa, que estaban cubiertas de telas vaporosa en tonos rojos y bronces, las mesas y sillas que había en el interior, estaban cubiertas en varios tonos de rojo y café; los arreglos florares eran en su mayoría en tonos rojos, pero para darle un efecto de claridad a tanta formalidad, tenía algunas pequeñas flores en blanco, que combinaban perfectamente con algunos sillones que había regados por toda la playa; y por ultimo para darle un toco de calidez; el camino estaba rodeado por varias antorchas y había  fogatas en distintos puntos.

Aunque fue un poco complicado, consiguieron que hubiera una banda local tocando ocasionalmente, turnándose con un DJ y así podía haber música toda la noche.

Cuando llegaron, es decir, la familia de Jazz con ella a la playa, comenzaba a llegar el atardecer, así que la naturaleza, les regalo una postal aun mas bella y perfecta dándole un tono dorado más al ambiente. por fortuna el clima en estos meses es muy tranquilo; y aunque se siente un poco de bochorno, la verdad es que la brisa que sopla desde el mar es la combinación perfecta: ni tanto calor, ni tanto frío.

Lo único que lamenta Jazz de este día; es que algunas personas importantes para ella no están: Bere, Ian, e Iker.  Y de esas tres ausencias, la que más me duele, por supuesto es la de Iker. desde aquel día que le “dio” su tiempo, es que no he querido ni permitido que se le acerque ni que le hable. A la mínima intención de querer acercarse  literalmente Jazz corre hacía el otro lado. el teléfono, tanto el celular como el de la casa, me niego a contestarle. En casa le han preguntado que si tenemos algún problema, o el porque de la renuencia de verlo. Como no he querido decirles gran cosa solo les he dicho —todo esta, sólo unas pequeñas diferencias, nos estamos dando tiempo— y o cosas por el estilo, le duele tanto, aun no lo puedo creer. No se puedo hacer  a la idea de que él... y casi siempre tiene que disimular algunas lágrimas frotándose los ojos para justificar porque se me han puesto llorosos y rojos, si en realidad supieran que... pero si a él no le importa, será asunto suyo, no de ella.

Comienza a caminar entre las diferentes carpas que hay, para saludar a sus invitados. Lo primero que hacen ellos en cuanto llegan a la playa es acudir a la única carpa que hay blanca, que es la de mesa de regalos; cuando mi madre y Gio la propusieron, yo me molesté con ellos, alegando que no tenían porque obligarlos a hacerle algún regalo y si lo hacían que al final ellos podían escoger que regalo hacer y no indicarles una tienda donde comprar, porque habían abierto varias mesas de regalos en diferentes tiendas, y habían anexado la lista en la invitación. su abuela le dijo, —No les hago caso Azzy, a tus amigos en estos días diles que no es necesario que te regalen nada, y menos de las tiendas que escogió tu madre, que sólo con su presencia es más de lo que esperas, pero si aun te quieren dar algo, el detalle más pequeño que te quieran dar es más que suficiente— ; y aunque le hizo caso a su abuela, la verdad es que sus amigos no lo hicieron, ya que en una vista rápida a mesa donde estaban colocando los regalos, puedo ver el logo de varías tiendas que estaban en la lista que habían escogido minuciosamente su mama y el organizador de fiestas.

Hay muchos chicos que realmente no conoce, sólo de vista los ubico. Los invitados son muchos de la preparatoria, algunos de la secundaria,otros del club al que va con su familia, otros de la escuela tanto de Arturo y Ed, algunos vecinos, y familias enteras de los trabajos de sus padres. Pero si pone a revisar a  todos los invitados, probablemente sólo conozca al 10% de todos. Si Jazz hubiera organizado la fiesta, esta sería muy diferente, para empezar sería más sencilla y con mucho menos invitados, quizá unos veinte o veinticinco como máximo y no como los casi trecientos que hay en este momento.

—¡Jazz! —se acerca a mi un chico que no conozco —muchas felicidades —me dice mientras me da un abrazo y un beso en la mejilla —si ya no te veo al rato, que te diviertas mucho y nos vemos en el colegio —se despide con la mano y se pierde entre los demás invitados.

—Pero que linda te ves —me dice una chica, que no se quien sea —Esa blusa esta “Divine” —me da un beso y se aleja.

Jazz sigue caminando entre el mundo de gente que hay en la playa.

—Jazzlyn, tenía años que no te veía, pero si estas igualita —se acerca una señora como de cuarenta años y me da un fuerte abrazo, —es una lastima que te alejaras de mi niño, si lo vieras, cada vez está más guapo y...

—¡Gracias!— No deje que terminara la frase —si me permite, ahora regreso. —Ella me sonríe y asiente con la cabeza.

La verdad no tenía la mínima intención de regresar a platicar con ella, en primer lugar no sabe quien es, y menos quien es su hijo. En este momento no esta para... pensar en.. en otras personas y menos si son hombres... chicos de mi edad... los ojos se le llenan de lágrimas y trata de disimular un poco.

Continuo recorriendo todas las mesas, saludando a todo mundo; poniendo la mejor de sus sonrisas y...

—¡¿Jazz?! —escucha que  le dicen detrás de ella—¿Eres tú?

—¡H—hola!— digo un poco sorprendida, hace mucho que no veía ese rostro, esos ojos; pero aún así no los he olvidado.  Pero... ¿Cómo es qué...? ¿Cuando llegaste? — termino diciendo mientras me acerco a él mientras le doy un beso y un abrazo.

—No lo puedo creer —dice mientras le devolvía el beso —Nos acabamos de mudar nuevamente aquí, y un chico de la universidad, invitaron a mi hermano a la fiesta y yo vine con él —me dice sorprendido —la verdad no creía encontrarte aquí, digo, no sabía ni de quien era la fiesta, solo sabía que era de una niñ... de una chica que cumple dieciséis años y...

Hace años que lo conocía; fue un amigo de la infancia; aquel chico con el que jugaba a todo, el que la tiraba al suelo de un empujón y dos segundos después se encontraba llorando con ella y le ayudaba levantarse. Aquel con el que se hizo las mis primeras cicatrices, con el que lloró las primeras veces, con el que reía las primera vez por hacer alguna travesura, él que le dio mi primer beso en la mejilla; el primer beso inocente, su primer novio de la infancia. Tenían tan sólo ocho y once años cuando él se fue con su familia a la capital; en un principio mantenían contacto por email; pero pasado unos tres años, perdieron contacto definitivo. Ahora lo tenía de nuevo enfrente de ella, con es sonrisa más que perfecta.

—Noe, en verdad, me has sorprendido... —Le dijo mientras lo volvía a abrazar — no sabes... — en verdad que estaba sorprendida, no encontraba las palabras para expresarme ante él. —Y ¿Con quién has venido? —pregunto un poco temerosa.

—Con mi hermano Diego... —voltea en todas direcciones para ver si lo encuentra —No se si te acuerdas de él.

—Mmm... ¿era él que siempre nos regañaba, por la forma en que jugábamos? —digo entre risas.

—Ese es — dice entre carcajadas —No se porque todo mundo se sorprendía de lo... lo bien que jugábamos... que nos llevábamos; creo que todos veían con malos ojos que yo... fuera un poco grande para ti — me dice recordando — ahora imagínate como se hubieran puesto si se hubieran enterado que tú... — me dijo un poco sonrojado — me decías que no te querías morir sin ser besada, y yo... para cumplir tu ultimo deseo yo...

—Ni lo digas —ahora era  era ella la que se sonrojaba —que tontos eramos en ese entonces, nos hacía mal ver tantas pelis de amor... que se nos ocurría cada cosa.

—Si no me equivoco, en esa época el libro... mejor dicho la peli que más te gustaba; porque ahora te puedo decir que yo lo odiaba, pero con tal de estar cerca de ti...— sus mejillas se han puesto más coloradas — una y otra vez accedía a verla. ¿Cómo te podía gustar tanto Romeo y Julieta?

—Pero si parecía que te encantaba verla... yo por eso la quería ver tan seguido y ahora tú... —Los dos soltaron tremendas carcajadas, y continuamos recordando esos años que tan bien la pasaban.

Jazz no se dio cuenta de todo el tiempo que llevaban platicando; estaba tan a gusto con él, que sólo se di cuenta de donde se encontraban cuando alguien los interrumpió.

—¡Noe! —escucho que alguien lo llama —creía que te habías ido, como habías dicho que no tenías ganas de venir a una fiesta de niños...

—¡Callate! — lo interrumpe Noe.

—Si solo accediste a venir a la fiesta, porque era en la playa y decías que te gustaba mucho y... —Se queda callado un momento mientras observa detenidamente a la chica parada frente a él.— ¿No me vas a presentar a tu nueva “amiga”

—¡Diego! — le reclama — Pero si no es necesario que te la presente — le dice con u na sonrisa — Ella es Jazzlyn, la “Güera Desabrida” como solías llamarla, ¿no la recuerdas? — terminó con una sonrisa triunfal.

¿Jazzlyn? Claro — dice sorprendido —yo jamás te decía así —  dice mientras se voltea a verlo con cara de odio y se acercaba a darme un abrazo a la chica —Jazz, en verdad, que estás hermosa. ¿Y que haces aquí?

—Es su fiesta, tonto y... —le dice mientras le da un codazo en las costillas para que se aleje un poco.

—Hola Diego — le contesta con una sonrisa — ¿Cómo has estado? , y si la fiesta es en honor a la Güera Desabrida, es mi cumple... —Noe soltó una tremenda carcajada y Jazz le hizo segundas unos segundos después.

—Pero, si yo... bueno la verdad eramos muy pequeños en esa época y... —le da un manotazo en el hombro a Noe —Pero, ahora no te pareces esa niña flaca de ese entonces, ahora estas... ¿Y cuantos años cumples?

—Calmado, calmado, que sigue siendo menor de edad y tú...no querrás hacer estupro... recuerda que aquí esta penado y...

—Ja ja ja hermanito, si te lo recuerdo tú tambien eres mayor que ella, así que lo mismo te pasaría a ti —le dice sin dejarlo terminar. Mientras le soltaba otro golpe en el hombro — Pues no se si y te contó, Noe, hemos regresado por una temporada a la ciudad, mientras hago una especialización, y él — voltea a ver a su hermano —continua estudiando...

—¿Especialización?, ¿Que es lo qué estudiaste? — comencé a preguntar,  él desde que era una niña le gustaba mucho, y ahora que ha crecido y que ya es un hombre, es mucho más atractivo de lo que jazzlyn recuerda; pero mi madre llegó, y antes de hablar recorrió a ambos con la mirada.

—Nena, Jazz, creo que aún no saludas a todos los invitados y...

—Para poder saludar a todos necesitaré por lo menos dos días enteros — contesté en forma de reproche, pero antes les dedique a ambos hermanos una sonrisa en forma de disculpas —Si me disculpan yo... — su madre la ha tomado de la mano y ahora la jala para que camine a su ritmo —ojala, los pueda ver al rato —les grita para que puedan escucharla, su madre no vio eso con buenos ojos ya que me volteo a verla de una forma como diciendo una señorita no hace eso.

—¿Quienes eran esos... muchachos? — pregunta al fin.

—Antes que me digas algo, los conoces a ambos — me volteo a ver con cara de que no entendía lo que decía, mientras continuaba caminando lo mas rápido que la arena bajo sus pies se lo permitía —¿Recuerdas a Noe y a su hermano Diego?

—¿Noe y Diego? —murmura más para ella que otra cosa, y por fin detiene su andar —No. No recuerdo a nadie con esos nombres y...

—Vamos Pollo, si te debes de acordar de ellos, hace años Noe y yo... es más Ed se ha de acordar de Diego, ellos se llevaban muy bien...

—No se quienes son, y no me gusta que hables con desconocidos —su madre volteó a verla directamente a los ojos —Jazz eres muy guapa, incluso... para tu edad; no lo tomes a mal, pero una niña de tu clase no puede estar cambiando de novio como si...

—¿Novio? Pollo, no se de que hablas, sabes perfectamente que yo... nunca he tenido novio, — se me hace un nudo en la garganta —Iker y yo —incluso decir su nombre lo dolía —nunca fuimos novios, eramos... somos amigos y...

—Y si son amigos, ¿Donde está él?

—No pudo venir, él...

—Pues veo que estas muy equivocada, como para darte cuenta de las personas que están llegando —me señala con la cabeza — ¿no viene ahí con... su familia?

Volteo a ver en dirección a donde le ha señalado su madre y...

—Creí que solo tenia una hermana — dice al darse cuenta que vine acompañado de sus padres y tres chicas — no sabía que tenia tres...

—Solo tiene una hermana...

—Bueno, han  de ser primas o algo así, porque si no, no vendría de la mano con ellas... —dice mientras observamos como se acercan hacía nosotras.

—Quizá...— le dije un poco triste— pero...

—¿Porque no lo habías invitado?, cuando hable para confirmar si iban a venir su padre me contestó que no sabía nada de la fiesta y que con todo gusto vendrían. Pensé que por la hora ya no iban a llegar, pero me alegro que si...

—Ahora vengo, yo... — me detuvo del brazo.

Y casi en un susurro poco audible me dijo entre dientes, —Te iras después de que los saludes, el que te hayas peleado con él, no significa que seas grosera y...

—Buenas noches — los saluda Evangelina con una gran sonrisa — en verdad es un honor tenerlos aquí.

—Buenas noche, y gracias por invitarnos — contesta el padre de Iker. —Bueno, ya conoce  a mi esposa y a mis dos hijos — señala con la cabeza  a su familia —y estas dos preciosidades —dice refiriéndose a las gemelas —son ya como de la familia; Paula y Paola.

—Mucho gusto señoritas — les dice mi madre mientras se acercarse a ellas y comienza a saludar a todos de beso en la mejilla.

—Espero que no les moleste, pero en algunos momentos llegaran mis consue... los papas de ellas, se que es un atrevimiento, pero como han oído hablar tanto de jazz, pues tienen mucho interés en venir a conocerla y...

—No se preocupe — responde mi madre mientras voltea a ver a su hija de reojo, ya que como no ha dicho nada desde que llegaron —siempre es bueno recibir gente agradable, en fiestas... de... bueno me comprende, unas personas adultas, nunca están de más.

—Es un gusto verte Jazzlyn, —le dice el padre de iker, mientras estira una mano en su dirección, no todos los días uno puede celebrar sus dulces dieciséis.

—¡Dulces dieciséis! — dicen las gemelas al mismo tiempo con una sonrisa en los labios y una pequeña risa, — Esto se va a poner más divertido, en un rato — dijo entre dientes una de ellas.

Pero sólo al parecer jazz la pudo escuchar, ya que nadie dijo nada al respecto Jazz, se sorprendió de momento y se empezó a sentir rara. Como si las fuerzas la estuvieran abandonando. y de repente comenzó a sentir revuelto el estomago y a sentir ahorcadas en su garganta.

Sin realmente decir nada, salio corriendo de ahí, lo más pronto posible. a la distancia logro escuchar:

—Iker, quedate aquí, no es de tu incumbencia — le reprendía su padre.

—Creo que no se siente muy bien la cumpleañera — dijo una de las gemelas.

—Pues ojala no sea que vaya a ser... —decía la otra.

—No les haga caso —responde Iker en la defensa de Jazz a la madre de Jazz —, la presión... y la emoción ha de ser...

—Me disculpan — les decía Evangelina — ¡Toño!, ¿Donde estas Toño? — comenzaba a gritar — Toño, la niña no se siente bi....

Una vez que se alejo lo suficiente de ellos; de todos, Jazz, se sintió mejor. hora no sentía que le faltara la fuerza, ni sentía el estomago revuelto. se sentía perfectamente. bueno, casi, lo único que le dolía era ver a Iker, con sus amigas. ellas son las chicas que han estado con él, por las tardes. de eso no tiene duda. Son ellas.

Alejada de todos, comenzó a llorar, se sentía tan mal, le dolía tanto. Donde Jazzlyn se encontraba, no escuchaba ni veía nada de la fiesta, se había retirado mucho de donde se estaba celebrando la fiesta. Cuando estaba a punto de de levantarse y comenzar a caminar nuevamente a la fiesta, ya que no estaba segura; pero sabía perfectamente que ya se había mantenido lejos por mucho tiempo, y comenzarían a extrañarla, bueno, por lo menos a preocuparse por ella.

Eso creía ella.  en una de las bolsas de su pantalón, ya que era del tipo de cargo, de esas que llevan millones de bolsas en todas partes, saco un pequeño espejo. Se tenía que poner presentable; ya se imaginaba la cara que tenía después de estar llorando por un buen rato.

Tenia toda la razón, se veía fatal; se tomo unos segundo para limpiarse el rostro y tratar de arreglarse el maquillaje lo mejor posible, con lo poco que tenía en los bolsillos. No quedo como recién salida del del salón, pero había quedado bien.

Una vez que termino, volvió a guardarse todo en el pantalón y comenzó a caminar despacio. La verdad es que no tenía mucho humor de volver a aquel lugar. cuando había avanzado quizá dos o tres metros, comenzó a escuchar gritos. Muchos gritos que provenían de la dirección a la que se dirigía.

—Jazz — escuchaba que la llamaban.

—Azzy — ahora era la voz de su abuela.

—Jazzlyn— ahora era la voz de un chico.

Pero no solo escuchaba los gritos, de la gente que la estaban buscando. No. Había gritos de horror; de desesperación; de dolor también.

A ella sin importarle lo que estaba ocurriendo, sin dudarlo más comenzó a correr al lugar donde estaban sus invitados que hay gente que la importa, y aunque no fuera así, haría todo lo posible para poder ayudarlos en lo que fuera. Sabe que quizá no podrá hacer nada, pero quiere estar con ellos; quiere saber que todos están bien.

Sentía que el corazón se le quería salir por la boca. Cada vez los gritos eran más desgarradores. se siente inútil en esos momentos, debe de llegar ya; necesita ayudarlos de alguna forma.

Cuando ya se encontraba cerca del lugar, ya empezaba a ver las carpas que habían montado, los gritos eran cada vez más fuertes, veía como corría la gente en todas las direcciones. En eso...

—¿A donde crees qué vas? — le dice, mientras la toma firmemente del brazo.

—¡Sueltame! — grita desesperada, no alcanza a ver su rostro en la oscuridad — ¡Sueltame o...!

—¿Qué vas a hacer? — aunque no puede verle el rostro sabe que esta sonriendo — ¿Me vas a lanzar tu rayo rosa o vas a hacer que explote un garrafón de agua? perdón, creo que aquí no hay garrafones, que puedas explotar — comienza a reía — además, creeme que eso aquí no te serviría de nada.

—¿T—Tú q—que sa—sabes? yo... ellos me necesitan — trataba de contener las lágrimas, pero no eran de dolor, sino de frustración ya que sabía que él tenía razón, temblaba a causa de la ira; comenzaba a sentir las manos calientes y...

—¡Wow! —dice él, cuando esquiva el rayo que le ha lanzado —¿Sabes una cosa? Debes de tener cuidado con eso, no es para que juegues...

—No es juego, ¿O me dejas ir o...? —dice Jazz con odio en la voz.

—Deja las niñerías, nada de lo que hagas o puedas hacer te servirá en estos momentos... —fue lo ultimo que alcanzó a escuchar antes de que todo se pusiera oscuro.

Después de unos segundos, se encontró en una habitación, lejos de la playa, ya no escuchaba gritos, no veía la playa. Lo único que podía ver era una pequeña habitación y en la esquina estaba de espaldas... su secuestrador.

—¿Quien eres? — preguntó mientras se acercaba hacía donde estaba el chico.

—¿En verdad quieres saber? — le contesto con una risa discreta; mientras se giraba para que pudiera verle el rostro.

—¿Tú?— dijo sorprendida Jazz.

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