martes, 24 de mayo de 2011

Capítulo 21 de Amar...Te Duele "¿Dónde está Jazzlyn?"


Amar...Te Duele
Capítulo 21  "¿Dónde Está Jazzlyn?"


Evangelina



—Pero no se que es lo que le pasa a esta niña —dice Evangelina tratando de justificar a Jazzlyn —los últimos días ha estado un poco rara, como deprimida, pero...

—¿Será sólo que está rara, no será que ella...? —comienza a decir Paula.

—¡Paola! — el señor Du Mont le llama la atención —No deberías...

—Yo soy Paola —dice la otra chica ofendida — mi hermana sólo está dando una posibilidad... no está diciendo que sea un hecho... además no la conocemos y... —ambas hermanas comienza a reír sin poder contenerse —p-pero no nos haga caso señora —le dice sin poder hablar a causa de la risa. —Sólo estábamos bromeando.

—Como dijo mi hermana, —sigue Paula — la verdad es que no conocemos a su hija, solo hemos hablado unas cuantas palabras por teléfono con su hija, ¿verdad? —voltea a ver a Iker, y le da un beso en la mejilla — no la conocemos, —trata de poner la cara más inocente que puede.

—Y ustedes —voltea a ver a ambas hermanas —¿Son... familiares del señor Du Mont?

—Aún no, —contesta Paola aburrida— algún día...

—¿Aún no? — repite entre dientes las palabras que acaba de decir la chica, Evangelina trata de comprenderlas.

—Por ahora, — continua Paula respondiendo en lugar de su hermana —sólo “hacemos los deberes” con Iker todas las tardes en su casa... en su recamara —nuevamente ambas hermanas ríen a carcajadas.

La madre Jazz las ve sin comprender, exactamente que quieren decir las hermanas, y entiende menos por la forma en que se miran y se ríen.

—Iker, yo creí que... —comenzó a decir.

—¡Papi! — gritan ambas hermanas al mismo tiempo —¡Por fin llegas! —las dos corren a su lado.

—¿Sabes que esto esta aburridisimo? —le dice Paula en un susurro apenas audible.

—La verdad es que hace falta algo aquí, ¿no lo crees? —Comenta Paola. —¿Podemos...?

—En un rato más niñas, hay que... disimular un poco —los cuatro comienza a reir, ya que la tía de las chicas Miller también ha llegado con él..

—Pues yo diría que... —comienza a decir, pero guarda silencio al ver que las chicas la voltean a ver.

A pesar de que Sara, la tía, casi madre de Paula o Paola, ya que las ha criado desde que tenían 8 años la verdad es que no le demuestran un gran amor, pero si mucha falta de respeto. No le pueden perdonar que ella está viva y que su madre falleció cuando ellas tan solo eran unas niñas. Desde ese entonces ella las ha criado como si fueran sus hijas. Ahora está en un estado avanzado de su embarazo, el cual el niño que trae en sus entrañas nacerá en poco menos de dos meses. Las gemelas no pueden evitar tener celos de él aunque no ha nacido todavía, ya que saben que al ser varón... ellas serán desplazadas del cariño de su padre.

—Creí que no vendrías —le dice Paola.

—¿No que estabas muy cansada? —pregunta Paula.

—Niñas, yo le pedí que viniera para que se distrajera —contesta su padre por ella —por su estado... últimamente no sale mucho. —Las chicas no dicen nada y cada una se coloca a un lado de su padre y regresan caminando a donde esta la madre de Jazz e Iker.

Después de las presentaciones correspondientes y una platica muy forzada por ambas partes; Evangelina se disculpó diciendo que era hora de buscar a Jazzlyn, para ver si se encontraba bien.

Caminó entre los invitados, incluso a algunos de ellos les preguntó que si no sabían donde podría estar. Y aunque recorrió gran parte de la playa donde no había nadie, es que la verdad no sabía donde buscarla. De repente sintió un mareo y ganas de devolver el estomago. Para que nadie la viera se alejo lo mas que pudo cuanto su malestar se lo permitió. Se quedo viendo a lo lejos la fiesta. Los invitados. En eso sintió un fuerte golpe en la cabeza.

Aunque no vio nadie cerca, ella creía que no tenía enemigos, aunque su “hija” si los tiene, nunca creyó que algo así pidiera su cederle a ella, pero unos segundos después de sentir el golpe, comenzó a desvanecerse y a ver todo oscuro. Pero aún así alcanzó escuchar algo de lo que pasaba a los lejos.

En se momento solo pensaba en ella.

Es cierto que mientras se le cerraban los ojos lentamente comenzaba a pensar en su familia; en sus hijos; en su esposo; en sus invitados; pero sabía, mejor dicho, tenía la sospecha que esto era para Jazz y se alegraba que ella no se encontrara ahí en esos momentos. Entre la gente que se divertía junto al mar.

Aunque seguía preguntándose dónde estará su niña.



Iker

—Padre en verdad no creo que se buena idea el que hayamos venido a la fiesta, sabes perfectamente que...

—Tu padre sabe porque conviene que viniéramos —contesta Paula.

—Además es hora de que la niñata esa —comienza decir despostamente Paola —se de cuenta con quien estas ahora, ¿no es cierto Sr. Du Munt?

—Lo sé Iker, tú ya no tienes ninguna relación con Jazzlyn, y por eso es preciso que ella vea con quien estas —les dirige una sonrisa leve a las dos chicas —ellas ahora son tú presente... tu futuro; en el cual Jazzlyn es mejor que se encuentre lo más alejada de ti... si es que ella valora la vi...

—Pues, eso de mantenerse alejada —comenta Paola —no creo que sea suficiente... ella debería...

—Eso es algo que tú no decides Paola —la interrumpió el padre de iker —por ahora lo importante es que deje que ustedes tres, estén a solas y... se pueden conocer mejor; ya más adelante decidiremos que se hará con respecto a...

—Eso es algo que no le corresponde a usted decidir —comienza a decir Paula —esto es una decisión del consejo y...

—Lo has dicho perfectamente —dice con voz de triunfo el Sr Du Mont —eso es algo que el consejo decidirá, ni ustedes, ni su padre, ni yo; y hasta el momento la orden que tenemos es mantenernos alejada de ella, solamente eso y...

—Que aburrido —se lamenta Paula, mientras voltea a ver con un cierto odio y desden al padre de Iker.

—Pero eso no nos debe quitar la diversión de... —termina diciendo Paola

—Bueno niñas, tienen razón pero debemos tener ciertas reservas al tratar de... —dice no muy convencido de sus palabras, pero es lo mejor no ponerse en contra de ellas, eso es lo que piensa el Sr Du Mont

—Vale, ya —dice Iker —esto no es un juego, podrían peligrar vidas inocentes y...

—Tú también vas a empezar de aburrido —dice Paula con cierta flojera —Ojala mi padre no tarde en llegar y la cosa se va a poner interesante.

Continuaron caminando por la playa en silencio, Iker sabía que entre más defendiera a Jazz, sería como estar provocando a las gemelas, incitándolas a dañar a Jazz para lastimar a los dos. La hermana y madre de Iker no sabían de que estaban hablándolo además desde que salieron de casa tiene la misma expresión y sin ninguna palabra en los labios.

—Buenas noches —los saluda Evangelina con una gran sonrisa —en verdad es un honor tenerlos aquí.

—Buenas noches, y gracias por invitarnos — contesta el padre de Iker. —Bueno, ya conoce a mi esposa y a mis dos hijos — señala a su familia —y estas dos preciosidades —voltea a ver a las gemelas —son ya como de la familia: Paula y Paola.

—Mucho gusto señoritas— les dice mi madre mientras se acercarse a ellas y comienza a saludar a todos de beso en la mejilla.

—Espero que no les moleste, pero en algunos momentos llegaran mis consue... los papas de ellas, se que es un atrevimiento, pero como han oído hablar tanto de jazz, pues tienen mucho interés en venir a conocerla y... —dice entre apenado y con cierto temor el señor Du Mont.

—No se preocupe — responde Evangelina mientras voltea a Jazzlyn, hasta cierto punto está preocupa y ella siempre es muy amistosa con todo el mundo, además como dice Arturo “habla hasta por los codos” y en estos momentos parece otra persona.—siempre es bueno recibir gente agradable, en fiestas... de... bueno me comprende, unas personas adultas, nunca están de más. —Termina diciendo Evangelina con un ademán de felicidad.

—Es un gusto verte Jazzlyn, —le dice El señor Du Mont a Jazz, mientras le da la mano, —no todos los días uno puede celebrar sus dulces dieciséis.

—¡¿Dulces dieciséis?! — dicen las gemelas al mismo tiempo con una sonrisa en los labios y una pequeña risa, — Esto se va a poner más divertido, en un rato — dijo en un susurro Paula —será inolvidable está fiesta —le dijo a su hermana al oído —Y Paola soltó una carcajada, todos la voltearon a ver pero no dijeron nada al respecto.


Parece que Jazz fue la única que escuchó las ultimas frases de las gemelas. Pero antes de hacer algún comentario, un saludo o que saliera un leve sonido de sus labios, se dio cuenta que la estaban observando detenidamente las dos chicas y ella sintió como las fuerzas la comenzaban a abandonar, sentía los ojos pesados y el estomago revuelto. Le costaba trabajo respirar. Y sin más dio unos pasos hacia atrás se dio la vuelta y comenzó a correr lo más rápido que pudo, se tenía que alejar de ahí la antes posible.

—Pero que le pasa a esta niña —Comienza a decir Evangelina —en verdad lo lamento, han de ser los nervios o... —buscaba las palabras adecuadas para justificar la grosería que acababa de hacer su hija.

—Iker, quedate aquí, no es de tu incumbencia — El señor Du Mont le dijo a su hijo incluso antes de que este hiciera el movimiento más débil de tratar de seguirla.

—Pero es que... —comenzó a decir el chico preocupado —yo solo quiero...

Las dos chicas voltearon a ver a Iker al mismo tiempo, y él se quedo en silencio, solo agachó la cabeza y no dijo nada más. El control que tenían sobre él era notorio, y su madre desde que se junta con ambas chicas no se mete más en la vida de su hijo, y hoy lo quiso hacer.

—Amor, si estás preocupado por ella, ve a buscarla para que compruebes que ella esta b...

—No te preocupes mamá, ella está mejor si me mantengo alejado de ella —le dijo aun con la cabeza baja en un susurro poco audible.

En premio, ambas chicas se acercaron a él; una le dio un beso en la mejilla y Paula se lo dio en los labios, y ambos tomaron una de sus manos.

—Creo que no se siente muy bien la cumpleañera — dijo Paola.

—Pues ojala no sea que vaya a ser... —continuó Paula —que dentro de unos meses estemos celebrando otra fiesta y...

—No les haga caso —con voz baja respondió Iker aún sin levantar la cabeza — ha de ser la presión... y la emoción, ha de ser...

—¡Estás seguro de ello? —pregunto maliciosamente Paola —ella es muy guapa y hace no mucho la vi con un chico mayor que ella, y dudo mucho que solo sean amigos.

—Ya ves lo que dicen, no existe la amistad entre un hombre y una mujer, siempre uno de los dos busca algo más.. algo más carnal algo...

—Por favor —dijo en plan suplicante y viéndolas a las ojos; primero a Paula y despues a Paola — ella no es así y...

—Pues yo no estaría muy segura, pero... —se quedó callada al voltear y ver que llegaba su padre.
—Iker, yo creí que... —comenzó a decir su padre.

—¡Papi! — gritan ambas hermanas al mismo tiempo —¡Por fin llegas! —las dos corren a su lado.

—¿Sabes que esto esta aburridisimo? —le dice Paula en un susurro apenas audible.

—La verdad es que hace falta algo aquí, ¿no lo crees? —Comenta Paola. —¿Podemos...? —dijo como una niña que quiere comenzar a jugar, con su juguete nuevo.

—En un rato más niñas, hay que... disimular un poco —los cuatro comienza a reír., ya que la tía de las chicas Miller también ha llegado con él..

—Pues yo diría que... —comienza a decir, pero guardó silencio al ver que las chicas la voltean a ver. —Pero como dice su padre hay que esperar un rato antes de...

—Creí que no vendrías —le dice Paola.

—¿No que estabas muy cansada? —pregunta Paula.

—Niñas, yo le pedí que viniera para que se distrajera —contesta su padre—por su estado... últimamente no sale mucho. El embarazo la cansa mucho, pero un poco de diversión no estaría mal... para que se anime un poco.

Una vez que se presentaron con Evangelina y cruzaron unas breves palabras. A Evangelina le dio un escalofrío que no supo a que se debía y se disculpo diciendo que ira a buscar a su hija para ver si se encontraba bien.

—Me disculpan — les decía Evangelina y se daba la vuelta— ¡Toño!, ¿Donde estas Toño? — comenzaba a gritar — Toño, la niña no se siente bi....

—En verdad no se como puede ser posible que Jazzlyn tenga esos poderes con esa madre que tiene y...

—Es que ella no es es su madre biológica —contesta el Sr Du Munt, —ella la crío como su llevara su sangre, pero ellos son normales, su madre se llamaba Dessiré era una Maagiline muy poderosa, incluso aún más que su hermana Dildre o su madre Dayrys.

—¿Ella vive en una familia Büyü?, eso no puede lo puedo creer, ella... —comienza a decir Paula

—¿Ellos no son también Draíocht, como nosotros? —pregunta Paola intrigada.

—Si y no. —Contesta el padre de ellas. —Es complicado explicarlo. Los Maagiline son seres de luz, por asi decirlo, su lado... mmm angelical predomina en ellos, así como en la mayoría de las Burvju, y los Sihir; los Draíochoht somos seres de oscuridad, nos regimos por otros poderes y de nuestro lado están: los Sehrli, los Galdur. Pero como todo hay excepciones, ahi está el caso de su tía Dildre, ella está con nosotros y... —guarda silencio un momento, el mencionar ese nombre le produce hacer una mueca en el rostro. —Como saben ahora ya casi nadie es de sangre pura, los tiempo han hecho que nos reproduzcamos haciéndonos algunos más poderosos y en ocasiones más débiles. Pero a pesar de estas combinaciones aún se pueden diferenciar los seres de luz con los oscuridad. No se si me entienden —les dice su padre a ambas que tienen cara de confusión.

—Pero entonces los Salamangka ¿son los únicos de sangre pura? Yo creía que...— pregunta Paola.

—Sangre Real, es lo correcto, y de cada raza hay algunas familias todavía.

—Pero... no entiendo —Comienza a decir Paula, —yo sé que hay muy pocos Salamangka, y que son los más poderosos, y como dices... mmm si hay de todas las familias... y hasta donde tengo entendido algunos de ellos son parte del consejo y...

—¿En el consejo? —pregunta Paola —¿Tú como sabes eso si yo...?

—Porque cuando hay adultos en casa me acerco a platicar con ellos... y soy muy observadora. Pero a lo que iba, si hay Salamangkas en el consejo, no sería más fácil que ellos la eliminaran, no entiendo porque es que le tienen miedo a esta niñata y...

—En verdad Paula, eres muy observadora y has entendido algunas platicamos que han habido en casa —dice el Sr Miller orgulloso —pero no es tan facil como piensas.

—Si es así, para entender mejor Jazzlyn, ¿de donde viene? —pregunta insistente Paula.

—A veces llevar los registros es un poco difícil, pero hasta donde sabemos gracias a que Dildre nos a ayudado mucho, ella y Dessiré eran parte Sihir y Burvju; y Dessire tuvo la suerte de casarse con un Salamangka Real. —comenta Sara con cierto desprecio en la voz.

—¿Quieres decir que ella, tiene Sangre Real en sus venas? —dice sorprendida Paola.

—Pero ¿no tenemos todos un poco de esa sangre todos? —dice dudando Paula —hasta donde se, los Ángeles, son el inicio de todo y...

—Bueno niñas, —dice Sara, —creo que aqui no es el lugar para aclarar todas sus dudas de sus antepasados, ¿no lo creen?, como ya les dijo su padre es muy complicado explicarlo, pero...

—Lo sé Sara —contesta haciendo un ademán de aburrimiento, —es que no se tomaron la moslestia de explicarnos nada, ahora comprendo porque tienen tantas consideraciones con ella ahora, pero lo que no entiendo porque su hermana y madre no tuvieron la misma suerte, si ella...

—Bueno, ¿y vas a dejar que el pasado te arruine el presente? —Dice su padre.

—¿Eso quiere decir que...?

—¿Quieres empezar? —le responde —pero recuerden que no se puede hacer daño grave a nadie —les recuerda —a nadie, queda entendido.

—Pero... —comienza a decir Paola.

—Solo vamos a jugar un poco, divertirnos, espantarlos un poco para que sepan quienes son los que mandan, más adelante esto dejara de ser un juego. Pero por ahora sólo es diversión.

—Vaya plan —se quejó Paula.

—Nos vemos en un rato —dijo Paola y salió corriendo en dirección a donde se encontraban los demás invitados.

—Arrivederci —grita Paula que va detrás de su hermana.

—¡Vamos! —El Sr Miller les dice a sus acompañantes.

—Ustedes —se detiene el padre de Iker dirigiéndose a su esposa y Sthepany su hija —será mejor que se queden aquí.

—Pero... —comienza a decir su mujer —no entiendo que es lo que pasa, que son las maaga-lo-que sea y los draíotos.

—Son Maagiline y Draíocht, recuerdas que cuando te conocí te dije que era diferente y que si me amabas lo ibas a entender; —guarda silencio un breve instante — mientras no hables ni opines de cosas que no sabes, nada malo les pasará a ustedes, estarán a salvo mientras estén conmigo.

—¡A salvo! —comienza a gritar a un paso de la histeria —pero de que estas hablando si y... —su esposo se acerco a ella tapándole la boca, antes de que la familia Miller volteara a verlos.

—Mujer, entiendeme, —le dice en un sussurro —nadie debe salir herido, y menos ustedes que son mi vida, yo se que he cambiado los últimos meses, —guarda silencio un momento mientras libera los labios de su esposa —es mi destino —dice melancólico, —el destino de Iker, y sencillamente no lo podía abandonar, se que las estoy arriesgando a ustedes, pero si no cometes ninguna imprudencia, podremos continuar nuestra vida, realmente sin cambios.

—Pero...

—Mientras esten a mi lado, nada les pasara —le da un beso en la mejilla —simplemente olvida lo que has escuchado, así como ustedes al final yo soy también un espectador; pero no puedo dejar a Iker solo... él todavía debe de tomar muchas decisiones y sean las correctas o no... estaré siempre con él. Y con ustedes. Así que quedense aqui o regresen al auto es mejor que no vean esta noche nada. —Le entrega las llave del auto —después con calma te contaré todo y tomaras una decisión, pero ahora vayan al auto —le dio un ligero beso en los labios y uno a su pequeña en la mejilla. Se quedó observando como iban de regreso.

Busca a Iker con lamirada para ver donde estaba, y lo que más temía estaba a un lado de Sr Miller.


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—Ya deja de poner esa cara de bruto Noe —le dice Diego a su hermano.

—¡Dejame! —le contesta de mal modo —que te importa que cara ponga... o tenga.

—Asi que Jazz te ha impresionado —le comenta en un tono burlón —la verdad hay que reconocerlo, la niña se ha puesto muy...

—Ten cuidado —dice Noe cuando pasa una chica pelirroja a su lado empujándolo como si no lo hubiera visto.

—¡Callate Büyü! —le dijo mientras de la nada le arrojaba una gran cantidad de agua encima de él.

—¡¿Pero que te pasa?¡ —le grita mientras se pone de pie, pero más tarda en hacerlo cuando pasa otra pelirroja junta a él y sin que lo toque el siente como si lo hubieran dado una fuerte cachetada.

—¡Pero que demoni...¡ —comienza a decir Diego. Se ha quedado callado ya que una de las fogatas que estaban a unos cinco metros de donde se encontraban ellos explotó de tal forma que las llamas alcanzaron unos diez metros de altura.

La gente comenzó a correr lo más lejos que pudo del lugar. La situación se estaba convirtiendo en un caos completo. La gente reunida en la playa gritaba y corría en todas las direcciones.

Pero esa no fue la única fogata que explotó, los otras cuatro que había a lo largo de la playa tuvieron el mismo efecto. Sin ninguno motivo aparente explotaron lanzando grandes llamaradas a lo alto.

Entre el humo, la gente corriendo y los gritos era lo unico que se escuchaba; muchos caían al suelo y eran pisados por las demás personas.

Pero entre todo este bullicio se alcanzaban a escuchar risas, mejor dicho, carcajadas por encima de todo el alborto. Risas masculinas y femeninas. Acompañadas de comentarios despectivos.

—Corran Büyüs, corran como ratones, que son lo que son —gritaba una voz femenina.

—Estos no sirven de tapetes —decía otra voz —están todos bofos y mis tacones se atoran — decía entre carcajadas.

La gente que estaba más alejada de las fogatas pudieron no solo ver el caos que había sino que veían unas luces extrañas, una especie de rayos que salían en todas direcciones, de varios colores brillantes.

Y la gente por más que corría para alejarse del lugar no podía, corrían sin parar y nunca llegaban a la avenida que estaba a tan solo algunos metros de la playa. Incluso los automóviles que pasaban por ahí, parecían no percatase de lo que estaba sucediendo.

Los que llegaban casi a la avenida, por una fuerza invisible eran empujados de nuevo a la multitud que seguía corriendo sin rumbo alguno.

Cada vez el disturbio, las carcajadas, los gritos de desesperación eran más fuertes y nadie acudía a ayudarlos.

Estaban atrapados ahí y no podían escapar.

Incluso hubo gente que en los lugares más apartados comenzaron a rezar, pensando que había llegado su fin.

Después de un rato de tanto alboroto, nadie sabe con certeza cuanto tiempo había pasado; el fuego se había apagado, ya no se escuchaban carcajadas o grito alguno, simplemente estaba lleno de humo el lugar. Y estaba todo obscuro.

La gente comenzó a caer al suelo desmayada, una tras otro. Encima de las demás personas, sobre las mesas. Por todas partes la gente caí como muerta al suelo. Donde se encontrara.

Ahora solo se escuchaba el silencio en el aire y el sonido de los olas golpeando contra la arena y las rocas del lugar. Y así fue toda la noche. Una noche negra donde las únicas luces que se veían eran la de los automóviles que pasaban a unos metros de ahí y no se daban cuenta de que había cientos de personas tiradas en el suelo. Entre la arena, las carpas, entre las piedras.

Parecía que el lugar era inviable para la gente que no estaba ahí.

Fue una noche silenciosa, negra y hasta cierto punto tranquila.


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Cuando comenzó a salir el sol. El escenario que se podía ver era atroz.

—Pero... —algunos invitados de Jazz comenzaron a ponerse de pie. —¿Donde estamos? —se decían unos a otros.

Nadie comprendía que fue lo que sucedió. Nadie sabía porque estaban en el suelo. Nadie recordaba nada.

Lo ultimo que tenían de recuerdo era que estaba celebrando el cumpleaños numero dieciséis de Jazzlyn Betancourt y que todo era felicidad. Amigos, musica, comida, y nada más.

No sabían como habían terminado dormidos todos en el suelo, en posiciones extrañas, como si solo se hubieran caído al suelo y con un fuerte dolor de cabeza.

Cualquiera pensaría que se les pasaron las copas y la fiesta se puso un poco densa. Pero en realidad el alcohol que hubo ahí, fue a lo más algunas cervezas para los más grandes ya que como la mayoría de los invitados eran menores de edad; Evangelina, Dayrys y Gio habían hecho todo lo posible para que no llevaran bebidas embriagantes los invitados.

Ya la mayoría de las personas se habían puesto de pie, y todos preguntándose que es lo que había pasado. Menos una persona.

—¡Jazz! —llamaba con desesperación —¡Jazz! —los gritos cada vez eran más desgarradores —¡Nena, respóndeme¡ —gritaba Evangelina quien tenía una herida en la frente.

—¡Jazz! —se escucho lo voz de Toño.

—¡Peque! —La voz de Ed se escuchaba ahora.

—¡Frikie! —decía entre llanto Arturo.

—¿Dónde estás Jazz? —Seguía llamando Eva a su nena.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Capítulo 20 de Amar... te duele "¿Dulces Dieciséis?" 2da Parte


Amar...Te Duele
Capítulo 20 "¿Dulces Dieciséis? segunda parte"



Continuación...

***Flash Back***


Hace un mes aproximadamente.

—Azzy no será mejor que descanses, y faltes unos días a la escuela —me decía  mi abuela, al día siguiente que llego a casa.

—No tiene caso Ardy —le decía mientras me termina de arreglar y bajar para irme con Ed y me dejará en el colegio —Según tú, todo estaba bien ¿no? Que nada malo me iba a pasar —le decía sin realmente mirarla —si todo está bien, entonces no comprendo por qué quieres que me quede en casa; adamas no es el momento; estamos en exámenes parciales; y si repruebo uno... —cerraba mi bolso, una vez que había revisado que no me faltara nada y me colocaba cerca de la puerta —no sabes en el problema que me metería con mis padres —me le quedé viendo fijamente, ya que ella no se movía —¿me acompañas a desayunar algo? — le dije haciendo pucheros —si algo necesitas, me puedes marcar al cel, o yo te puedo marcar —observó el reloj —se me va a hacer tarde y en diez minutos Ed va a comenzar a grita como loco, porque se nos hace tarde.

Ella sin mucho ánimo se levantó de la cama y se acercó a mi. —Jazz, no te quiero mentir, tú y yo tenemos que platicar, ellos te están vigilando, por eso me gustaría que te quedaras en casa y... yo ahí no te puedo cuidar, entiendeme por favor, sólo quiero protegerte; no... quiero dejarte sola. Se que por ahora estarás bien, pero... —su voz se quiebra un poco — Sólo te pido unos días, mientras pueda... arreglar que estés protegida y...

—Si tan segura estás que por ahora estaré bien, entonces no se cual es tu preocupación —le dije mientras la abrazaba —te prometo que estaré bien y me cuidaré, no voy a hacer ninguna tontería, además yo... —el recuerdo hace que siento una punzada en el estomago —además, tengo que resolver un asunto con un... amigo; él... bueno, tengo que platicar unas cosas con él y no quiero perder el tiempo dándole largas al asunto... —si tanto te preocupa, voy hoy y mañana viernes me quedo en casa para que estés más tranquila; pero hoy es necesario que vaya.

—Ok, Azzy —me dijo dándome un fuerte abrazó —prometeme que no hablaras con extraños, y tratarás de no estar a solas en ninguna parte.

—¡Prometido!

Salimos de la habitación y comenzamos a bajar las escaleras. A mitad del camino nos encontramos con Ed.

—Jazz, creí que ya estabas esperandome —me dijo señalando su reloj —se me ha hecho un poco tarde y...

—¡Buenos días Edgar! —le dijo Dayris a mi hermano —lo lamento, a sido mi culpa, yo la he entretenido un poco, solo dame un par de minutos para que tome un poco de jugo y aunque sea se lleve un emparedado para que se lo coma en el camino.

—Ardy, no te preocupes, al rato, en un tiempo libre me compro algo para comer allá —le dije mientras le daba un beso en la mejilla y comenzaba a bajar las escalones de dos en dos. Una vez abajo, ella se encontraba varios escalones por encima y con la mano, me despedía de ella; y salía corriendo, siguiendo a Ed al coche.

—En verdad la abuela, te tiene muy consentida Jazz —decia Ed de mal humor — si ya vamos retrasados unos minutos, y con esos son suficientes para que el trafico que nos va a tocar, va a hacer que llegue tarde y ella todavía quería entretenernos más con...

—No exageres Ed —le dije tomándolo de la mano —es buena hora, además la abuela, nos quiere al igual a los tres y se preo...

—Si tu lo dices —con una sonrisa en los labios arrancó el automóvil —tú eres la consen de la abuela y...

—Eso no es cierto —le dije dándole un pequeño golpe en el brazo —ella nos...

—Podemos discutir sobre el tema Jazz, pero sabes que tengo razón —voltea a verme un segundo, y me enseña la lengua —reconocelo...

El trayecto de casi veinte minutos al colegio, la única platica que tuvimos Ed y yo fue la misma. De a quien quiere más la abuela. Y la verdad es que nunca nos pusimos de acuerdo.

Una vez que llegamos a mi colegio. Lo primero que vi, fue a Iker esperándome con unas flores en la mano y una gran sonrisa en los labios. En cuanto lo vi, en lugar de emocionarme, sentí un odio hacía él. Siempre he leído, escuchado y visto en la tele; que cuando ti chico te regala flores sin motivo aparente, es porque siente remordimientos de algo.

Y no es que él no haya sido detallista en nuestra no-relación, pero el que ahora me esté esperando con flores en la mano me hace sospechar.

—¡Hola amor! —me dijo acercándose  a mi, buscando mis labios.

—Hola —le conteste fríamente y haciéndome a un lado para evitar que nuestros labios se juntaran.

—¿Te pasa algo? —pregunta confundido —Te noto extraña y...

—¿Extraña? —lo recorre con la mirada —¿Con quién estuviste ayer en la tarde? —le pregunte sin  esperar.

—¿Ayer? Mmm —hace una mueca como si quisiera recordar —la verdad es que con nadie, estuve solo en casa con mi mamá y mi hermana, ¿Por qué lo preguntas?

—¿Estás seguro de tu respuesta? —Jazz se voltea, no quiere ni verle la cara —¿No estuviste con nadie en toda la tarde?

—Estuve solo en casa estudiando y...

—“Haciendo los deberes” —jazz terminó la frase por él.

Iker se ha puesto pálido. Está segura que Jazz sabe algo sobre las gemelas. Ya no puede ocultarlo.

—Jazz, yo... —comienza  a decir —No se como paso pero...

—¿No sabes? Por favor, ¿a quién tratas de engañar? —¿Ahora me vas a contar toda la verdad o me vas a seguir mintiendo? —le dijo Jazz tratando de evitar las lágrimas.

—Sólo lo hago pirque mi padre...

—¡VAMOS! —comenzó a decir a gritos Jazz —Ahora no me vengas que tu papito, te prohíbe las cosas... te dice que hacer... y con quién lo hagas... ¡ERES UN...! —el llanto ya no lo podía detener.

—¡Jazz! Por favor tranquilizate... —trato de acercarse a ella —las cosas no son lo que parecen yo...

—¡CLARO! —dijo esquivando sus brazos —las cosas no son lo que parecen... —Le da la espalda a Iker y se limpia las lágrimas, respira hondo y se gira para verlo cara a cara —Tú y yo no somos nada, lo sé bien... pero no por eso me quieras ver la cara de estúp... No soy tan inocente como crees, ¿Lo sabes? , no se a que quieres jugar; o mejor dicho... —suspira nuevamente —eres libre para hacer lo que quieras... con quien quieras...

—Jazz, por favor yo... —nuevamente Iker trata de acercarse a ella, pero Jazz da dos pasos para atrás.

—No tienes que justificarte Iker —le dijo lo más tranquila que pudo —te repito, tú y yo no somos nada, ni amigos... creo; así que no tienes porque darme explicaciones de que haces o no en tú tiempo libre; yo... —guarda silencio unos momentos —lo único que te pido es que no me busques, si tenemos que hablar que sea solo lo necesario, no quiero meterte en problemas con tu padre ni tus amigas... —comenzó a caminar lejos de él —no te vayan a castigar de nuevo por mi culpa.

—Jazz, ¡Jazz! —comenzó a llamarla, Iker no quería hacer las cosas más grandes, ya varios alumnos del colegio comenzaron allegar y aunque sea a la distancia se quedaban a ver o escuchar a la distancia —¡Jazz! —se voz se ha convertido ya en un susurro, —si tan solo me dejaras explicarte yo... TE AMO —terminó diciendo mientras se deja caer sin importarle nada y comienza a llorar —Jazz, yo...

A pesar de que Jazz escucho como le hablaba, y se le partía el corazón. Caminó lo más rápido que pudo, y cuando creyó que ya no la veía, se echó a correr tanto como le permitían las piernas. Corrió sin un rumbo. Cuando se dio cuenta donde estaba fue cuando una espalda le detuvo su paso.

—¿Estás bien? —le pregunto el chico que está frente a ella —¿Te sientes bien? ¿Te puedo ayudar en algo?

Jazz sin contestarle lo vio un par de segundos a los ojos y continuo su camino lo más deprisa que pudo.

—¡¿Jazzlyn?! —le pregunto casi en un susurró —¿Eres tú...?

A pesar que escuchaba que la llamaba con su nombre, ella no se detuvo. Lo único que quería era estar sola; donde nadie ni nada la molestara. Se detuvo un segundo para tomar aire. Cuando alzó la vista no reconoció el lugar. La escuela es tan grande que no conoce todo el plantel. Pero ese lugar al que llegó, era lo que estaba buscando.

Un lugar lejos, tranquilo y sólo.

Eso creía ella.

Tan sólo tenía unos minutos ahí, cuando vio en las sombras, detrás de los arboles, que alguien la observa.


***Fin del Flash Back***


—La verdad Iker —dice en un susurro para si misma —Te extraño mucho.

Comienza a buscar sus cosas para darse un regaderazo y estar lista antes de que su madre comience a dar de gritos que ya es tarde; además su abuela ya no ha de tardar a entrar a su habitación para ayudarse a arreglar.

Aunque la madre de jazz quería que se arreglara de una forma más formal, para Jazz es más que imposible y más al ser en una playa.

Así  que a Evangelina no le quedo más remedio que  soportar que se pusiera un top sin mangas, eso si con mucho brillo y un pantalón playero que combinaba perfectamente con el top, ambos tenían tonos rojo, cafés y bronces, los cuales con el bronceado que siempre tiene Jazz, hace que los colores sean más llamativos y elegantes sin caer en la vulgaridad, para andar fuera de la arena traía unas sandalias estilo griega que los cordones le llegaban a media pierna, lo cual le ayudaba a disfrazar un poco la delgadez de estas; pero en el instante que tocaron la arena, estas salieron volando de su pies perfectamente cuidados y coordinados con el arregle de las manos.

El maquillaje y peinado que llevaba era de los mas sencillo; constaba solo un poco de polvo para evitar el brillo en el rostro, un poco de sombras en tonos perla y grises que profundizaban su mirada y hacia que el tono lila que tenían en los ojos se vieran más misteriosos, con unas pestañas enormes y rizadas, y un poco de brillo labial. Y para no batallar con el frizz que provoca la humedad en mi cabello, que casi siempre lo lleva en una col de caballo, decidió tratar de ondularlo un poco, algo casi imposible ya que lo tiene lacio, tan lacio, que parece baba, como dice Arturo, y en la parte de enfrente un millón de trencitas que simulan una especie de de diadema o tiara y los bucles que consigiueron hacerle sueltos.

No era nada del otro mundo el arreglo, pero Jazz después de verse varías en el espejo, como siempre le gusto el resultado final. Además de lucir bien vestida, elegante, era muy cómodo, lo cual le permitiría caminar, correr, bailar, incluso meterse al mar sin ningún problema; para  evitar que a su madre le diera el infarto, debajo de la ropa elegante traía un traje de baño, por si deseaba darse un chapuzón.

El adorno de la fiesta combinaba perfectamente con su atuendo. los colores que predominaban eran los rojos, cafés, bronces y dorados. habían armado varías carpas distribuidas por toda la playa, que estaban cubiertas de telas vaporosa en tonos rojos y bronces, las mesas y sillas que había en el interior, estaban cubiertas en varios tonos de rojo y café; los arreglos florares eran en su mayoría en tonos rojos, pero para darle un efecto de claridad a tanta formalidad, tenía algunas pequeñas flores en blanco, que combinaban perfectamente con algunos sillones que había regados por toda la playa; y por ultimo para darle un toco de calidez; el camino estaba rodeado por varias antorchas y había  fogatas en distintos puntos.

Aunque fue un poco complicado, consiguieron que hubiera una banda local tocando ocasionalmente, turnándose con un DJ y así podía haber música toda la noche.

Cuando llegaron, es decir, la familia de Jazz con ella a la playa, comenzaba a llegar el atardecer, así que la naturaleza, les regalo una postal aun mas bella y perfecta dándole un tono dorado más al ambiente. por fortuna el clima en estos meses es muy tranquilo; y aunque se siente un poco de bochorno, la verdad es que la brisa que sopla desde el mar es la combinación perfecta: ni tanto calor, ni tanto frío.

Lo único que lamenta Jazz de este día; es que algunas personas importantes para ella no están: Bere, Ian, e Iker.  Y de esas tres ausencias, la que más me duele, por supuesto es la de Iker. desde aquel día que le “dio” su tiempo, es que no he querido ni permitido que se le acerque ni que le hable. A la mínima intención de querer acercarse  literalmente Jazz corre hacía el otro lado. el teléfono, tanto el celular como el de la casa, me niego a contestarle. En casa le han preguntado que si tenemos algún problema, o el porque de la renuencia de verlo. Como no he querido decirles gran cosa solo les he dicho —todo esta, sólo unas pequeñas diferencias, nos estamos dando tiempo— y o cosas por el estilo, le duele tanto, aun no lo puedo creer. No se puedo hacer  a la idea de que él... y casi siempre tiene que disimular algunas lágrimas frotándose los ojos para justificar porque se me han puesto llorosos y rojos, si en realidad supieran que... pero si a él no le importa, será asunto suyo, no de ella.

Comienza a caminar entre las diferentes carpas que hay, para saludar a sus invitados. Lo primero que hacen ellos en cuanto llegan a la playa es acudir a la única carpa que hay blanca, que es la de mesa de regalos; cuando mi madre y Gio la propusieron, yo me molesté con ellos, alegando que no tenían porque obligarlos a hacerle algún regalo y si lo hacían que al final ellos podían escoger que regalo hacer y no indicarles una tienda donde comprar, porque habían abierto varias mesas de regalos en diferentes tiendas, y habían anexado la lista en la invitación. su abuela le dijo, —No les hago caso Azzy, a tus amigos en estos días diles que no es necesario que te regalen nada, y menos de las tiendas que escogió tu madre, que sólo con su presencia es más de lo que esperas, pero si aun te quieren dar algo, el detalle más pequeño que te quieran dar es más que suficiente— ; y aunque le hizo caso a su abuela, la verdad es que sus amigos no lo hicieron, ya que en una vista rápida a mesa donde estaban colocando los regalos, puedo ver el logo de varías tiendas que estaban en la lista que habían escogido minuciosamente su mama y el organizador de fiestas.

Hay muchos chicos que realmente no conoce, sólo de vista los ubico. Los invitados son muchos de la preparatoria, algunos de la secundaria,otros del club al que va con su familia, otros de la escuela tanto de Arturo y Ed, algunos vecinos, y familias enteras de los trabajos de sus padres. Pero si pone a revisar a  todos los invitados, probablemente sólo conozca al 10% de todos. Si Jazz hubiera organizado la fiesta, esta sería muy diferente, para empezar sería más sencilla y con mucho menos invitados, quizá unos veinte o veinticinco como máximo y no como los casi trecientos que hay en este momento.

—¡Jazz! —se acerca a mi un chico que no conozco —muchas felicidades —me dice mientras me da un abrazo y un beso en la mejilla —si ya no te veo al rato, que te diviertas mucho y nos vemos en el colegio —se despide con la mano y se pierde entre los demás invitados.

—Pero que linda te ves —me dice una chica, que no se quien sea —Esa blusa esta “Divine” —me da un beso y se aleja.

Jazz sigue caminando entre el mundo de gente que hay en la playa.

—Jazzlyn, tenía años que no te veía, pero si estas igualita —se acerca una señora como de cuarenta años y me da un fuerte abrazo, —es una lastima que te alejaras de mi niño, si lo vieras, cada vez está más guapo y...

—¡Gracias!— No deje que terminara la frase —si me permite, ahora regreso. —Ella me sonríe y asiente con la cabeza.

La verdad no tenía la mínima intención de regresar a platicar con ella, en primer lugar no sabe quien es, y menos quien es su hijo. En este momento no esta para... pensar en.. en otras personas y menos si son hombres... chicos de mi edad... los ojos se le llenan de lágrimas y trata de disimular un poco.

Continuo recorriendo todas las mesas, saludando a todo mundo; poniendo la mejor de sus sonrisas y...

—¡¿Jazz?! —escucha que  le dicen detrás de ella—¿Eres tú?

—¡H—hola!— digo un poco sorprendida, hace mucho que no veía ese rostro, esos ojos; pero aún así no los he olvidado.  Pero... ¿Cómo es qué...? ¿Cuando llegaste? — termino diciendo mientras me acerco a él mientras le doy un beso y un abrazo.

—No lo puedo creer —dice mientras le devolvía el beso —Nos acabamos de mudar nuevamente aquí, y un chico de la universidad, invitaron a mi hermano a la fiesta y yo vine con él —me dice sorprendido —la verdad no creía encontrarte aquí, digo, no sabía ni de quien era la fiesta, solo sabía que era de una niñ... de una chica que cumple dieciséis años y...

Hace años que lo conocía; fue un amigo de la infancia; aquel chico con el que jugaba a todo, el que la tiraba al suelo de un empujón y dos segundos después se encontraba llorando con ella y le ayudaba levantarse. Aquel con el que se hizo las mis primeras cicatrices, con el que lloró las primeras veces, con el que reía las primera vez por hacer alguna travesura, él que le dio mi primer beso en la mejilla; el primer beso inocente, su primer novio de la infancia. Tenían tan sólo ocho y once años cuando él se fue con su familia a la capital; en un principio mantenían contacto por email; pero pasado unos tres años, perdieron contacto definitivo. Ahora lo tenía de nuevo enfrente de ella, con es sonrisa más que perfecta.

—Noe, en verdad, me has sorprendido... —Le dijo mientras lo volvía a abrazar — no sabes... — en verdad que estaba sorprendida, no encontraba las palabras para expresarme ante él. —Y ¿Con quién has venido? —pregunto un poco temerosa.

—Con mi hermano Diego... —voltea en todas direcciones para ver si lo encuentra —No se si te acuerdas de él.

—Mmm... ¿era él que siempre nos regañaba, por la forma en que jugábamos? —digo entre risas.

—Ese es — dice entre carcajadas —No se porque todo mundo se sorprendía de lo... lo bien que jugábamos... que nos llevábamos; creo que todos veían con malos ojos que yo... fuera un poco grande para ti — me dice recordando — ahora imagínate como se hubieran puesto si se hubieran enterado que tú... — me dijo un poco sonrojado — me decías que no te querías morir sin ser besada, y yo... para cumplir tu ultimo deseo yo...

—Ni lo digas —ahora era  era ella la que se sonrojaba —que tontos eramos en ese entonces, nos hacía mal ver tantas pelis de amor... que se nos ocurría cada cosa.

—Si no me equivoco, en esa época el libro... mejor dicho la peli que más te gustaba; porque ahora te puedo decir que yo lo odiaba, pero con tal de estar cerca de ti...— sus mejillas se han puesto más coloradas — una y otra vez accedía a verla. ¿Cómo te podía gustar tanto Romeo y Julieta?

—Pero si parecía que te encantaba verla... yo por eso la quería ver tan seguido y ahora tú... —Los dos soltaron tremendas carcajadas, y continuamos recordando esos años que tan bien la pasaban.

Jazz no se dio cuenta de todo el tiempo que llevaban platicando; estaba tan a gusto con él, que sólo se di cuenta de donde se encontraban cuando alguien los interrumpió.

—¡Noe! —escucho que alguien lo llama —creía que te habías ido, como habías dicho que no tenías ganas de venir a una fiesta de niños...

—¡Callate! — lo interrumpe Noe.

—Si solo accediste a venir a la fiesta, porque era en la playa y decías que te gustaba mucho y... —Se queda callado un momento mientras observa detenidamente a la chica parada frente a él.— ¿No me vas a presentar a tu nueva “amiga”

—¡Diego! — le reclama — Pero si no es necesario que te la presente — le dice con u na sonrisa — Ella es Jazzlyn, la “Güera Desabrida” como solías llamarla, ¿no la recuerdas? — terminó con una sonrisa triunfal.

¿Jazzlyn? Claro — dice sorprendido —yo jamás te decía así —  dice mientras se voltea a verlo con cara de odio y se acercaba a darme un abrazo a la chica —Jazz, en verdad, que estás hermosa. ¿Y que haces aquí?

—Es su fiesta, tonto y... —le dice mientras le da un codazo en las costillas para que se aleje un poco.

—Hola Diego — le contesta con una sonrisa — ¿Cómo has estado? , y si la fiesta es en honor a la Güera Desabrida, es mi cumple... —Noe soltó una tremenda carcajada y Jazz le hizo segundas unos segundos después.

—Pero, si yo... bueno la verdad eramos muy pequeños en esa época y... —le da un manotazo en el hombro a Noe —Pero, ahora no te pareces esa niña flaca de ese entonces, ahora estas... ¿Y cuantos años cumples?

—Calmado, calmado, que sigue siendo menor de edad y tú...no querrás hacer estupro... recuerda que aquí esta penado y...

—Ja ja ja hermanito, si te lo recuerdo tú tambien eres mayor que ella, así que lo mismo te pasaría a ti —le dice sin dejarlo terminar. Mientras le soltaba otro golpe en el hombro — Pues no se si y te contó, Noe, hemos regresado por una temporada a la ciudad, mientras hago una especialización, y él — voltea a ver a su hermano —continua estudiando...

—¿Especialización?, ¿Que es lo qué estudiaste? — comencé a preguntar,  él desde que era una niña le gustaba mucho, y ahora que ha crecido y que ya es un hombre, es mucho más atractivo de lo que jazzlyn recuerda; pero mi madre llegó, y antes de hablar recorrió a ambos con la mirada.

—Nena, Jazz, creo que aún no saludas a todos los invitados y...

—Para poder saludar a todos necesitaré por lo menos dos días enteros — contesté en forma de reproche, pero antes les dedique a ambos hermanos una sonrisa en forma de disculpas —Si me disculpan yo... — su madre la ha tomado de la mano y ahora la jala para que camine a su ritmo —ojala, los pueda ver al rato —les grita para que puedan escucharla, su madre no vio eso con buenos ojos ya que me volteo a verla de una forma como diciendo una señorita no hace eso.

—¿Quienes eran esos... muchachos? — pregunta al fin.

—Antes que me digas algo, los conoces a ambos — me volteo a ver con cara de que no entendía lo que decía, mientras continuaba caminando lo mas rápido que la arena bajo sus pies se lo permitía —¿Recuerdas a Noe y a su hermano Diego?

—¿Noe y Diego? —murmura más para ella que otra cosa, y por fin detiene su andar —No. No recuerdo a nadie con esos nombres y...

—Vamos Pollo, si te debes de acordar de ellos, hace años Noe y yo... es más Ed se ha de acordar de Diego, ellos se llevaban muy bien...

—No se quienes son, y no me gusta que hables con desconocidos —su madre volteó a verla directamente a los ojos —Jazz eres muy guapa, incluso... para tu edad; no lo tomes a mal, pero una niña de tu clase no puede estar cambiando de novio como si...

—¿Novio? Pollo, no se de que hablas, sabes perfectamente que yo... nunca he tenido novio, — se me hace un nudo en la garganta —Iker y yo —incluso decir su nombre lo dolía —nunca fuimos novios, eramos... somos amigos y...

—Y si son amigos, ¿Donde está él?

—No pudo venir, él...

—Pues veo que estas muy equivocada, como para darte cuenta de las personas que están llegando —me señala con la cabeza — ¿no viene ahí con... su familia?

Volteo a ver en dirección a donde le ha señalado su madre y...

—Creí que solo tenia una hermana — dice al darse cuenta que vine acompañado de sus padres y tres chicas — no sabía que tenia tres...

—Solo tiene una hermana...

—Bueno, han  de ser primas o algo así, porque si no, no vendría de la mano con ellas... —dice mientras observamos como se acercan hacía nosotras.

—Quizá...— le dije un poco triste— pero...

—¿Porque no lo habías invitado?, cuando hable para confirmar si iban a venir su padre me contestó que no sabía nada de la fiesta y que con todo gusto vendrían. Pensé que por la hora ya no iban a llegar, pero me alegro que si...

—Ahora vengo, yo... — me detuvo del brazo.

Y casi en un susurro poco audible me dijo entre dientes, —Te iras después de que los saludes, el que te hayas peleado con él, no significa que seas grosera y...

—Buenas noches — los saluda Evangelina con una gran sonrisa — en verdad es un honor tenerlos aquí.

—Buenas noche, y gracias por invitarnos — contesta el padre de Iker. —Bueno, ya conoce  a mi esposa y a mis dos hijos — señala con la cabeza  a su familia —y estas dos preciosidades —dice refiriéndose a las gemelas —son ya como de la familia; Paula y Paola.

—Mucho gusto señoritas — les dice mi madre mientras se acercarse a ellas y comienza a saludar a todos de beso en la mejilla.

—Espero que no les moleste, pero en algunos momentos llegaran mis consue... los papas de ellas, se que es un atrevimiento, pero como han oído hablar tanto de jazz, pues tienen mucho interés en venir a conocerla y...

—No se preocupe — responde mi madre mientras voltea a ver a su hija de reojo, ya que como no ha dicho nada desde que llegaron —siempre es bueno recibir gente agradable, en fiestas... de... bueno me comprende, unas personas adultas, nunca están de más.

—Es un gusto verte Jazzlyn, —le dice el padre de iker, mientras estira una mano en su dirección, no todos los días uno puede celebrar sus dulces dieciséis.

—¡Dulces dieciséis! — dicen las gemelas al mismo tiempo con una sonrisa en los labios y una pequeña risa, — Esto se va a poner más divertido, en un rato — dijo entre dientes una de ellas.

Pero sólo al parecer jazz la pudo escuchar, ya que nadie dijo nada al respecto Jazz, se sorprendió de momento y se empezó a sentir rara. Como si las fuerzas la estuvieran abandonando. y de repente comenzó a sentir revuelto el estomago y a sentir ahorcadas en su garganta.

Sin realmente decir nada, salio corriendo de ahí, lo más pronto posible. a la distancia logro escuchar:

—Iker, quedate aquí, no es de tu incumbencia — le reprendía su padre.

—Creo que no se siente muy bien la cumpleañera — dijo una de las gemelas.

—Pues ojala no sea que vaya a ser... —decía la otra.

—No les haga caso —responde Iker en la defensa de Jazz a la madre de Jazz —, la presión... y la emoción ha de ser...

—Me disculpan — les decía Evangelina — ¡Toño!, ¿Donde estas Toño? — comenzaba a gritar — Toño, la niña no se siente bi....

Una vez que se alejo lo suficiente de ellos; de todos, Jazz, se sintió mejor. hora no sentía que le faltara la fuerza, ni sentía el estomago revuelto. se sentía perfectamente. bueno, casi, lo único que le dolía era ver a Iker, con sus amigas. ellas son las chicas que han estado con él, por las tardes. de eso no tiene duda. Son ellas.

Alejada de todos, comenzó a llorar, se sentía tan mal, le dolía tanto. Donde Jazzlyn se encontraba, no escuchaba ni veía nada de la fiesta, se había retirado mucho de donde se estaba celebrando la fiesta. Cuando estaba a punto de de levantarse y comenzar a caminar nuevamente a la fiesta, ya que no estaba segura; pero sabía perfectamente que ya se había mantenido lejos por mucho tiempo, y comenzarían a extrañarla, bueno, por lo menos a preocuparse por ella.

Eso creía ella.  en una de las bolsas de su pantalón, ya que era del tipo de cargo, de esas que llevan millones de bolsas en todas partes, saco un pequeño espejo. Se tenía que poner presentable; ya se imaginaba la cara que tenía después de estar llorando por un buen rato.

Tenia toda la razón, se veía fatal; se tomo unos segundo para limpiarse el rostro y tratar de arreglarse el maquillaje lo mejor posible, con lo poco que tenía en los bolsillos. No quedo como recién salida del del salón, pero había quedado bien.

Una vez que termino, volvió a guardarse todo en el pantalón y comenzó a caminar despacio. La verdad es que no tenía mucho humor de volver a aquel lugar. cuando había avanzado quizá dos o tres metros, comenzó a escuchar gritos. Muchos gritos que provenían de la dirección a la que se dirigía.

—Jazz — escuchaba que la llamaban.

—Azzy — ahora era la voz de su abuela.

—Jazzlyn— ahora era la voz de un chico.

Pero no solo escuchaba los gritos, de la gente que la estaban buscando. No. Había gritos de horror; de desesperación; de dolor también.

A ella sin importarle lo que estaba ocurriendo, sin dudarlo más comenzó a correr al lugar donde estaban sus invitados que hay gente que la importa, y aunque no fuera así, haría todo lo posible para poder ayudarlos en lo que fuera. Sabe que quizá no podrá hacer nada, pero quiere estar con ellos; quiere saber que todos están bien.

Sentía que el corazón se le quería salir por la boca. Cada vez los gritos eran más desgarradores. se siente inútil en esos momentos, debe de llegar ya; necesita ayudarlos de alguna forma.

Cuando ya se encontraba cerca del lugar, ya empezaba a ver las carpas que habían montado, los gritos eran cada vez más fuertes, veía como corría la gente en todas las direcciones. En eso...

—¿A donde crees qué vas? — le dice, mientras la toma firmemente del brazo.

—¡Sueltame! — grita desesperada, no alcanza a ver su rostro en la oscuridad — ¡Sueltame o...!

—¿Qué vas a hacer? — aunque no puede verle el rostro sabe que esta sonriendo — ¿Me vas a lanzar tu rayo rosa o vas a hacer que explote un garrafón de agua? perdón, creo que aquí no hay garrafones, que puedas explotar — comienza a reía — además, creeme que eso aquí no te serviría de nada.

—¿T—Tú q—que sa—sabes? yo... ellos me necesitan — trataba de contener las lágrimas, pero no eran de dolor, sino de frustración ya que sabía que él tenía razón, temblaba a causa de la ira; comenzaba a sentir las manos calientes y...

—¡Wow! —dice él, cuando esquiva el rayo que le ha lanzado —¿Sabes una cosa? Debes de tener cuidado con eso, no es para que juegues...

—No es juego, ¿O me dejas ir o...? —dice Jazz con odio en la voz.

—Deja las niñerías, nada de lo que hagas o puedas hacer te servirá en estos momentos... —fue lo ultimo que alcanzó a escuchar antes de que todo se pusiera oscuro.

Después de unos segundos, se encontró en una habitación, lejos de la playa, ya no escuchaba gritos, no veía la playa. Lo único que podía ver era una pequeña habitación y en la esquina estaba de espaldas... su secuestrador.

—¿Quien eres? — preguntó mientras se acercaba hacía donde estaba el chico.

—¿En verdad quieres saber? — le contesto con una risa discreta; mientras se giraba para que pudiera verle el rostro.

—¿Tú?— dijo sorprendida Jazz.

lunes, 2 de mayo de 2011

Un Pequeño Descuido by Felin


Un Pequeño Descuido


13 de febrero 2011


—Dana, no seas así — Alexa le reprocha una y otra vez por teléfono a su amiga —¿Si ya habíamos quedado en ir juntas, ahora no nos me puedes dejar solas, yo...

—Es que no estoy de humor, comprendeme —Dana le contesta  a su amiga lo más tranquila que puede —es que si te pones a pensar, después del mega oso que hice en el instituto..., no podría... es que si lo veo a los ojos, él va a estar ahí, con... —trataba de justificarse —es que no se como me atreví a... si yo sabía que...

—No seas melodramática Dana, no pasa nada —le dice Paola, quien también se encuentra en el teléfono —si no fue para tanto, además...

—Nadie se dio cuenta — termina Alexa la frase.

—Bueno, casi nadie —rectifica Paola —Y quizá...

—Ya, vale —  contesta de mala gana Dana —  si hablan al mismo tiempo, es que la verdad no les entiendo nada y...

—Pero... —comienza a decir Paula.

—Si no estamos hablando al mismo tiempo —Termina Alexa, —además ya sabes que siempre hemos sido así, una empieza la frase y...

—La otra la termina —dice Paula. —Además como dice Alexa, no nos puedes dejar ir solas a la fiesta. Recuerda que te necesitamos, vamos a ir de los tres mos...

—Mosqueteras, lo se —dice Dana, pero solo de recordar lo que paso hace dos días...—guarda silencio unos segundos — no se si me atreveré  a ir con todo el colegio ahí y...

—Vamos no seas así, recuerda —le dice Paula —Todas para una y...

—Una para todas —dicen al mismo tiempo Dana y Alexa.

—Vale, mañanas seguimos hablando, que si mi madre se da cuenta de la hora que es y que yo sigo en el  teléfono... —suspira Dana —no me van a dejar ir al...

—Oki doky —dicen los otras dos chicas al mismo tiempo —¡Que descanses nena! —y ambas colgaron el auricular casi al mismo tiempo.

Dana, por más valiente que quiera ser, es que la verdad le cuesta trabajo. Se levanta de la cama y va a su escritorio donde toma su diario; cree que ahora se siente lo suficientemente fuerte para escribir lo que le sucedió hace dos tardes en el colegio. Además no tiene mucho sueño.

Busca una pluma y regresa inmediatamente a la cama, donde lo abre en la ultima pagina que tiene escrito.

“10 de febrero 2011.

Lo he pensado mucho... solo nos quedan unos cuantos meses en el colegio, y probablemente si no lo hago ahora... quizá no lo vuelva a verlo nunca más...

La verdad se que me va a...”

Deja de leer. Cuando escribió esto ella se sentía muy confiaba, nunca creyó que las cosas le saldrían tan mal.



***Flash Back***



9 de febrero 2011


Dana se pasea en su habitación. Hace unos momentos se encontraba sentada frente a su lap, escribiendo una carta. Pero se le han acabo las palabras.

No sabe como continuar. Quiere ser directa pero no puede.

Después de dar unas vueltas en su habitación, vuelve  a tomar asiento frente al monitor.



“Diego.

Hola, ¿Cómo estas?, no se porque te pregunto, si se que al final nunca sabré tu respuesta. Pero aunque no lo creas me importas, y me importas mucho.

Quizá la verdad ni sepas quien soy en realidad, probablemente soy una más que ha pasado inadvertida por tu vida. Como siempre estás rodeado de tantas... ni te habrás fijado en mi. Pero como ya sólo nos quedan algunos meses en el colegio; pues quiero que sepas que yo... Pienso en ti, y lo hago mucho... yo no se si me atreveré  a a acercarme a ti pero... pero te amo.

TE AMO...”



—Dana, tienes visitas  —le dice su madre al abrir la puerta.

—¡Ma! ¿Qué tal que estoy desnuda? y...

—No veré algo que nunca haya visto — contesta sin ningún problema.

Una vez que ella le termino de contestar, se hizo a un lado y pasaron Paula y Alexa.

—¡Hola Dan! —ambas le dicen al mismo tiempo —¿Qué haces?

Ambas se acercan sin esperara respuesta al escritorio. Dana en un reflejo de proteger la poca privacidad que tiene trata de cerrar la lap, sin éxito, ya que ellas alcanzaron a leer los ultimas palabras.

—¿En verdad Dan?, ¿Te vas a atrever a mandarle esta carta a Diego? —  le dice Alexa asombrada.

—Pero, mmm... como que le falta algo, ¿no crees? —dijo Paula y recargo los codos en el escritorio para leerla toda —A ver, dame permiso —con las manos hace una ademán para que se levante Dana de la silla —si lo vas a hacer, necesitas nuestra ayuda, esto está muy... infantil —termina diciendo con una sonrisa en los labios.

—A ver, para que no digas te vamos a ayudar a arreglar esto y te salga de pelos y... —con la mano Alexa, hace a un lado a Dana —Podemos ponerle... mmmm... que sueñas con él...

—Que deseas saber el sabor de sus labios —continua  Paula y...

—Paren, paren —les dice inútilmente Dana —eso es mio y...

—Para eso están las amigas, o ¿no? —si lo haces con esto, te va a ir mal —contesta Paula sin hacerle mayor caso —somos las tres mosqueteras y no estas sola.

—Tambien podemos ponerle, que lo que más deseas en este mundo es que te estreche entre sus musculosos brazos...

—Y que te quieres embriagar con su olor... —continua Alexa.

—Que deseas dormir en sus brazos —Paula dice.

—Y despertar con un dulce beso, mientras te hace sentir mujer... acercarse Dana a ellas —si creen que eso es lo que quiero decirle... ni crean que...

—Mira, vale —voltea Alexa a verla —si sigues en ese plan... nos quitas la inspiración, mejor... ponte a ver la tele mientras terminamos con la carta, ¿te parece? —le dice mientras le indica con la mano que se aleje de ahí.

Dana pensaba contestarles algo, pero sabe que es inútil, así que sin decir nada más, se dirigue a su cama y prende el televisor. Sabe perfectamente que esta batalla la tiene perdida desde antes de empezar.

Después de unos 20 minutos.

—Ya está — gritan ambas al mismo tiempo, no ha quedado hermosa, —sonríen tanto con los ojos como con los labios al voltear a verla —si no cae rendido  a tus pies es... —comienza a decir Alexa.

—Es un asno insensible —termina diciendo Paula. —Ahora solo deja guardar una copia e imprimimos una copia y... —Paula está medio difusa —vaya, esta lap es muy diferente a la mía... no encuentro —voltea a ver a Dana —quiero mandarme una copia a mi mail, pero no me deja  me abre... —dice sonriendo —ya le entendí no te preocupes —ella misma se contesta antes de que Dana le dijera algo.

—Mira... si le das aquí me puedes mandar una copia a mi —Alexa empieza a indicarle —mmm, si aquí es y...

Ambas se han quedado mudas de repente, incluso se han puesto un poco pálidas. Voltean a ver a Dana  con cara de preocupación.

—En v-verdad n-no queríamos h-hacerlo... tartamudea un poco Alexa.

—F-fue un accidente y... y —comienza  a decir Paula —n-nosostras no q-queriamos hacer e-eso y-y...

—¿Qué han hecho? —dice alarmada Dana, levantándose de un salto de la cama y corriendo para ponerse  a su lado y ver porque se han puesto así.

—E-estabamos seleccionando nuestros correos y... —trata de justificarse Alexa —no se que fue lo que paso, cuando n-nos dimos cuenta.

—La carta... la carta f-fue enviadada a-a t-todos tus contactos y... —con cara de “sorry” le dice Paula.

—¡¿Qué?! —Dana sin esperara más, toma asiento frente  a su computadora y comienza a revisar lo que han hecho. —¡Pero como han...! ¿Cómo demonios lo han hecho? ¡¿Saben lo que va a pasar?! —comienza a gritarles —¡Fuera de aqui!

—Espera Dana, no es para tanto tú estas exa... —trata de acercarse Paula a ella.

—¡LARGO! —les  termina diciendo a ambas mientras con la mano les señala la puerta de su habitación.

—Pero si no es para ta... —comienza a decir Alexa, pero al ver la cara que está poniendo Dana, no termina la frase y en silencio salen de la habitación.

—No puede ser —comienza a decir para si misma Dana mientras revisa a quien le han mandado accidentalmente la carta —pero se la han mandado a todo mundo, a mis padres, mis hermanos, primos, tíos, vecinos, compañeros de escuela, profesores y... no puede ser, también se lo han mandado a él —no sabe si reír o llorar de lo mal que se siente —¡Se lo han mandado a él! —rodea con las manos su cabeza tratando de digerir la situación. —El que se lo hayan mandado a todo el mundo no me importa... pero él es... —está lamentándose de su desgracia cuando entra su madre a su habitación.

—Pero, ¿qué fueron todos esos gritos de hace un momento? —comienza a bombardear a su hija con preguntas —¿Y que significa esa carta? ¿Quién es Diego? ¿Quieres que él te haga sentir mujer? ¿Desde cuando lo deseas? ¿Tú ya has...? pero... —comienza a moverse por toda la habitación, sus gritos aturden un poco a Dana y no sabe que responder.

—Ma, fue una...

—Lo sabía, tu... tú ya no eres... —comienza a sollozar —eres mi bebé... eras mi bebé... no se en que momento te... —toma asiento a un lado de ella —tenemos que tener una platica de mujer a mujer. —Su madre le dice muy segura de sí misma —lo debimos tener hace... bueno ya no importa, ahora todas tus dudas por fin tendrán una respuesta y...

Durante casi cuatro horas Dana escuchó el monologo que su madre le dio, sobre el amor, el sexo, las parejas, los peligros, sus experiencias y las posibles consecuencias de no tomar las cosas seriamente. Incluso hubo cosas que Dana hubiera preferido que su madre no fuera tan explicita, ya que ahora por su mente circulan imágenes que  no hubiera hacerlas atreves de las palabras de su madre.

La ultima hora ya ni con un movimiento de “si” o “no” le contestaba  a su madre. Ahora Dana cree que después de esta charla de mujer a mujer, tendrá que ir al psicólogo, para que le den terapia, porque sencillamente ahora no cree poder ver a los ojos a algún chico en su vida...

Después de lo que pareció una eternidad, la madre de Dana se levanta de la cama le da un beso en la mejilla y sin decir más salió de la habitación.

Sin siquiera ver la hora, Dana se metió a la cama para descansar, tenía tantas cosas que olvidar... demasiadas pensó ella.


******


A la mañana siguiente Dana esperaba que todo lo que le había ocurrido la tarde anterior hubiera sido una pesadilla.

Pero al levantarse de la cama y ver que traía la ropa del día anterior, sabe que no fue una pesadilla; que todo ocurrió en realidad. Sin mucho ánimo se levantó de la cama y sin prestar mucha atención se arregló para salir rápido, sabe que si no se da prisa llegará tarde al colegio. Aunque no tiene muchas ganas de ir, sabe perfectamente que hoy precisamente no puede faltar, que necesita ir. Pero lo que más le preocupa es que sabe que él, estará ahí.

Y no sabe con que cara lo verá a los ojos.

En cuanto llegó al colegio, supo que las cosas habían crecido más de lo que creía. Los chicos de todos los cursos la voltean a ver y cuchichean a sus espaldas en cuanto ella pasa junto a ellos. Dana los ignora.

Durante todo el día hizo caso omiso a los comentarios que escuchaba al pasar por cualquier parte del colegio. Pero en su ultima clase, era a la que en realidad lo tenía miedo. Pavor. Donde lo vería a él. Vería la reacción que tuvo al leer la carta que ni ella escribió, pero que en realidad decía cosas que quería decir... pero no se atrevía a hacerlo.

Cuando entro, él ya estaba sentado en su lugar. Voltea a verla y le regalo una ligera sonrisa. Eso es lo que ella cree. Aunque más que una sonrisa fue una mueca que hizo al ver su presencia.

La clase comenzó y los murmullos terminaron con el comienzo de la voz del profesor. Una vez terminada la clase; todos comenzaron a salir poco a poco del salón. Dana se rezagó un poco, con la esperanza de poder hablar con él a solas y poder explicarle la carta.

Cuando estaba  apunto de acercarse a él, tomó sus cosas y salió del salón sin mirar siquiera detrás de él.

—Lo sabía  —pensó Dana, —aún sigo siendo invisible ante sus ojos —y salió corriendo del salón con las lágrimas cayendo por sus mejillas.

Corría chocando con todo aquel que se atravesaba en su camino; no lo importaba. Lo único que deseaba era desaparecer de la tierra. Aunque muchos le protestaban en su camino, ella no se detenía corría sin sentido. Sin camino.

De repente. Una espalda ancha y fuerte como un muro, le detuvo el paso y ella cayó al suelo sin remedio de un sentón. Todo mundo se burlaba de ella.

—¿Estás bien? —le dijo Diego, dándole la mano para ayudar  a levantarse.

En la mano llevaba la carta. Dana se puso roja. No sabía si era por la vergüenza de haber chocado con él o por ver que estaba leyendo la carta.

—Si. Si gracias —contesto algo tímida.

—Tenemos que hablar —le sonrió Diego —¿Tienes tiempo ahora?

Sin pronunciar una palabra, con un simple movimiento de su cabeza le contestó y comenzaron a caminar hacía uno de los jardines del colegio. Una vez que estuvieron solos, Dana no se pudo contener y comenzó a hablar.

—¿Te gusto la carta? —pregunta tímidamente.

—La verdad —piensa un momento antes de responder —es una bobada...

—¿Bobada? —trata preguntar lo más tranquila que puede.

—Una mala broma de muy mal gusto y...

—¡¿Bobada?! —comienza a gritar sin darse cuenta —¿cómo es que puedes decir eso? yo...

—No entiendo porque te alteras tanto si...

—¡¿CÓMO NO ME VOY A ALTERAR?! —gritaba sin medir sus palabras —¡YO, ABRI MI CORAZÓN EN ESA CARTA Y...

—¡¿Tú escribiste esto?! —contesta sorprendido Diego.

—PUES !¿QUIÉN MÁS?! —ahora se había puesto de pie y comenzaba a manotear —¿CUANTAS ADMIRADORAS TIENES?

—¡DANA! —ahora también él gritó. —toma asiento y guarda silencio.

—YO NO PUEDO...

—TOMA ASIENTO, O ESTO SE VA  A IR DE MIS MANOS Y...

Dana toma unas pequeñas respiraciones para tratar de relajarse y sin más se sienta cruzando los brazos, como una niña pequeña. Sabe que ahora que todo mundo los está observando sin perder detalle alguno.

—Lo siento..., yo... —comienza a decir —yo...

—Para empezar, yo no sabía que esta carta era tuya... anoche llegó a mi correo y lo imprimí hace rato y... —me observa un instante —creo que se te a olvidado dos cosas el día de hoy.

—¡¿Dos cosas?! —pregunta confundida.

—En primer lugar, creo que se te ha olvidado quien soy yo y... —comienza a decir —creí que era una broma lo de la carta, primero porque no viene firmada y segundo, aunque viniera con tu nombre... al final eres una niña y...

—¿Una niña? Pero si tengo dieciséis años y...

—Y yo tengo veintiocho, además soy tu profesor —dijo tajantemente.

—Pero eso no impide que me haya enamorado de ti y... —Dice Dana un poco sonrojada —te has metido en mi corazón y no lo puedo evitar.

—Y si es cierto, ¿por qué mandaste la carta a todo el colegio?

—Yo-yo no fui, —comenzó a decir Dana en un sollozo silencioso y...

—Bueno, creo que ahora no es el momento de que hablemos de esto —Dijo Diego al observar que varios pares de ojos no les quitaban los ojos de encima. —Ahora lo importante es que hablemos de tu vestimenta.

—¿Mi ropa? —Contesta perpleja.

No entiende porque su profesor, quiere hablar de ella sobre su forma de vestir. Es cierto, no viste tan elegante o con las marcas de diseñadores que ella quisiera. Pero es que la verdad no viste mal. Bueno eso cree ella.

Siempre en ese aspecto, y más para el colegio se viste “normalita” ni muy simple, ni muy llamativa. Cuando sale a pasear con las amigas o con algún chico; su forma de arreglarse es muy diferente. Le gusta destacar a los lugares que va.

¿Pero porque Diego quiere hablar de su forma de vestir con ella?

—¿Mi ropa? —vuelve a preguntar, al no obtener una respuesta la primera vez, Dana cree que ha escuchado mal —Pero ¿Qué tiene mi forma de vestir?

—Acaso, ¿El día de hoy te has fijado qué te ponías? —duda un momento Diego —Mejor dicho, ¿Te has dado cuenta que no te has quitado hoy?

Dana duda un poco antes de tratar de contestar. ¿Qué se le a olvidado quitarse?

Cuando comienza a revisar su vestimenta ella...


***Fin del Flash Back***


Dana aún está pensando en las ultimas palabras de sus amigas, todas para una y una para todas. Sabe que ahora la quieren chantajear con el lema de los mosqueteras.

Decide cerrar su diario. Y colocarlo en la mesita de noche.

—Están como locas si creen que voy  a ir a la fiesta —se dice mientras abre la cama para dormirse. —Este catorce de febrero sólo estarán dos mosqueteras —aún siente vergüenza que la vean en público, a faltado los últimos días  al colegio.

Mientras se acomoda para dormir y apaga la luz, no puede entender porque no le dijeron nada de su ropa. Cuando les pregunto el porque no lo habían hecho, ellas sólo se limitaron decirle que pensaron que era un nuevo look.

—¡Nuevo look! —se dice mientras apaga la luz de su mesita —pero como se les ocurre pensar que mi nueva forma de vestir, iba a ser un short, camiseta y pantuflas con Winnie Pooh en tonos rosas y lilas. ¿Acaso nunca me habían visto usarlo en las pijamadas que hemos hecho? Si es mi favorita. —termina diciendo. Con una sonrisa en los labios.



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