jueves, 24 de marzo de 2011

Capítulo 19 de Amar...Te Duele "Una Nueva Realidad"


Amar...Te Duele
Capítulo 19  "Una Nueva Realidad"



¡Jazz! —escucho a mi madre llamarme —nena, se que es temprano y sábado, pero es que tienes una visista y creí que te gustaría recibirla aquí en tu habitación —me dice mientras abre la puerta del cuarto.

Yo me quedo sorprendida al verla. Tenía semanas que no la veía, que no platicaba con ella. Y el que este en mi habitación, es sin duda una de las mejores formas de levantarme un sábado por la mañana.

Hola — le dije levantando de un salto de la cama y me acerque a ella que se encontraba en la entrada de la habitación delante de mi madre. —¿Cómo has estado? —le digo mientras le doy un beso en la mejilla y un abrazo.

Ella en una forma seca me devuelve el saludo.

Bueno, las dejo solas —dice mi madre, mientras cierra la puerta.

No tienes idea de como te he necesitado este tiempo, aun... no comprendo porque el cambio... porque te alejaste de mi... porque te... —comencé a decirle, pero me he quedado callada, ya que no quiero agobiarla con todo lo que necesito de ella que me responda y que todavía tenga cabeza para todas las cosas que tengo por contarle. —bueno ya no importa. Lo importante es que estas aquí.

Tenemos que hablar —me dijo fríamente.

Me han pasado tantas cosas desde... con decirte hace casi un mes Ian; si te acuerdas de él ¿no?, pues vino a aquí a la casa y... —me interrumpió.

Jazz, ¡por favor! —me dijo sentándose lo más lejos que pudo de mi —escuchame un segundo.

No entiendo que es lo que te pasa —contesté mortificada —creí que estabas celosa y por eso te comportabas así, pero... te veo diferente... muy diferente.

Quizá tengas razón —dijo pensativa —celos... celos, en verdad creo que me conoces bien. Pero no son los celos que piensas yo... —comenzó a decir una vez que vio mi rostro confuso —las cosas no son como parecen.

No entiendo. Explicamelo. —Le dije lo más tranquila que pude.

Como te dije, quizás me conoces más de lo que crees, y sí; todos estos cambios en mi es a partir de que iker apareció en nuestras vidas; hace ya casi un año; yo se que tú te diste cuenta que yo... bueno ya ni para que decir lo obvio y...

¿Obvio?, pero, ¿De qué estas hablando? —pregunte confundida —¿por eso tú...? creí que eramos amigas, como hermanas... y ahora me vienes a decir que tú estas... la verdad es que no me interesa saber nada si tú...

No. No vine por eso Jazz; es cierto él me gusta... quería que él se fijara en... mi; pero como siempre tu impactas a todo el mundo... y... bueno, ya sabes, a tu lado es imposible que... —no encontraba como expresarse —pero no por eso vine.

¿No? Desde que llegaste, después de esconderte de mi por meses, lo único que tú... —comencé a gritar, estaba sorprendida por la actitud de Bere. No podía creer lo que me estaba diciendo —en verdad eres increíble yo...

Bueno, ya estuvo no —comenzó a decir también a base de gritos —yo... he decido hablar contigo, pero, te niegas a escuchar —estaba realmente enojada —si no me quieres escuchar... la que tarde o temprano va a sufrir eres...

¿Sufrir, no entiendo de que hablas, si estoy sufriendo es... porque casi mi hermana me está diciendo que...

Ya, para un segundo, para empezar no somos casi hermanas, para mi eras una hermana, pero cuando tú...

¿Era? —le grite con una furia que no creí tener —¡¿Era?! —cada vez me sentía más molesta.

Sentía una rabia que no me cabía en el cuerpo. Sentía que mis manos comenzaban a calentarse. Comenzaban a quemar. En eso sentí que algo me pasaba y decidí salir de la habitación y caminar por toda la casa.

Necesitaba tranquilizarme y se la seguía viendo a los ojos, no se si podría...

¡Jazz! —comenzó a llamarme unos pasos detrás de mi —Jazz, no seas niña y vamos a hablar —continuaba un par de metros detrás mio.

En cuanto llegue ala parte baja de la casa me puede dar cuenta que no había nadie. Sólo estábamos Berenice y yo en la casa. No se que es lo que me pasaba, pero me sentía mal... sentía que si no me alejaba de ella, algo... algo malo iba a pasar. Como ella seguía detrás mio, en cuando llegamos a la sala con la mano casi sin voltear a verla le indique que tomara asiento. Yo sin decirle nada di media vuelta y camine a la cocina. Aunque Berenice me hablaba que a donde iba, no le hice caso y caminaba más deprisa hacia la cocina, si no salía de ahí sospechaba que algo malo iba a suceder.

¡¿Jazz?! —me llamaba a gritos —Pero, vaya si eres madura. Si no quieres hablar me corres de tu casa como mínimo, no me dejas hablando sola como una idiota aquí en tu sala —me gritaba mientras comenzaba a seguirme hacia la otra habitación.

¡Dame un minuto —le grite para que me dejara sola —yo... —sentía las manos dormidas, con una sensación extraña y cuando me gire para detenerla y no me siguiera; una de mis manos apunto hacia donde estaba el garrafón de agua; y este sin realmente imaginarlo, explotó. Salieron pedazos de vidrio en todas direcciones y el agua escurría por el mueble, encharcando toda la cocina. En el preciso momento en que explotó, hubo un estruendo muy fuerte y tan solo un segundo después, escuche a los lejos a Bere.

¡Pero que demonios! —gritaba —¿qué ha sido eso? —y entró corriendo a la habitación —lo que vio la dejo sin palabras.

Me vio en el suelo arrodillada, tratando de cubrir mi mano con la sudadera que se encontraba en una de las sillas hace unos minutos. Mi mano estaba sangrando fuertemente y el piso de la cocina ahora se teñía de un rojo escarlata.

Te dije que no entraras, que me dieras un segundo —le dije lo más tranquila que pude. Sentía un gran dolor, pero no era tanto por la cortada que me acaba de hacer, era un dolor diferente. Me dolía todo el cuerpo.

Pero, ¿qué has hecho Jazz? —dijo mientras se colocaba junto a mi en el suelo y trataba de ver mi mano —¿Qué paso aquí? Yo te vi, y estabas lejos de... —señalo donde estaba el garrafón —¿cómo es que explotó?, ti ni siquiera lo tocaste y... —preguntaba sin esperar respuesta alguna, mientras peleaba conmigo por ver mi herida.

No sé lo que paso yo...

Tenemos que ir al doctor, esta herida no se ve nada bien —no me dejo terminar y comenzó a buscar su celular en el bolso trasero de su pantalón.

¿A quien llamas? —pregunte.

A un taxi, se que no hay nadie en casa, en cuanto te aviso tu mamá salio junto con tu hermano, creo que quería dejarnos solas y —comenzó a marcar el numero —estas perdiendo demasiada sangre, para ser solo una cortada, será mejor que la llame que vamos al hospital...

Por un momento sentí, que no estábamos solas en la casa. Detrás de ella había alguien parado. Una sombra. Cuando quise levantarme para ver, sentí un fuerte mareo. Y estuve a nada de perder el conocimiento, ya que comencé a ver todo negro. Trate de tranquilizarme y respirar tranquilamente y la visión poco a poco la empecé a recuperar. Di una ultima mirada hacía la entrada de la cocina. Ahí no había nadie. Estábamos solas. Agache la cabeza. A pesar de que tenía mucho que no veía ni escuchaba nada raro, se que algo... o alguien estaba en la entrada de la cocina.

Trataba de recuperar el aliento, cuando observé el piso. Estaba sentada sobre un gran charco rojo. Esa era la razón del color transparente que Berenice tenía en el rostro.

Espera —le dije —no llames a nadie —le dije mientras me descubría la mano. Que ahora estaba perfectamente. No había rastro de alguna herida o algo parecido. Solo estaba sucia y nada más. —Estoy bien, le dije mientras levantaba la mano para que la viera.

Pero... —comenzó a decir mientras dejaba caer su celular al suelo —pero si yo vi... tú estabas herida y no hay nada, eso... —comenzaba a revisar mi mano —es imposible.

Fue un pequeño rasguño —le dije mientras me ponía de pie —se vio más espectacular, ya que con el agua en el piso, una gota de sangre se hizo enorme... solo fue un efecto, pero estoy bien, tú lo puedes comprobar.

No. No, no. No estoy loca, yo vi la cortada a la mitad de la palma y ahora...

Yo no te estoy diciendo loca —le dije lo más tranquila que podía; pero la verdad es que yo estaba más espantada que ella —Será mejor que limpie aquí, antes de que llegue alguien y se espante de más, como lo has hecho tú...

Yo se lo que vi —comenzó a decir entre llanto —tú...

Pero, ahora estoy bien —le dije mientras la abrazaba —¿Me ayudas a limpiar?

Entre las dos, en cuestión de minutos limpiamos todo. La cocina quedó como si nada hubiera pasado. Una vez que terminamos; ella aún no creía mi versión de los hechos, pero estaba asustada y lo único que quería era irse lo más pronto posible de ahí.

La acompañe a la puerta. En cuanto abrimos la puerta, el taxi que había llamado estaba, estacionado afuera.

Aún tenemos que hablar —me dijo —ahora no es el momento. Lo único que te puedo decir es: cuidate de Iker, él... no es lo que crees. Sólo preguntale que hace en las tardes y con quién esta; y si te responde buscame y platicamos. —me dijo mientras me daba un beso y salia caminando en dirección al taxi.

En cuanto vi que abordó el vehículo. Cerré la puerta. Y comencé a caminar hacía las escaleras; necesitaba tiempo para entender lo que había pasado. En eso me di cuenta; que minutos antes tenía razón.

No estaba sola en casa.



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La casa no está sola. Hay “visitas sorpresas” o eso es lo que me contestaron cuando pregunté quienes eran. Pero la respuesta que me dieron venían acompañada de risas. Unas risas que alguna vez ya había escuchado; que provocan un escalofrío hasta la medula de los huesos.

Ha pasado una hora desde que subí corriendo a mi habitación al no tener otra alternativa. En un principio mi primer impulso fue salir de casa. Esa era la mejor solución. Pero no pude.

Cuando me di cuenta “los invitados” me estaban rodeando. Bloquean la entrada de la casa; de la cocina, a la sala; la única opción era subir. No había nadie al pie de las escaleras.

Una vez que subio, entro a su habitación, que era la más retirada de la casa. Puso el seguro. Busco su celular; rogaba tenerlo ahí y no en la sala como siempre lo tenia. Se alegro al verlo en el escritorio; con los nervios no recordaba donde lo tenía. Lo toma con manos temblorosa y se encierra en el baño. Se sentó en un rincón; suplicando que no la hubieran seguido hasta ahí..

Comenzó a marcarle a todo mundo; a quien se le ocurriera. Había mala señal, ya que en cuanto ponía la tecla de marcado, este le decía que estaba fuera de cobertura. Trataba con otro numero y no podía.

El llanto ahora se apodera de ella. Está desesperada. Escucha mucho ruido en la parte baja de la casa. Escucha que la llaman.

La llaman a gritos.

¡Por favor! —suplica al teléfono, mientras hace un intento más por marcar. Está vez la llamada sí sale, pero está ocupado. Vuelve a hacer un intento más.

Suena una vez...; dos timbrazos...; tres timbra... —¡Hola! —responde una voz femenina.

¿Q-Quién habla? —Pregunta, quizá ha marcado mal... ese teléfono es... —Perdón, no es el teléfono de...

Así es, es su teléfono —contesta entre risas. —Tú, ¿eres su noviecita de mano sudada no?

Me puedes comunicar con él —dice Jazz tratando de disimular el llanto.

Me temo que ahora está... mmm... ocupado haciendo los “deberes” —contesta entre más risas burlonas que acompañan la respuesta —si me disculpas, ya terminó con mi hermana, y... bueno, es hora que haga su tarea conmigo.

¡P-por f-favor! Es una emergen... —no terminó la frase, porque cortó la llamada.

Comenzó a llorar desconsolada, no entendía quien o quienes eran esas chicas. Pero no eran lágrimas de miedo. Ahora eran lágrimas de coraje. Cuando más lo necesitaba él... estaba ocupado y... no estaba solo.

Estaba inmersa en sus pensamientos, tratando de digerir esa información; ya que ahora se le venía a la mente las ultimas palabras de Berenice. ¿Por qué le había dicho que no era la que parecía? ¿Por qué le dijo que le preguntara que hacia en las tardes? ¿Y con quién estaba? ¿Qué sabe ella de Iker?. Tenía tantas preguntas en la cabeza, que dio un grito cuando su celular sonó.

Trato de calmarse ya que cuando sonó el teléfono, como estaba temblando lo dejo caer al suelo. Con cuidado y tratando de no hacer tanto ruido lo recogió del piso. Se ha sorprendido de quien es la llamada. Tenía mucho que no sabía de ella.

¿Abuela? —duda al contestar —¿Eres tú?

Sí Jazz, ¿cómo estas? —pregunta con una voz tranquilizadora.

N-no. N-no. Ha-hay a-alguien en la c-casa y... —trato de decir lo mas tranquila que pudo, pero el llanto no la dejaba —yo...

¿Te hicieron algo? ¿Quién más está en la casa?

No, subí a mi recamara, e-ellos e-están abajo; y-yo est-estoy so-sola, pero...

Nena, no te preocupes, quedate donde estas, yo estoy llegando ya. Estarás bien. No salgas de ahí —le dijo firmemente —están en su casa “divirtiéndose” —alcanzó a escuchar a su abuela decirle a alguien más.

No. N-no es seguro abuela... llama a la policía y...

Ellos no podrán hacer nada, Jazz; ya estamos llegando y todo va a estar bien. —colgó el teléfono sin decir más.

Ahora Jazz estaba más confundida que unos minutos antes. ¿Cómo es que su abuela sabe de...? ¿Cuando llegó? ¿Con quién viene? ¿Quiénes están divirtiéndose abajo? Con esas preguntas estaba cuando escucho unos ruidos fuertes en la parte de abajo de la casa.

Se escuchaban gritos, risas. Había un gran alboroto. Pero todo terminó como había empezado. En un par de minutos; ahora reinaba el silencio.

No alcanzaba a escuchar ya nada. Jazz temblaba como nunca lo había hecho. Tenía miedo en eso, escuchó que abrieron la puerta de su habitación. Escuchaba pasos.

¿Jazz? —la llamaban. ¿Dónde estas Jazz? —una voz que provocaba tranquilidad la llamaba.

Jazz lo duda un segundo; no reconoce la voz. Pero a raíz de toda la calma que provoca se levanta despacio de su escondite, y se acerca lentamente a la puerta. Con cuidado comienza a abrir la puerta.

¿Jazz eres tú? —le preguntan —¿Estás bien?

¿Abuela? —pregunta sin abrir completamente la puerta.

¿Será ella? —escucha otra voz, la de un chico —recuerda que... bueno hay que asegurarnos.

¿Estás bien? —le pregunta —dejame verte, ahora todo está bien, no hay que temer ahora...

Lo duda un momento, pero su voz es tan amable, tan tranquilizadora, que decide abrir la puerta y permitir que la vean.

En cuanto entra a su habitación se detiene a unos pasos de sus visitantes. Son tres los que están ahí. Es un chico un poco mayor que ella, es moreno, con el cabello negro, demasiado alto en comparación a su abuela; al lado de él, está su abuela.

La cual es idéntica a como la recuerda, en estos últimos años no ha cambiado absolutamente nada. Con su cabello rojizo como el fuego, tan blanca como siempre y con una gran sonrisa en los labios. Tenía los brazos extendidos.

Junto a ella estaba una chica realmente joven, quizá de la misma edad que el chico; ella tenía el cabello rosa. No pudo prestarle más atención a como era, el cabello lo era todo.

No te precipites Dayris, hay que estar... mmm. Seguros antes que... — comenzó a decir el chico.

Ethan, ¿crees que no conozco a mi nieta? —contesto sin apartar los ojos de jazz, sin quitar la sonrisa y sin bajar los brazos —pero para que estés tranquilo, te voy a dar gusto... —se me queda viendo un segundo antes de volver a hablar —Jazz, recuerdas de pequeña, ¿cuando ibas a casa de Noelia, que era lo que le pedías que te preparara para desayunar? —pregunto calmadamente.

¿Noelia? —pregunto confusa —No conozco a nadie que se llame así. Abuela, de ¿qué hablas?, ¿qué fue lo que paso?.

Esa no es una pregunta que solo ella pueda contestar, deja de jugar —le dijo la chica de pelo rosa.

Vale, vale. Jazz, mmm... recuerdas como me decías cuando eras pequeña? Esa es una respuesta que muy pocos sabemos —les dijo a ambos antes que le contestaran o intentaran decir algo sus acompañantes.

De pequeña, yo...mmm... te decía Ardy, odiabas que te dijera abuela, y mis padres no permitían que te dijera por tu nombre, decían que era una fal...

Falta de respeto y que era de mal gusto que lo hicieras —termino por completar la respuesta. Y dio unos pasos en su dirección. Jazz hizo lo mismo. Cuando estuvieron juntas, se dieron un gran abrazo. Y Jazz comenzó a llorar entre sus brazos.

No entiendo que fue lo que paso, ¿quiénes eran..? yo...

No es el momento de explicaciones Azzy, todo esta bien ahora, ya no estas sola —le dijo mientras trataba de consolarla.

Azzy, hace mucho que no escuchaba que me dijeran así, solo lo hacías tú, cuando... —se separó un poco de ella —¿cómo es que estas aquí? Hace mucho que no teníamos noticias de ti, te buscamos como no tienes idea para que vinieras a mi fiesta de XV y... —comenzó a reprocharle.

Se que hablaron a los teléfonos que tienen, también se que siempre les decían lo mismo, que estaba de viaje y que yo me comunicaría con ustedes. Lo sé. Parece como si la tierra... —comenzó a decir para justificarse —no era seguro, que viniera, que me vieran junto a ti, bueno..., eso creí, pero veo que el estar lejos, de nada me ha servido.

¿Segura?, ¿Cerca de mi? Ardy, no entiendo nada, yo...

tenemos que hablar de muchas cosas; pero no es el momento. —y le dio un beso en la frente —Nos pueden dejar a solas, Ethan y Glorian, vamos a estar bien, si los necesito... bueno, ya saben, ustedes se darán cuenta, si los necesitamos. — les dijo viendo a los dos chicos que se quedaron en la entrada de la habitación. —A sido un viaje largo. Necesitan..., necesitamos descansar. —ambos se acercaron y le dieron un beso en la mejilla y sin decir nada, salieron de la habitación.

Mientras esperaba escuchar como salían de casa. Tenía tantas preguntas que hacerle a mi abuela. ¿Cómo es posible que ella sepa que es, mejor dicho, que son los seres que me persiguen? ¿Cómo pudo deshacerse de ellos? ¿Quiénes son los chicos que vienen con ella? ¿Por qué en realidad no me hicieron daño? ¿Sólo me querían asustar? Trataba de acomodar todas las preguntas para ver en que orden hacérselas. En eso escuche como salieron de la casa al escuchar la puerta de entrada cerrarse y unos segundos después escuche el motor de un automóvil alejarse velozmente de ahí.

Abue... Ardy, se que no debería pero...

Azzy, no es momento, aún no, eres muy... joven. No esperaba que esto pasara..., que te dejarían en paz un par de años... que ibas a estar tranquila antes de...

¿Tranquila? ¿Antes de que? ¿Joven?, ¿A qué juegas abuela? —le dije más en reprocho que en dudas —¿Cómo te atreves a decir esas tonterías; por si no lo sabes desde hace un año más o menos... he visto cosas, he soñado cosas... y se que eso no es normal; y ahora tú vienes a decirme que todo esta bien —comencé a alzar la voz —¡No puedo estar tranquila!, necesito respuestas, son muchas dudas... miedos que tengo... y... creo que estoy... sola... —en eso recordé que Iker hace un rato que lo necesitaba estaba con unas chicas en su casa y... —sola, ya que a nadie le he podido... querido decir lo que he visto o escuchado, pensarían... que estoy... me estoy volviendo loca, incluso yo lo he... pensado y...

Lo sé mi amor, lo sé; se quizá por lo que has pasado y... —por primera vez en este rato, le vi cara de dolor... de preocupación —en verdad creía que estarías a salvo, si yo... bueno si me mantenía lejos, creí que te protegía, que te dejarían en paz, hasta que cumplieras los dieciocho años; —suspira preocupada —...como lo dije, solo quieren asustarte... asustarnos, están jugando, porque si ellos ya hubieran quer... no tiene caso siquiera decirlo, de imaginarlo yo —comenzaron a recorrer unas pequeñas lágrimas sus mejillas —eres lo único que me queda y yo no podría...

¿Lo único? ¿De que hablas? —le dije mientras me acercaba a ella y le limpiaba sus lágrimas —también está mamá, mis hermanos y bueno hasta mi padre; ellos te adoran, se que tú y yo tenemos una... conexión especial, pero están ellos...

Sí, lo sé. Pero... no me entenderías, como te digo aún no es tiempo que... todo a su hora Azzy. —se termino de limpiar ella las lágrimas y me dio una abrazo fuerte acompañado de un enorme beso en la frente —lo importante es que estás bien, que no te ha pasado más que un susto —al ver mi rostro agregó —se que ahora no me entiendes, te prometo que pronto voy a contestarte todo, explicarte que es lo que es y porque está pasando. —me dijo con más ánimo —Pero ahora no es el momento y no pongas esa cara —lo dijo antes de que le dijera algo más —creo que he llegado a tiempo para celebrar tu cumpleaños dieciséis ¿no?, hay que hacer los preparativos, pero que te parece si antes —me tomo por lo hombros y nos dirijamos a la cama —me enseñas todo lo que tengas de tus XV, no sabes como lamento no haber estado aqui es día, pero nunca es tarde para enterarme como fue, a través de unas fotos... o un vídeo, ¿no crees? —me terminó diciendo mientras veía como sacaba del cajón del escritorio un album y un estuche.


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Dayrys — Evangelina decía temerosa —es que no entiendo porque... ¿qué es lo que está pasando?, después de años sin saber de ti, apareces y dices que Jazz... mi nena necesita entrenamiento... que ella ya no puede estar sola y...

Comprendo tu angustia... hija... pero comprendeme, ustedes cuando la aceptaron... sabían que algo así iba a suceder en algún momento... yo... les explique la situación antes de...

Eso no es cierto, completamente —Antonio la interrumpió —es cierto cuando llegaron a nuestras... explicaste muy burdamente lo que podía suceder, y después de años sin verte, ya que sólo mantenías en el contacto por teléfono, vienes a decir que... eso es imposible —se rodeaba la cabeza con ambas manos —eso no existe, mi Jazz no puede...

Claro que existe —responde firmemente Dayris —su madr... mis hijas eran así; y ella... y si su hermana no... —se le llenan los ojos de lágrimas —ambas también lo eran. Incluso una de ellas... Es algo que no decidimos... por así decirlo es nuestro destino. Jazz no tiene que sufrir lo que... lo que han sufrido todos... ella es fuerte; incluso para su edad, me he enterado que...

¡Mi niña no es una anormal! —grita fuera de si Antonio —creímos... creí, que al final la historia que nos contaste eran puras mentiras... sueños... falsedades que te habías formado en tú... tú cabeza... para poder; para poder superar tus perdidas. —terminó diciendo derrotado al mismo tiempo que se dejaba caer en el sofá —creí, que eso nunca sucedería...

¡Toño! —se acerca su mujer y lo abraza —creo que debí contarte más de lo que sabía, pero...

Ya es tarde ¿no? —nuevamente alzó la voz y de un jalón retiró los brazos de su mujer lejos de él —mi niña, no puede, ella no. Y si es necesario haré lo que sea... hablaré... ofreceré lo que sea necesario con tal que ella este tranquila y no...

Ni se te ocurra hacer eso —contestó alarmada Dayris —eso sería fatal para Jazz, y... para ustedes... para muchos —se acerco despacio hasta Antonio — si haces algo así; no sólo Jazz perderá, si no muchos, gente a la que queremos y muchos más; no tienes idea —lo dijo sentándose junto a él —no tienes la menor idea de como me siento, es una niña... y ella.. tiene tantas responsabilidades; que aún no tiene idea.

¿Responsabilidades? —pregunta Evangelina con un nudo en la garganta —¿ella... puede...? —no se atreve a terminar su pregunta temiendo la respuesta.

Si. —contesta fríamente Dayris —lamentablemente sí, por eso necesita protección, ayuda y... entrenamiento.

Pero nosotros no sabemos nada de eso —responden ambos al mismo tiempo —¿cómo podremos ayudarla?.

Con amor, comprensión y... permitiendo que yo este cerca. —les dijo mientras se acercaba a la ventana — veía como Jazz, se encontraba fuera de casa junto a sus dos hermanos lavando los automóviles —ella es fuerte, más de lo que creen... solo necesita que alguien la guíe correctamente y...

¿Y eso lo harás tú? —pregunto Antonio.

En parte, aunque somos de la misma familia, se que ella es diferente; para poder enseñarle y hacer que máxime todo su poder... será un trabajo en equipo, el cual poco a poco estaremos trabajando con ella —sonríe mientras escucha como ríen en el patio los tres hermanos —tenemos dos largos años para que tenga su cita con su futuro... tenemos tiempo; no hay porque agobiarla.

¿Tenemos tiempo? Pero... —Evangelina se pone de pie —como puedes decir, si dices que ya estuvieron en casa los... ellos...

¿No sería más seguro para ella... para todos, que nos mudáramos?

No tendría caso... siempre los encontrarían —contesta preocupada —en verdad, confíen en mi, durante dos años no le harán nada... hasta que tenga la mayoría de edad... cuando llegue ese momento... ella debe estar preparada... en todos los aspectos; de eso... nos encargaremos nosotros. —termino por decir, por encima de las lágrimas y sollozos de ambos.

Pero y si... —pregunta Evangelina.

No lo harán —contesta Dayris antes de que termine la frase —realmente no la pueden tocar, para ellos es más valiosa viva que... muerta. —contesta preocupa —lo único que han hecho es demostrar que no se han olvidado de ella.

Pero ¿Quiénes son? —pregunta Toño.

Es tan difícil de contestar, somos tantos, y no todos... quieren lo mismo y... pero la que esta detrás de todo esto es... — su rostro se ha transformado. La edad ahora se le ve, se lo nota. Hay preocupación en ella. —aunque aún lo lo he podido comprobar —unas lagrimas comienzan a asomarse en la orilla de sus ojos. — me cuesta creer que su propia...

¿Su propia...? —pregunta confuso Antonio —¿De quién estas hablando?, ¿quien le quieres hacer daño a mi niña?

No estoy segura, y hasta —se seca los ojos —no estarlo, prefiero no dar nombres. Como les dije, no todos queremos lo mismo —voltea a ver la cara de ambos —estamos investigando quienes son, y quien esta detrás de esto y...

¿No quieren todos lo mismo? ¿Qué quieres decir Dayris? —pregunta Eva —¿Algunos la quieren para ellos? Y otros ¿La quieren muer...ta? —pregunta con unos nuevos solloszos.

Si y no. Las envidias, a veces no son buenas consejeras...


miércoles, 9 de marzo de 2011

Capítulo 18 de Amar... Te Duele "Verdades o Mentiras"



Amar...Te Duele
Capítulo 18  "Verdades o Mentiras"




Iker



La verdad es que no entiendo la actitud de mi padre. En las vacaciones, fue muy diferente conmigo. Le satisfacía todo lo que hacia, eso me sacaba un poco de onda ya que nunca le ha gustado como soy; siempre me encuentra peros por cualquier cosa.

Pero desde que llegamos a Cancún, es diferente conmigo; no se si es por su trabajo, el ambiente. Pero él ha cambiado en algo. A pesar de trabajar en una de las empresas farmacéuticas más importantes del mundo, y por lógica con más responsabilidades y obligaciones que en Canadá, ahora se le ve feliz, cuando antes era diferente, como que siempre le hacía falta algo. Nunca estaba realmente satisfecho. Cuando le hablaron del nuevo puesto aquí. No lo dudo ni un segundo en cambiar nuevamente de residencia. Constantemente cambiamos de países y ciudades, y aunque nunca decía no; cuando le ofrecieron que se viniera aquí, parecía realmente feliz. Decía que está vez podríamos obtener todo lo que quisiéramos. Que al fin el contacto que necesitaba, lo había encontrado. Eso fue lo que comentó una tarde antes de dejar Canadá.

Yo en un principio creí que hablaba a nivel profesional, económico. Pero al ver su actitud las ultimas veces ya dudo que se refiriera a eso. Siempre ha sido un hombre trabajador. Casi no lo veíamos en casa; siempre estaba en su oficina. Pero ahora ya no. Gran parte de la tarde, se le ve en casa. Cuando yo no estoy precisamente solo.

El momento ha llegado —me comentó la tarde siguiente que entregaron las calificaciones en el colegio —Tú momento de ser alguien Iker, ha llegado.

Cuando le pregunté a que se refería sólo me dijo, que esperara la comida con la familia Miller. Y poco a poco entendería sus palabras. A pesar de que esa comida ya pasó hace viarios meses; aún sigo si entender sus palabras.

Desde esa comida he tenido principalmente tres cambios importantes: el primero, es Paula y Paola, no se que me pasa pero necesito estar con ellas a diario; segundo, el ocultarle las cosas a Jazz, algo que jamás creí hacer; y el tercero cambio son las escasas horas de sueño que tengo en las noches. Por que quiero y necesito dormir, sencillamente no puedo. Después de varios intentos por quedarme dormido, me levanto de la cama y me voy a la laptop para jugar algo, saco un libro para leer o simplemente enciendo el televisor para distraerme; pero solo duermo con mucho esfuerzo una o dos horas por día.

Paula y Paola; desde que entraron a mi vida, mis tardes son muy diferentes. Durante las vacaciones, o ellas se la pasaban en casa todo el día o yo iba a la suya. Cuando estoy con ellas, simplemente soy otro. No me reconozco. Parece que lo único que deseo y quiero hacer es complacerlas en todos los detalles.

Simplemente no soy yo. Con ellas hago cosas que jamás imagine que haría, simplemente las necesito como se necesita el aire, el agua y la comida. Ellas son tan abiertas y no nada más emocionalmente en todos los aspectos. A veces a mi se me corta un poco el rollo cuando estoy con una de ellas y la otra solo observa; pero en vez que se molesten, parece que hasta les gusta y se divierten más, incluso, sin que yo se los pida, las dos me animan a hacer cosas que solo creí que en películas se hacían, ahora me doy cuenta que la realidad y la ficción tienen muchas cosas en común.

Y no es que me espante, digo desde hace unos años deje de ser virgen, a los hombres esto no nos importa tanto como a las chicas, pero ellas, se que fui el primero para las dos; no es que fueran primerizas y que no supieran absolutamente nada, se ve que han “practicado” de distintas formas, pero yo fui el primero en “entrar” en ellas, cuando me di cuenta me sentí mal, si lo hubiera sabido yo... lo hubiera hecho distinto. Pero a ellas no les importo el como; parecía que era una formalidad que deseaban que pasara lo más pronto posible.

Pero eso ya ha quedado atrás hace varios meses y la practicas que hemos tenido, creo que a los tres nos ha servido para tomar practica, experiencia...

Se perfectamente que mi padre sabe de esta situación y no le molesta para nada, incluso hace unas noches me preguntó que que tal me iba con las hermanas, que si les daba todo y las trataba como debía ser, yo en su momento no supe que contestar, a lo que él ignoro mis evasivas y dijo que ojala la espera no fuera tan larga. Cuando le quise preguntar a que se refería al decir con lo de”la espera” salió de la habitación y me dejo hablando solo.

Mi madre se ha acercado a mi y me ha pedido que me cuide, que aún estoy muy chico y... que no confié en nadie.

La verdad es que tantos secretos me han sacado un poco de onda, normalmente era al revés mi madre era mucho más unida a mi y mi padre no lo era; pero desde que aparecieron Paula y Paola, se han cambiado los papeles. Parece como si a mi madre le diera miedo estar a solas en la misma habitación donde me encuentro yo.

Otra cosa que he notado en mi, es que cuando estoy con ellas me siento más que increíble, es como si tuviera poderes, se que es una estupidez pensar siquiera en eso; pero es que la verdad, no me canso, no me da sueño, no me da hambre; él único apetito que tengo es por ellas; es un apetito sexual. Pero cuando ellas están lejos es muy diferente mi realidad, me siento muy cansado, con mucho hambre y sueño, pero aunque lo desee no puedo dormir, ni comer, ni descansar. Para sentirme bien, las necesito cerca a ambas; pero lo que más me inquieta es el deseo incontrolable de estar con ellas, de sentirlas de tocarlas, de... disfrutarlas. Se han vuelto mi mundo.

Y por muy mal que me sienta físicamente, no puerro dormir por las noches, en cuanto cierro los ojos, empiezo a soñar, si así se puede decir, con sombras que me piden que haga cosas... cosas que no quiero, que no deseo... y algunas de ellas tienen que ver con Jazz; quizá es por los remordimientos que siento al estar la traicionando; porque yo a ella nunca le haría daño, no podría.

Pero son los sueños tan reales, se siente como si estuvieran pasando en ese momento. Quizá ya sea que me de sueño o no, no deseo dormir y prefiero hacer otras cosas.

Aunque a veces creo que mi padre es lo que desea en el fondo, claro no me lo ha dicho abiertamente; pero le ha molestado increíblemente que continué con ella. Después de las vacaciones él me dio a entender que como hombre, tenía que dar la cara que no me podía esconder como si debiera algo, que me tomará unas semanas para terminar “sanamente” mi relación, ya que ahora mi tiempo libre lo utilizaba con alguna de las gemelas. “haciendo” algún trabajo o tarea juntos. Aunque no vamos a la misma escuela, siempre que nos vemos es para “hacer los deberes”.

A pesar de que ya han pasado varios semanas desde que regresamos a clases; la ultima sugerencia de mi padre no la he acatado. Anoche por la tarde me lo ha mencionado nuevamente, pero ahora olvidándose de sutilezas.

Bueno Iker —comenzó a decir en cuanto entro a la habitación —te di la oportunidad de que poco a poco te fueras alejando de esta niña, a la que frecuentas; yo...

Esa niña como la llamas, es el amor de mi vida, es mi no... —comencé a decir.

No digas estupideces —me interrumpió —esa niña , no es ni será nunca tu novia.

¡Por supuest...! —me soltó una bofetada; yo le estaba gritando.

¡No eres y no seras nunca, pareja de ella! —gritaba en mi cara aún con la mano en alto —entiendelo de una vez, ¡NO PUEDES!

Pero, per... ¿Qué te ha hecho ella, porque no puedo? —traté de decirle más tranquilamente —cuando la conociste me dijiste que se veía una niña bien y que...

Eso fue antes —se sentó en la cama y casi en un susurró —Las cosas, han cambiado —suspira un poco mientras ve hacia el suelo —tu, tu haz sido elegido y...

¿Elegido? —No entendía a lo que se refería.

A su debido tiempo lo sabrás —dijo melancólico —quizá eso no era lo que yo buscaba pero... —se levantó de la cama y me miró a los ojos —Ya no importa, Jazzlyn debe estar fuera de tu vida pronto, ya no la puedes ver. Y para poder controlarte un poco he decidido que estas castigado: de la casa a la escuela; y de la escuela a la casa. Sólo te podrán visitar las gemelas Miller. Y Victor te recogerá del colegio —terminó diciendo —Si en algo aprecias a tu amigas harás lo necesario para que ella esta a salvo; y para que esté a salvo debe estar lo más lejos posible de ti. Tienes unos días para alejarte de ella por que tu lo deseas, o de lo contrario... —salió de la habitación cerrando la puerta tras de si.

No puedo ser. Me ha amenazado, y no sólo a mi; también a Jazz. No entiendo que es lo que pasa, su actitud. Él ha cambiado las últimas semanas. Hay días que lo veo bien, muy activo, optimista incluso hasta sonriente. Pero días como hoy, con una mirada triste, melancólica, cansado, preocupado. No se si solo yo lo veo hacia, pero cada vez lo veo peor. Los días buenos son cada vez menos.

Me asomo a la ventana para ver el jardín. Y veo como camina con la cabeza baja y pensativo; incluso mi hermana pequeña le ha hablado y el no se ha dado cuenta. En eso se queda quieto a mitad del jardín, y como si hubiera sentido que lo estaba observando, voltea directamente a mi ventana.

¡Diablos! —digo sorprendido.

No se si fue por la luz o por qué, le ha visto raro el rostro,le vi los ojos rojos y la cara como si fuera una persona mayor; a pesar de que por un instante me sorprendió verle un rostro tan diferente, no podía dejar de observarlo, era imposible que ese fuera él, debía haber alguna razón del porque lo vi así. Tampoco apartaba su mirada de mi. En eso llega mi hermana pequeña corriendo y le abraza las piernas. Perdemos el contacto visual por un instante. Segundos después alza la vista hacia mi dormitorio y su rostro, sus ojos se ven normales.


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Familia Miller.



En serio papi, ¿tenemos que ir a verlo otra vez? —comenta Paula, una chica delgada de pelo rojizo y ojos verdes.

Así es mi princesa, él es el indicado —le dice mientras se acerca al sillón donde se ha recostado Paula y le da un beso en la frente —Lo necesitamos y eso lo sabes.

Pero, ¿Por qué tenemos que ir las dos? ¿Es necesario? —dice la chica de cabello rojizo con ojos azules, que está en la entrada de la habitación. —Creí que después de algunas “visitas” el ya tendría una preferencia —se acerca a su padre que esta de pie junto a su hermana.

Paola, sabes que esto a veces no funciona así —le dice mientras se acerca a ella y le abraza delicadamente —No somos iguales a todo mundo, nuestro cuerpo es diferente, a veces necesita más tiempo para que exista un acoplamiento debidamente; e incluso ambas pueden estar destinadas a él. —les dice casi en un susurro. —recuerden lo que a mi me paso. Con su madre y tía. Nunca me pude decidir entre quien era la correcta. Ambas se quedaron conmigo; hasta que su madre se enfermó y al final su hermana; su tía, se hizo cargo de ustedes, las cuido y las crío como sus hijas, como ella nunca pudo, necesitaba... —se quedó callado a mitad de su pensamiento —bueno como saben, su abuela; ella también compartío pareja; eso es tan normal para nosotros, aunque por la sociedad en la que vivimos eso no esta muy bien visto, por eso tenemos que ser discretos.

Pero el no tiene un hermano, yo se... —comienza a decir Paola.

Cierto, recuerdo que mi abuela decía que los “mejores”, como decía ella los mejores candidatos, venían en pares; tu tienes un hermano, así como yo tengo a Paola, así como mi madre, mis madres. —comienza a enumerar Paula —si lo piensas bien en toda la familia somos de puros gemelos , y él en cambio está sólo y su hermana también.

¿Por que es él correcto? —Pregunta Paola.

Sencillo, es cierto el aparentemente no tiene hermano. Pero lo tuvo, falleció a las pocas horas de nacido, así como su madre.

¿Su madre? —dice Paula —Pero...

Su padre se volvió a casar con una “normal”, al parecer le dolió tanto la partida de su mujer que... quiso alejarse de nuestro mundo. Pero en el fondo sabía que no podía. él lo sabía, y aún así quiso ser “normal”, por eso se caso sin realmente pensarlo. Si hija sabe que no sirve para nosotros, ella no es importante. Pero Iker tiene el poder... un poder increíble, claro no lo ha desarrollado, pero lo tiene. —decía más para si mismo que para sus hijas —aunque no hubiera tenido un gemelo, él es fuerte. Eso cierto como decía su abuela, son mejores candidatos los que vienen en pares, pero eso a veces no es un requisito.

Ok —dice Paula aburrida — pero entonces si él es fuerte, quiere decir, que su padre lo era en su momento; y se perfectamente que auqnue sea meztiza, su hermana debería tener ciertas cosas ¿no?, al final sería una impura, pero, eso no le quitaría su rasgo.

Porque no es su hermana de sangre —contesta el padre.

Vale, vale, esa historia, todas las historias son muy tristes —Dice burlonamente Paola —Sólo una cosa. Ya quiero formar mi familia algún día, si ambas somos su pareja, eso quiere decir que una de nosotras nunca podrá... o ¿con ambas puede tener hijos?

Es cierto —comenta Paula —yo también lo deseo, al final nos quedaremos las dos con él, a cuando lo decida ¿la otra tendrá la oportunidad de encontrar a alguien más'?

A ver niñas, lo sé, es difícil aceptarlo, lo sé —les dice mientras se sienta en el sillón y sienta una en cada pierna. —La selección aún no se ha hecho, mientras se pueden divertir un poco; la naturaleza es sabia, en cuanto una quedé embarazada el sabrá si necesita a una o ambas. Y para eso falta un poco, aún son jóvenes. Normalmente quedan embarazadas al cumplir dieciocho años. Quizá ambas podían quedar embarazadas al mismo tiempo... no lo sé. Solo disfruten el momento... el tiempo de contestar todas sus dudas llegara pronto.

Estamos hablando de dos años más o menos —dice Paula.

Nos estas pidiendo que tengamos relaciones con él durante este tiempo, ¿sin consecuencias, sin nada? —comenta Paola.

Bueno, como saben, ustedes las mujeres; su poder radica en lo sexual. Con eso consiguen todo: su belleza, juventud, poder, magia. Y si por ahora no se deben de preocupar de nada. Solo de disfrutar.

¿Quieres decir que entre más lo hagamos, más fuertes y poderosas seremos? —pregunta Paula —¿Sin importar con quién? ¿O tiene que ser con... la pareja?

Lo ideal es con la pareja, aunque no necesariamente. —Sin esfuerzo se levanta sosteniendo y levantando a cada una con un brazo y les deja delicadamente en el sillón. —quizá se han dado cuenta que cuando están con Iker, el pierde el control, su voluntad. Simplemente el deseo hacía ustedes es lo único que siente, o , ¿Me equivoco?

Tienes razón papi, cuando estamos con él, solo busca complacernos de todas maneras posibles —dice complacida Paola —lo único es que me siento rara en su casa, no puede él venir aquí, su madre... madrastra nos ve raras, no se si ella sabe lo que...

¿Y tiene que ser del diario? —pregunta Paula.

Es lo mejor para ustedes; lo ideal es que sea en su hogar, con su energía; habrá que hacer algo al respecto para que las dejen a solas con él, mientras lo vistan. Y por la hora creo que ya se tienen que preparar. Es la hora de ir a hacer sus deberes escolares —dice el padre, mientras los tres sueltan una carcajada y salen de la habitación.


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Ian


Otra día más —pienso mientras observo el reloj que está en la mesita junto a mi cama. —Me siento mal —me digo a mi mismo mientras aún trato de asimilar lo que paso hace días.

Aún no se porque, a pesar de que ya han pasado tantos días después de que hable con Jazz, que me atreví a ir a ver a su casa, no he podido salir de casa; de la cama. Creí que la situación, su reacción iba a ser diferente. Pero su rechazo me ha dolido más que si me hubiera golpeado una pandilla.

No he querido comer, levantarme de la cama, que me de el sol, ni de bañarme; simplemente no me dan ganas de hacer nada.

¡Ian! —dicen tras la puerta que tiene mas de diez minutos sonando. ¡Ian! —sigue insistiendo llamándome y tocando desesperadamente la puerta y el timbre.

No se como es que es tan persistente —digo casi en un susurro mientras me tapo la cara con la sabana —ojala tuviera un poco de dignidad, la he tratado peor que una... Nunca me he preocupado por ella, por lo que sienta, por lo que desea —pienso mientras me pongo la almohada sobre el rostro.

¡Ian! ¿Por qué cambiaste la cerradura? —comienza a gritar —Me preocupas, tiene días que no se nada de ti, no has salido de casa, ni ruido haces, dejame pasar cinco minutos sólo para cerciorarme que estas bien y que no necesitas nada —comienza a decir casi en llanto. —¿Estás bien?

En eso suena mi celular, dejo que suene hasta que manda al buzón, inmediatamente comienza a sonar el teléfono de la casa. Un timbrazo... dos... tres... cinco... comienza la grabación del buzón.

En este momento o no me encuentro, o estoy lejos del teléfono o no me ha dado la gana contes... —escucho mi voz en la grabación — después de la señal ya sabes que hacer...

Ian, ¿Ian? —comienza a decir la voz de Rulo al otro lado de la linea —se que estas ahí, Vanessa... yo estoy preocupado hermano... si... no estás solo... tu sabes que...

De mal humor saco la mano debajo de las sabanas y busco a tientas el teléfono que está sobre la mesa —Estoy vivo —digo sin dejarle decir nada y cuelgo al terminar de decir esas dos palabras y lo dejo caer al suelo. —¡Maldita sea! —grito al ver que no me dejan en paz ni cinco minutos, ahora comienza a sonar insistentemente el celular nuevamente.

De un brinco me levanto de la cama y busco el celular que se encuentra en el mueble donde esta el televisor; sin ver ni siquiera quien está marcado, en dirección de la puerta lo lanzo lo mas fuerte que puedo; este al impacto salen volando algunos pedazos en todas direcciones.

No se porque no comprenden que lo único que quiero es estar solo. —digo en un susurro para mí mismo.

Me dejo caer en el suelo. Derrotado. Las lágrimas por más que reuso a que salgan, no puede detener su camino. Abrazo mis piernas y comienzo a llorar como un niño pequeño como cuando pierde algo o se lastima y no hay nadie que lo consuele.

Una y otra vez solo escucho su voz...



***Flash Back***


Luego de algunos días después de verla en el cine con ese “niño” aun sabiendo que está en la escuela en estos momentos, tengo estacionado el automóvil lejos de su casa para que no me vea, pero a pesar de la distancia puede ver sin ninguno problema todo lo que sucede en la entrada de sus casa.

Como ya me he cansado de estar sentado, salgo del auto y camino un poco estoy entumido, no siento las piernas, y comienzo a estirarme un poco.

Aún faltan dos horas para que llegue —pienso mientras veo por décima vez el reloj en la ultima hora. —No se que hago aquí —me recrimino mientras comienzo a caminar de regreso al auto —sabes perfectamente que si te vas, no regresaras pronto —me digo a mi mismo y me detengo inmediatamente.

Por más que lo quiero evitar no puedo dejar de sonreír, esto al imaginar lo que pensarían las personas de mi al verme, hablar, contestarme, caminar, etc, yo solo, sin compañía alguna —Ha de ser algo raro pienso mientras me recargo en un árbol que está en la esquina esperando a que sea la hora.

El tiempo ha pasado tan lento, podría jurar que el reloj no avanza como debería.

Por fin —digo en voz alta cuando veo que un auto se estaciona enfrente de su casa.

Aunque no es muy grato ver que ese niñato se baja junto a ella y la acompaña hasta la puerta y le da un beso antes de girarse y regresar al interior del automóvil. Ella se queda de pie observando como se marcha e ingresa a su casa.

Antes de que ella lograra cerrar la puerta, yo estaba a un par de metros de ella. Se que no me ha visto. Lo sé.

Me detengo delante de la puerta no se cuanto tiempo. Se que no ha pasado mucho, sólo unos minutos, pero, para mi han sido horas de espera y pensar que es lo que le voy a decir. La verdad es que tengo al mente en blanco, no tengo la menor idea de que es lo que le voy a decir.

No se ni como saludarla —pienso mientras decido que hacer, si tocar y dejar que las cosas pasen solas o si darme la vuelta e irme de ese lugar.

La verdad es que decido la segunda opción, darme la vuelta e irme, pero mis piernas no me reaccionan, mis manos sudan. Tomo una respiración profunda y decido tocar la puerta.

Inmediatamente abre la puerta con una gran sonrisa. Se ha sorprendido al verme.

¡Hola! —le digo —te he extrañado, soy un imbécil —termino de decir con la mejor de mis sonrisas.

Ella duda unos momentos.

Hola —me dice titubeante, mientras se acerca y me da un beso en la mejilla —¿Quieres pasar? —me pregunta mientras da un paso hacia atrás.

Gracias —contesto mientras camino hacia el interior y la tomo de la mano —¿No interrumpo nada? —le pregunto — mientras camino despacio en la sala de su casa —Tus papás se encuentran en casa, si hay algún problema yo...

Estoy sola —me responde mientras se detiene —¿Quieres agua, refresco o algo?

Agua... por favor —respondo.

Toma asiento, ahora te la traigo —lo dice mientras camina rápidamente hacia la cocina.

Me sudan las manos. Estoy temblando. No se que decirle.

En cuestión de segundos ella regresa a la sala, me entrega un vaso y se sienta a un lado mio.

Mientras decido como comenzar, le doy unos pequeños tragos al agua que me ha traído. La verdad es que sólo estoy haciendo tiempo.

Ella se desespera un poco.

¿Y...? —comienza a decir. —¿Cómo has estado?

Soy un imbécil —por fin logro decir —yo... se que no estás sola, se que estas con... él; los he visto varias veces. Pero es que... —dudo un poco.

¿Pero...? —dice desafiante —No te entiendo, la verdad quiero entender tu actitud... tu forma de ser... tu... Ahora, por fin decides buscarme, yo... sufrí mucho, como no tienes idea; si estás aquí porque te salude el otro día en el cine... no era necesario...

Por supuesto que no era necesario, no lo hice por obligación, ni compromiso, yo... te extraño —pude decir.

¿Extrañarme? No creas que no me di cuenta, en el cine tu... corrías... como si no quisieras verme, esa es la impresión que me has dado.

Cierto. Tienes toda la razón. En cuanto te vi con tu... nov... con él; no podía verte así. Me duele —no sabia como expresar lo que sentía — No se que me pasa contigo yo...

¿Sabes una cosa? —me dice molesta —creo que ya es tarde para eso; creí que tu y yo podíamos...

Yo... yo también lo deseo. Se que he perdido el tiempo. Tu para mi eres...

Ian —me dijo sin dejarme terminar la frase —ya es tarde —me dijo con dolor —Cierto, yo me ilusione contigo cuando te conocí... soñaba despierta contigo después de ese... beso; mi primer beso, por si no lo sabias —yo quiera decir algo, pero ella con un movimiento de su mano me detuvo —Sufrí por ti, por no saber nada de ti. Después de mucho tiempo te volví a ver, yo sentía... y tu te comportaste como un patán; comenzaste a gritarme en la calle que solo era una niña —los ojos se le han puesto cristalinos —me gritaste que no querías cambiar pañales, que preferías a una mujer que a una niña; y no me veas con esa cara, sabes que tengo razón. Yo...

Lo sé —le dije apenado —Jazz si tan solo me dejaras explicarte el porque de...

Ella me interrumpe, no hace caso a mis intentos de defnderme.

No tienes idea el daño que me hiciste en ese momento; cuando me sentía peor, Ed, no sé si te enteraste él tuvo...

Lo sé, tuvo un accidente. Yo me enteré tarde... Y cuando te fui a a buscar, tú no estabas sola; por eso no me acerque a ti...

Buen pretexto, ¿no crees?... estabas acompañada... —suspiró pensativa —Tú también has estado acompañado y yo... eso no fue un impedimento para que yo me acercara a ti... yo me acerque a saludarte.

No es lo mismo, si tan solo me dejaras explicarte yo...; quizá me puedas comprender —le dije tratando de tranquilizarla un poco, ella se encontraba muy exaltada —Se que no es para justificarme, pero, si supieras el porque...

Tuviste mucho tiempo, pudiste buscar la oportunidad para que habláramos, para que te “justificaras”. Ha pasado tanto tiempo de eso que... no se si valga la pena escuchar lo que me tengas que decir; yo... tú lo sabes, no estoy sola, Iker esta conmigo...

Iker, mmmh —pensé un momento —Él ha sido el problema desde un principio; quizá no fue su intención pero él... y... mis celos.

¿Celos? ¡¿Celos?! —alzó la voz —Por favor Ian —no pretendas dorarme la píldora que todo ha sido por celos. ¿Celos de qué?

Aunque no lo creas, me muero de celos cada vez que te veo con él... cada vez que estas cerca de él... solo de pensar que tu y él... —Comencé a decir, con un nudo en la garganta. —Cuando se debería de tratar de tu y yo...

Por favor, no me hagas reír. Tu y yo, nunca ha existido; y quizá no exista más.

Jazz —digo con esfuerzo —no me digas eso... por lo menos hasta que escuches mi historia. Si después de escucharla tu decides que lo mejor es que yo este lejos de ti, lo comprenderé y no te buscaré más. Sólo te pido que me escuches, que lo pienses después y que tomes una decisión. —Le dije de manera suplicante. —Escuchame, necesito unos minutos para explicarte y si lo deseas me marcharé y te dejaré en paz.

¿Y crees que con algunas palabras que me digas... yo pueda cambiar la idea que tengo de ti?

Quizá no —le dije melancólico —pero quizá me des la oportunidad de ser tu amigo, si es que no deseas nada más yo...

Vale, no te prometo nada. —Accedió quizá al ver mi desesperación en mi voz — Dejare que cuentes tu historia pero no creo...

Gracias —dije con una débil sonrisa.

En verdad no creí que ella fuera tan fuerte, que tuviera este carácter. Me ha sorprendido. Siempre la vi tan frágil; pero ahora me doy cuenta que estaba equivocado. Ella a pesar de sus edad es incluso más madura que yo.

Aunque te cueste creerlo —comencé a decir. —Desde el momento en que te vi, cuando llegue tarde a tu casa... tarde para el primer ensayo, quede más que impresionado contigo y no solo por tu belleza, hay algo en ti, que no se encuentra tan fácilmente.

Pero... bueno creo que te gustan mmm... las cosas fáciles ¿no? —me dijo con tono de dolor en su voz.

Fui un idiota, eso, ¿es lo que quieres escuchar? — le dije sin encontrar otras palabras —soy un imbécil, que muere de celos cada vez que te ve con ese niñato. La vez que te grite en la calle, que dije puras... taradeces... mmm... te fui a buscar a tu colegio dos veces y él estaba contigo, te dio regalos y tu... tu te veías tan feliz; yo... bueno me emborrache, lo tome muy mal, se que debí de buscarte pero mi... no se, en vez de buscarte a ti, me fui a lo que tenía más cercano —dije con voz baja —se que no debí hacerlo. Lo sé. Pero lo hecho, hecho esta.

Que fácil, ¿no lo crees?, pobre de ti —dijo con cierto rencor —yo creí que tu y yo... pero ya ni caso tiene yo...

No. No digas eso. —Traté de calmarla un poco —se que debí de buscarte, darte una explicación, dejar que tu me dijeras que yo no podía pertenecer a tu vida... Debí de buscarte hace meses pero...

Cuando más te necesitaba, tu... me habías lastimado... me lastimaste como nunca nadie lo ha hecho y...

Ahora lo se. Tu hermano. El accidente. Yo enteré un par de semanas después, en cuanto lo hice fui al hospital a buscarte y te vi... estabas con él, te abrazaba... te besaba. No pude soportarlo y salí de ahí sin acercarme.

Vaya, pero si creí que estaba con un chico —dijo con cierto odio —nunca pensé que estaba tratando con un niño al que hay que cambiarle los pañales —se levanto del sillón de improviso y camino hacia la puerta —Ahora es tarde, no sabremos que pudo haber pasado...

Sólo te pido... una oportunidad... de que me conozcas más —por favor, no me digas eso, yo... sé que fui un inmaduro, si tan sólo te hubiera buscado antes quizá tu...

Nunca lo sabremos —abrió la puerta y se quedó a un lado de ella —si me disculpas tengo cosas que hacer.

¿Es definitivo? —pregunté temeroso.

Ahora estoy con Iker —terminó diciendo mientras yo salia de sus casa.

Sin dudarlo un segundo cerró la puerta tras de mi y ni si quiera espero ver como me aleja de ahí.


*** Fin Flash Back***



¿En verdad estás tan desesperado por reconquistarla? —escucho que alguien me dice.

Yo me quedo sorprendido. Abro los ojos en ese momento. No comprendo nada. No entiendo como ha entrado a mi casa. No la conozco. Pero se me hace tan conocida. Aunque esa mirada...

¿Qu-quién e-eres? —pregunto temeroso al percatarme que no esta sola, sino que hay dos más detrás de ella.

Digamos que podría ser tu amiga. Mejor dicho tus amigos. —terminó por decir mientras entraban los tres a la habitación y cerraban la puerta detrás de ellos.

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