lunes, 28 de febrero de 2011

Hechizo... ¿De Amor? by Felin



Hechizo... ¿de Amor?


Desde niña siempre he obtenido lo que quiero. Nunca se me ha negado, ni me lo han negado, absolutamente nada. Pero me di cuenta que estaba equivocada cuando él me abrió los ojos.

Él hizo que me diera cuenta que las cosas que valen la pena no se obtiene tan fácilmente, que deben costar su trabajo obtenerlas, para que realmente se pueda saborear con gusto y placer nuestro triunfo.

Cuando era una bebe con sólo observar o pedir las cosas, estás simplemente volaban hacía mí; eso desde que tengo memoria lo recuerdo. Una ocasión estaba dormida, bueno eso creo, y me encontraba en la habitación sola. tendría escasos dos años más o menos, lloraba desconsoladamente, nadie acudía a mí; en eso entre mis llantos pude ver a mi oso de felpa en el suelo, junto a mi cuna, yo quería abrazarlo, cuando me di cuenta éste comenzó a flotar y llegó a mis brazos. Cuando lo tuve cerca de mí, pude sentir su calor, su compañía me di cuenta que era diferente. No creía que todos fueran igual que yo. Y no estaba equivocada.

Y ahí es donde comenzó mi historia, desde que era una bebe. Si estaba sola y tenía hambre deseaba mi biberón y minutos después estaba en mis labios succionando su contenido. Sí me sentía sola y no tenía a mi muñeco favorito cerca este llegaba a mis brazos casi inmediatamente. Sí sentía que estaba muy silencioso el lugar ponía un poco de música o prendía la t.v.

En un principio mi madre no entendía lo que pasaba; como es tan distraída pensaba que ella prendía los aparatos o me deba de comer y lo había olvidado. No sabía mi secreto. Nadie lo sabía. Aunque era pequeña, sabía que tenía que ser discreta con este don.

Cuando ingresé al colegio; siempre me ayudo mucho, ya que aparte de que me protegía de los niños abusones, y no sólo a mi, sino a mis compañeras; recuerdo una ocasión que un niño le pegó un chicle en el cabello de mi mejor amiga que es Sara, ella estaba muy triste, ya que sabía que se lo tendrían que cortar muy pequeño para arreglar el problema y lloraba diciendo que iba a parecer un niño; así que yo decidí hacerle, quizá no lo mismo pero, sí, algo con lo que iba a sufrir mucho. Sin querer un vaso de agua de piña se derramó “inexplicablemente” sobre su pantalón en la parte de enfrente, cuando se secó esa mancha amarilla no se veía muy bien; yo me reía como loca, durante meses le decían el «orinitas», creo que con eso aprendió la lección que lastimar y burlarse de alguien no era algo muy bueno.

A veces cuando alguna profesora nos dejaba mucha tarea yo en una forma de reproche siempre hacía que sintiera piquetes en todo su cuerpo durante la noche, si yo por lo deberes no podría dormir, ella tampoco lo haría; esa era mi filosofía: «Si yo sufro, ellos también, si yo estoy feliz, todos son felices». Y durante mi niñez y adolescencia siempre fue así. Y no sólo buscaba mi venganza y satisfacción, sino también velaba por el bienestar de las personas a las que amaba. En más de una ocasión, hacía «cosas» para que fueran felices.

Pero haciendo esto me doy cuenta que en esta vida no podemos obtener siempre lo que deseamos, y que a veces nos da cada sorpresa la vida.

Ya estando en la universidad, y con mi secreto más que bien guardado: sólo lo sabía yo. Estaba en mi habitación sola, pensando como ayudar a Sara, mi amiga que lloraba por un amor no correspondido, con el chico más guapo de la facultad.

Pensando que mi situación no sólo era exclusivamente mía, siempre que podía buscaba y/o compraba algún libro de magia de hechizos para ayudarme en mi propósitos. Me di cuenta que muchos de ellos, en si la mayoría, es pura basura, que no sirven de nada, que son mas que nada charlatanería. Que no sirven de nada y los consejos que viene ahí es basura, más basura y sólo basura.

Pero bueno hay que decir que algunos si traen, me imagino, que sin ese propósito, consejos que realmente si sirven de algo. Claro hay que hacerles algunas modificaciones pero en general ayudan. Por ejemplo investigando un poco, la lavanda solo se usa para protección de las malas energías; pero lo que saben muy pocos es que es muy eficaz para el amor.

Cómo decía estoy preparando algo para Sara mi amiga, que sufre el mal de amores, sé por lo poco o mucho que dicen en los libros sobre este tema, que es muy peligroso hacer magia para encontrar y conquistar al amor. Peligro, esa palabra no está en mi vocabulario.

Así que como realmente no tenia gran ayuda del exterior. Decidí quedarme en silencio en mi habitación a veces esas respuestas llegaban solas a mi; pero a veces me quedaba como tonta sentadas horas y horas y nada se me ocurría. Eso ya me había pasado varias veces. Pero como no tenía la menor idea de que hacer lo intenté nuevamente. Y aunque a veces pienso que Sara, sospecha algo de mi condición ella no me ha dicho nada abiertamente, pero su insistencia a que le ayude me hace dudar un poco.

Mezclando algunas hiervas, claro como ingrediente principal la lavanda; conseguí hacer, una esencia. Ahora solo me faltaba darles el poder, la energía que necesitaba. Así que mezclando palabras, frases, conseguí algunos hechizos; bueno, lo que yo llamo hechizos. Haciendo unas pruebas, algunas veces había pequeñas explosiones, a veces no pasaba nada, en otras un pequeño incendio e incluso mucho humo. Eso me sonaba que no iba por buen camino.

Cuando me estaba dando por vencida y ya un poco cansada y desesperada; recordé la frase que utiliza Julia Roberts en Notting hill, pidiendole a Hug grant que la ame; y decidí probarla, pero para que sonará más «nice», la utilice pronunciándola en francés.

Je suis juste une fille debout devant un garçon pour lui demander de l'amour”, la repetí una y otra vez; quizá utilizar el idioma de amor ayudará un poco. Y funcionó ya que después de repetirla unas cuantas veces, salio una luz rosa de mis manos que quedo suspendida en una esfera flotando enfrente de mi, la dirigí hacia la esencia que inmediatamente toda mi habitación se ilumino de un tono rosado.

Yo estaba feliz por lo que acaba de hacer; cuando en eso entro mi madre que me llevaba un poco de jugo, y lo dejo caer al suelo, al ver la luz rosa que invadía mi recamara. Cuando me di cuenta ella comenzó a desvanecerse y yo al correr al tratar de detenerla, en un descuido me vacié parte de la esencia en mis manos. No le di gran importancia y aun así corrí a socorrerla.

Cuando ella recuperó la conciencia no me quedó más remedio que contarle mi secreto; para evitar que siguiera gritando que se estaba volviendo loca, que ya veía cosas; que tenía años viéndolas pero que pensó que era por su gran imaginación.

Ella me escuchó atenta y cada vez que le contaba «alguna travesura» que había echo en el pasado; abría los ojos como platos al darse cuenta que no lo había soñado, ni que estaba loca. No entendía como yo tenía esa poder; esa magia en mí.

Repetía una y otra vez «Todos somos normales en mi familia; claro a de ser por parte de la familia de tu padre; su madre me parecía que era una bruja. Claro es una bruja y tú... tú lo heredaste». Yo trataba de tranquilizarla, diciendo que nada malo había hecho, que eran «cosas» sin importancia lo que hacía. Ella no me quería escuchar, no entendía no quería entender.

Así que se levantó de la cama y dijo, pero como si estuviera hablándole al aire «aquí no ha pasado nada, yo no he visto nada, tú no me has dicho nada, yo estaba dormida en tu cama por el cansancio, y ahora que llegaste del colegio te dejo sola para que trabajes en tus deberes. Yo no vi nada». Y con esas últimas palabras salió de la habitación cerrando la puerta detrás de ella.

Yo no sabía si sentirme ofendida, despreciada o alegre; podré seguir haciendo lo que quiera y nadie me dirá absolutamente nada. Con ese pensamiento me quedé toda la tarde, seguiría obteniendo lo que quisiera y nadie me lo negaría; siempre obtendría lo que quisiera.

Pero estaba más que equivocada.

Al día siguiente cuando llegué a la universidad, me sentí rara, muy observada, incluso hasta acosada. Desde el primer segundo que llegue todo aquel, hombre, mujer, o lo que fuera se acercaba a mí, y me decían, «Eres muy linda», «Te ves espectacular», «¿Quieres ser mi novia?», «Qué rico hueles, hermosa»; yo espantada comencé a correr para alejarme de todos, pero a cada paso que daba, siempre había alguien que se me acercaba.

«Eres la mujer de mi vida», «Eres perfecta»; escuchaba que gritaban a mi paso. Yo no sabía que era lo que pasaba,; corrí desesperada al baño, el lugar donde me escondía cada vez que me quería aislar de algo o alguien.

En eso, entre mis sollozos, alguien toca la puerta; yo no quiero responder, tengo miedo. En eso escucho la voz de Sara. Se que ella me explicará que es lo que está pasando allá afuera. Sin dudarlo abro la puerta y en cuanto la abro ella se acerca a mí, me dice «Tranquila nena, ya pasó todo, ahora estás a salvo, nada ni nadie te lastimara» y se acerca a mi en un abrazó cuando siento que es más que un abrazo de amigas que es algo más; trato de separarme un poco ella, pero toma mi rostro y me da un beso en los labios.

Yo desesperada, me suelto de su agarre «tranquila, nada te pasara; yo te amo, eres el amor de mi vida y...»; no deje que terminara y salí corriendo de ahí, solo en mi casa estaría segura. Cuando iba manejando recordé lo que había pasado la tarde anterior. Cuando mi madre me sorprendió haciendo el hechizo yo derrame un poco de la esencia sobre mi. «claro es eso», pensé. No había otra explicación.

Como no sabía que hacer di vueltas en el auto durante horas por la ciudad. Ya más tranquila llegué a casa, pensando que hacer para contrarrestar esta situación.

Pensando como hacerlo, me dediqué toda la tarde. Ya en la noche me habló Paolo; el único chico del que estoy enamorada desde el quinto grado; es tan guapo, tan gentil, tan caballeroso. Era un sueño echo realidad. Así que cuando me dijo que era urgente que me viera. Sin pensarlo le dije que lo esperaba en mi casa una hora después.

Total, con el resultado que había tenido con los demás durante el día de hoy; esperaba lo mismo de él. Caería rendido a mis pies, me pediría que fuéramos novios, seríamos felices y algún día nos casaríamos. Un poco de ayuda con él no estaría nada mal. Ya que durante todos estos años yo había sido invisible ante él. Así que quizá hoy me dé mi primer beso. Eso me emociona mucho.

Me arregló lo más que puedo, quiero ser irresistible para él. Cuando llega me alegro que mi madre aún no llegara. Le abro la puerta y me ve como siempre; no entiendo que es lo que pasa, me acerco más a él, y nada. Le pido que me disculpe un momento y subo a mi habitación me pongo un poco de la esencia quizá su efecto ya terminó; una vez que bajo con un fuerte aroma de lavanda; él hace cara de asco. Creo que el olor es un poco fuerte.

A pesar de todo yo me acercó hacía él, para ver si ahora funcionaba. Y no pasaba nada. Yo no sabía lo que pasaba. Nos quedamos en silencio varios minutos hasta que el rompió el silencio.

«Dess, vaya, no se por donde empezar, creo que nunca te lo demostré, pero me encantabas, siempre me habías gustado; pero hace rato me di cuenta que estaba enamorado de un imposible. Te vi en la mañana correr con miedo hacía el baño, fui detrás tuyo, y cuando entré al baño... yo... no podía creer lo que estaba viendo. Sabía que Sara y tú eran buenas amigas desde el kinder sino me equivoco, pero nunca... imaginé que tú y ella fueran... pareja. Las vi besándose. De ahí tomé la decisión que no quiero salir más lastimado de lo que estoy; así que me alejaré definitivamente, no pienso acercarme a ti nunca, ni hablarte. Por años alimenté una esperanza... un sueño... y ya no quiero perder más el tiempo. Quizá si hubiera sido más valiente otra sería la historia, pero, ahora comprendo que su amor es fuerte y verdadero. Les deseo lo mejor».

Yo me quedé muda, no sabía que decir. Solo vi como salia de la casa el amor de mi vida, y que jamás lo volvería a ver.

Llorando subí a la habitación. Por querer conseguir mi bienestar a través de la magia tanto para mi, como para la gente que quiero. He perdido a lo único que realmente amaba.

Buscando en internet de cómo parar el efecto del hechizo encontré una pagina y lo que decía ahí, era más que la verdad.

La verdadera magia, no se crea, esa se encuentra en el fondo de nuestro ser, de nuestra esencia. Está jamás será dañada ni cambiada. La única magia verdadera es la que existe en el amor. Lo demás son charlatanerías”.

Ahora me daba cuenta de ello. Él me amaba de verdad, por eso no se vió afectado por el hechizo.

Sonó el teléfono y contesté «Nena, te amo...» escuchaba la voz de Sara al otro lado del auricular.





Fin.

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