¿Verdad o Reto?
Todo comenzó hace casi un mes; y cada vez que lo recuerdo me da risa, pero es una risa de nervios, una risa que no puedo controlar, una sonrisa que me acompaña a cada momento, a cada instante.
Lo bueno es que es casi como un secreto de estado; es decir nadie sabe como fue; sólo él y yo. Aunque no creo que él sepa bien que fue lo que sucedió.
Se que es raro que no estuviera él 100% enterado; pero al final se que lo gustó y le gusto mucho. Lo sé porque vi su sonrisa, una sonrisa amplia. Sé que también buscaba mi mirada; yo la ocultaba no lo dejaba que me viera, me moría de la vergüenza. Pero lo importante es que pude hacerlo. Que me atreví.
Cómo decía eso empezó hace casi un mes; veintidós días para ser exactos. Y desde esa vez lo he hecho muchas veces más y lo seguiré haciendo cada vez que pueda.
Me encontraba en casa de Less juntó a mis mejores amigas, en una pijamada; eramos ocho contándome; sus papás se estaban volviendo locos con el escandalo que teníamos. Aunque ya deberían de estar acostumbrados. Esto lo hacemos cada año..
Entre que bailábamos, cantábamos, reímos a carcajadas; eso parecía un manicomio. Estábamos felices todas.
La fiesta se hizo para festejar el cumpleaños de Less. A ella nunca le ha gustado celebrar a lo grande; sólo quería estar con sus mejores amigas, comida, música. Y claro el pastel no podía faltar. Es lo único que pedía siempre.
Todo iba bien hasta que Fel, en sus locas ideas se le ocurrió algo.
—¿Qué les parece que para hacer más emocionante la noche jugamos verdad o reto? —dijo ella en una voz desafiante.
—¿Verdad o reto? —pregunta temerosa Less.
—Yo me apunto —dije con entusiasmo sin saber que me esperaba.
—Yo también —dice Glo.
—Vamos no sean cobardes —decía con voz de burla —¿Que les puede pasar? —pregunta —Quizá así se atreverán a confesar sus secretos o alguna fantasía se les haga realidad ¿no lo creen? Además esto quedara sólo entre nosotras. Nadie se tiene que enterar —termino diciendo Fel.
La verdad es que no se que tiene Fel en sus palabras que nos convenció a todas. En cuestión de minutos ya todas habíamos confesado quién nos gustaba; con quién queríamos hacerlo; cual era nuestro sueño más recurrente; que nos gustaría operarnos y cosas así.
Era divertido enterarme que pensamos todas más o menos igual y que al final nuestros sueños son muy parecidos. Quizá por eso nos llevamos también. A pesar de que eramos un grupo grande. Nunca habíamos tenido algún problema fuerte. Siempre encontrábamos salir bien libradas. Y con eso nuestra amistad se mantenía intacta.
—¡Pero vaya en verdad son bien fresas!; ustedes siete solo han pedido verdad —decía Fel —soy la única que he pedidos retos ¿A que le tienen miedo? No pasa nada. ¿Quién se anima?
—Mmmh Yo lo haría pero, ya se que se van a pasar, así que mejor no —dejo Less.
—¡Ok! —sí prometen que no será muy fuerte yo lo hago —dije firmemente.
—Vale, aunque no es mi turno ya se cual puede ser tu reto ideal —dijo Glo.
—Pero que valga la pena —decía Fel con una sonrisa en los labios.
—Verás que si —contesta Glo.
—Si es lo que pienso sobre... Olvídalo no lo haré —trataba de decir, para defenderme, incluso antes de saber cual era el reto.
—¡Vamos! No seas así —me decía con un puchero en la cara —Si te ibas a echar para atrás antes de saber de que se trataba, mejor no te hubieras ofrecido —decía con cara de reproche —Si te vas a...
—Vale, vale —contesté —haré todo lo posible por cumplirlo —digo resignada.
—Bueno tu reto consiste qué a Diego tú le hagas...
Escuchaba atentamente lo que me decía. Pero...
—¿Estás loca? —contesté cuando termino de explicármelo.
—No es tan difícil. —me decía Fel —Sólo te tienes que dejar llevar, verás que al final hasta te va a gustar. Y querrás repetirlo más veces.
—Pero... ¿Cuantos días tengo para hacerlo? —pregunté
—Cinco días —contesta Fel —tiempo suficiente para que te prepares. Además no vayas hacer trampa. Queremos ver pruebas que en verdad lo hiciste.
La noche llegaba a su fin. Cuando nos dimos cuenta que eran casi las cuatro de la mañana comprendimos porqué nos estábamos muriendo de sueño. Un poco apretadas nos acomodos en el sillón, en la cama y en unos sacos de dormir colocados en el piso.
Casi todas se quedaron dormidas inmediatamente. Yo por más que lo deseaba no podía. Estaba más que preocupada como cumplir mi reto, tenía sólo cinco días... cinco días. Estaba preocupada... no sabía si podría hacerlo...
No supe en que momento me quede dormida. Lo único que recuerdo es que cerca de las seis me levante de un brinco de la cama y desperté a todas.
—Pero que demon... —dijo Fel de mal humor.
—¿Qué pasa? —pregunta asustada Glo.
—Sorry chicas no... —trataba de disculparme —No era mi intención despertarlas así; tuve un mal sueño, eso fue todo.
—Hay que dormir otro rato —dijo Less al ver la hora —todavía es muy temprano.
Todas se acostaron y se acomodaron nuevamente. Yo la verdad a parte de no querer repetir la pesadilla; tenía muchas cosas que hacer, tenía que planearlo desde ahora, si quiero que salga perfecto será mejor pensar desde ahora como voy a hacer todo.
Así que me voy al escritorio busco una pluma y un papel donde escribir. Pero mi pesadilla viene a mi cabeza una y otra vez. En verdad no quiero que pase así; tiene que ser un momento mágico. Trato de concentrarme como empezar todo.
La primera idea viene a mi mente y comienzo a escribir.
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Han pasado ya cuatros días desde la fiesta y esta noche; solo dentro de unas horas he de cumplir mi reto. Ya lo tengo todo listo. Ya todo esté perfectamente calculado.
Como el tiempo no se detiene. Entro a la ducha. Salgo más nerviosa. Cada vez estoy más nerviosa. Busco en el armario ropa sexy pero a la vez cómoda. No me quiero sentir más incómoda de lo que ya esto.
Me maquillo un poco. La verdad es que no acostumbro hacerlo; pero la ocasión lo amerita. Utilizó un poco de perfume. Voy al espejo sólo para comprobar que me veo bien.
Una vez que compruebo que estoy decente busco mi bolso y salgo de mi habitación. Comienzo a bajar las escaleras. Pero a medio camino decido comprobar que traigo todo.
—¿Cómo puede ser posible? —grito al comprobar que lo más importante no lo llevo.
Subo corriendo a mi habitación, busco en el escritorio, y no lo veo. Como no quería que en casa se dieran cuenta de lo que estaba planeando lo escondí. Busco y busco y no está. Me comienzo a desesperar.
—¡¿Dónde lo puse?! —buscaba desesperadamente.
Después de varios minutos encontré el paquete. Es tan pequeño que nadie no lo podría encontrar. Le meto en mi bolso para que no vean lo que llevo.
Bajo por fin de mi habitación y ahí están mis padres viendo la televisión.
—¿Vas a salir nena? —pregunta mi madre.
—Si. Voy a ver a m-mis a-amigas —contesto nerviosa —regresó más tarde.
—¿Pues a dónde van a ir? —pregunta mi padre —Vas muy guapa ¿Con tus amigas o algún chico?
—Pa, c-con mis amigas —contesto, me siento acorralada —Vamos a dar una v-vuelta. Hoy me dieron ganas de ponerme linda, de arreglarme un poco. Siempre dicen ustedes que debería arreglarme más ¿no? —pregunto titubeante.
—Te ves bien nena, —me dice mi madre —No regreses tarde.
Salgo de la casa casi corriendo antes de que empezaran a bombardearme con más preguntas.
—Si sigo el plan cómo lo tengo planeado, saldrá todo perfecto —pienso mientras me dirijo a su casa.
Después de caminar unas cuadras, ya que no vive tan lejos. Llego al número dieciocho de la calle amapola. Camino decisivamente a la entrada. Llego a la puerta y tocó el timbre dos veces.
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Un par de horas después ya estoy en casa. Nerviosa. Pero feliz. Nunca creí que fuera capaz de hacerlo. Jamás imagine que me sentiría así.
Ya en mi habitación, tomó el teléfono y le marco a Fel.
—Fel, lo hice —dije antes de que dijera algo.
—¿En serio? —dice sorprendida —¿cómo fue? ¿cómo te sentiste? —preguntaba sin esperar las respuestas.
—Ponte de acuerdo con las chicas y mañana les cuento todo.
—Y tienes pruebas de...
—Claro mañana se las enseño —le contesté con alegría en la voz.
Colgamos y me preparé para dormir. Con una sonrisa en los labios.
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—¿Cuenta? —me decían todas todas cuando me vieron llegar.
—Con detalles —decía Glo.
—Bueno es que no hay mucho que contar —les contesté —fue muy rápido.
—¿Y la prueba? —exigió Fel.
Les entregue una foto de él.
—Y bien ¿Cómo fue? —pregunto desesperada.
—Bueno —contesto sentándome en la orilla de la cama —Ayer por la noche me aliste, me puse lo más guapa que puede, me tenía que ver presentable. Me maquille un poco, y decidí ponerme la mini con botas y una chamarra. Camine a su casa a paso lento. Los nervios me mataban. Una vez que llegue a su casa toque el timbre una vez y nadie respondió —les contaba —toque por segunda ocasión.
—¿Y? —preguntaron todas al mismo tiempo.
—Salió a abrir la puerta. Cuando me vio se sorprendió mucho. —seguía contándoles —sin pensarlo dos veces le entre el sobre y salí corriendo de ahí. No muy lejos ya que quería ver su expresión. Me escondí detrás de un árbol de la casa de sus vecinos. Vi que me buscaba con la mirada; al no encontrarme. Abrió lentamente el sobre. Saco su interior y comenzó a leer. Minutos más tarde termino. Él sonreía. Guardo la carta en el sobre y me buscaba con la mirada lo sé. —seguía mi relato. —Ahí es dónde aproveche para sacarle la foto. Dónde está sonriendo. Dónde sé que le gusto.
—Y la carta ¿Qué decía? —pregunta Glo.
Busco en mi bolso y les entrego un sobre. Lo abren y sacan la carta.
“ Diego
¡¡Hola!! se que te sorprenderá un poco mi visita.
Pero se que te sorprenderá más que te haya entregado está carta.
Y se que te sorprenderá porque en realidad no me conoces.
Pero aun así; te quiero decir que:
¡¡¡Me gustas mucho!!!
Desde el primer momento en que..”
Mis amigas leían detenidamente la carta. Una vez que la terminaron de leer la guardaron en el sobre y me la regresaron.
—¿Ves, cómo tenía razón? —me dice Fel — ¿Fue difícil? —me pregunto
—La verdad es que no —conteste.
—¿Y vas a seguir escribiéndole cartas? —preguntó Glo.
—Claro —respondí con una sonrisa —siempre que pueda lo haré —conteste orgullosa.
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