lunes, 25 de octubre de 2010

Fiesta de Disfraces by Felin



Fiesta de Disfraces


Por : Felin28




En el bosque.


Corría con desesperación. Ellos vienen detrás mío. Los escucho a unos pasos de mí. Escucho el crujir de las ramas.

Maldita lo hora que decidí ponerme este disfraz. Los zapatos de tacón no me ayudan a correr. Pero aun así hago el intento; los tacones se entierran en el lodo que hay. Unas horas antes llovía a cántaros, ahora sólo es una pequeña llovizna; pero aún así el piso está muy resbaloso. Piso una raíz saliente de un árbol y caigo al suelo.

Me trató de levantar; me duele mucho el tobillo derecho, con mucha dificultad me pongo de pie y continuo mi huida. Me he quitado los tacones, ya que cuando caí, se rompió uno. Aunque es más fácil correr descalza, siento como se me entierran, las ramas y piedras que hay en el camino.

Escucho silencio; sin detenerme me volteo, creo que los he perdido en el camino. En eso siento cómo algo me corta el muslo izquierdo; es una cortada grade. El dolor hace que pierda el equilibrio y ruedo colina abajo. No se cuantos metros son lo que he rodado en picada. Mi caída se ha detenido, casi en el fondo, a la mitad del camino. Hay una enorme roca. Me cara se estrella en ella. Alcanzó meter las manos, por eso el golpe no fue tan fuerte.

Cuando trato de levantarme, escucho el crujir de varias ramas al pisarse. Las escucho en todas direcciones. Antes de que pueda hacer algo siento un gran golpe en la cabeza y comienzo a ver todo obscuro.




Dos semanas antes.


Cuando regreso del colegio. Todos en casa están muy misteriosos. Desde hace días lo están. Pero tengo la impresión de que es porque voy a cumplir dieciocho años. Creo que me están preparando una gran sorpresa para celebrarlo.

Me reciben con alegría; cosa extraña en ellos, ya que normalmente son muy serios. Sin esperarlo mi madre se acerca con una sonrisa en los ojos y me entrega un sobre. Yo esperaba abrirlo en mi habitación a solas. Pero viendo las caras de expectación de mis dos hermanos y mis padres decido abrirla ahí.

Comencé a leer la carta. Venía de parte de la madre de mi padre; yo pensé que ella ya había fallecido; en mis casi dieciocho años nunca había oído hablar de ella en casa. Pero yo me imaginé que que era parte de la familia de mi padre por los apellidos. En sí la carta era una invitación a ir a su casa para celebrar noche de brujas. Algo que se me hizo raro. Ya que sin saber de si existencia, que nos invitara para una fiesta tan trivial, me llamó la atención. A lo mejor la abuela quiere celebrar mi cumpleaños. Ya que ese día cumplo los dieciocho.

Todos en casa estaban feliz por las noticias de la abuela. Era como si estuvieran esperando que esa invitación llegara un día.




Diez días después.


Hoy por la tarde llegamos a la casa de la abuela; y más que casa es cómo una mansión enorme; rodeada de un gran bosque. Cuando llegamos me pude dar cuenta que no sólo estaba ella esperándonos; había alrededor de diez familiares aguardando nuestra llegada.

La casa era enorme y como nos dijeron que podíamos andar sin ningún problema por todas partes. En cuanto me indicaron cual era mi habitación salí de ella dejando el equipaje en la maleta. El misterio que tendría una casa así era más grande que yo. Normalmente hubiera desempacado y después comenzaría tímidamente el recorrido. Pero había algo que me llamaba; era cómo si la casa esperara que la recorriera, que dejara mi esencia por cada pasillo, por cada habitación que recorriera.

Cada vez que recorría un pasillo o abría una puerta descubría un mundo diferente. Algo mágico había ahí. Cuando me encontraba en el tercer piso, estaba por abrir una puerta cuando sentí que alguien estaba detrás mío.

Cuando volteo veo a mi abuela observándome detenidamente, pero no estaba sola, estaba acompañada por dos de sus hermanas. Aunque se supone que deberían de verse mayores. Las tres se ven unos cuantos años más grandes que mi madre. Me disculpé con ellas y me fui a mi habitación a descansar un poco.

Lo que fue ese día y los días siguientes, llegaron más familiares. Cuando me presentaban me veían con gran interés. Con mucha expectación. Yo no entendía nada.




Una noche antes.


Estaba a punto de acostarme cuando tocaron la puerta. Antes de que preguntara quién era. Mi madre y mi abuela entraron a la habitación, cerraron la puerta con seguro y se fueron directo a la cama.

Mi abuela llevaba una taza en la mano y me entregó. Y me incitó a que bebiera de ella; cuando le iba a dar el primer sorbo, me dio un olor a hierbas, el cual no me gustó. Retiré la taza de mi cara; pero como vi que se me quedaban viendo, sin más remedio le di uno, dos tragos, hasta que me la termine. Ellas satisfechas me observaron. Entonces tomaron asiento una a cada lado mío.

Sin preámbulos ni nada, comenzaron a hacerme un sinnúmero de preguntas; ya al principio dude en contestar. Pero viendo que ellas no desistirían y no se retirarían de ahí. Los tuve que contar mi vida amorosa y hasta donde había llegado con cada uno. Cuando se enteraron que aún era pura; sin decir nada se levantaron y salieron de la habitación.

Yo quise dormir. Pero cómo pocas noches no pude. Tuve insomnio. Por más intentos que hice sencillamente no pude conciliar el sueño. Me comenzó a dar cuando ya estaba amaneciendo. Y cuando me disponía a dormir; entró mi madre y me dijo que me apurara que me estaban esperando abajo en el jardín que me teníamos mucho que hacer antes de que obscureciera.




Esa noche.


La verdad es que estoy muerta de cansancio. Me trajeron arriba y abajo poniendo cosas para la celebración. La verdad es que los adornos no se parecen en nada a los que se utilizan en las fiestas de cumpleaños o en festividades como estás. Más bien era obscura, eso sí, con muchas velas en todas partes. Y algunos sillones rojos alrededor de una gran mesa de piedra.

Dijeron que los alimentos y botanas las pondrían más tarde. Que era hora que nos fuéramos a cambiar. Lo que me llamó la atención es que nadie me había felicitado en todo el día.

Cuando mi madre me dijo que era una fiesta de disfraces. Yo me quedo muda. No podía creer que pensaran que aparte de que iba a celebrar mi cumpleaños con pura familia a la cual a mucha no la conozco; en vez de celebrarlo con mis amigos no podía ni imaginar cual podría ser un disfraz menos ridículo.

Así que cuando hice la maleta. Guarde un vestido corto rojo sin tirantes, en una especie de corset con un poco de volado en la parte de abajo; ya nada más conseguí una diadema con cuernos y una medias de red negras, lo utilizaría con unos zapatos negros que combinaban con los detalles del vestido. Sí me iría a disfrazar sería con un toque sexy. Quizá no habría a nadie quien presumirselo, pero así no me sentiría mal y ridícula en mi cumpleaños. Por primera vez en mucho tiempo me iba a vestir para mí misma y no para los demás.

Cuando estuve lista decidí bajar. Aunque me habían dicho que no lo hiciera hasta que me avisaran, que lo hiciera. Pero la verdad es que moría de ganas por ver como se habían disfrazado todos.

Comencé a bajar las escaleras y me llamó la atención de que ya había visto a tres personas, no se quiénes podrían ser; ya que estaban vestidos con una túnica larga negra con capucha que les cubría el rostro. Seguí el camino y encontré a más, pero en lugar de negra era roja su vestimenta. Nadie se había percatado de mi presencia cuando llegué a la entrada del salón principal.

Cuando pude escuchar lo que hablaban; escuché que mi padre estaba discutiendo que si era necesario. Que él no estaba de acuerdo con eso. A lo cual su madre le contestaba algo. Al principio no entendía lo que ella le decía. Me estaba acercando poco a poco sin hacer ruido cuando escuché que tenía que morir, que ese era mi destino. Yo me quedé paralizada ahí. Cuando reaccione di media vuelta y salí corriendo de ahí. En cuanto escucharon el ruido de mis pisadas todos se giraron y comenzaron a gritar que me detuvieran que no me dejaran salir de la casa.

Como pude logre salir de ahí y me dirigí al bosque lo más pronto posible. Esa era la única salida, mi única posibilidad de llegar al pueblo más cercano. Corrí lo más rápido que pude. Tropecé dos veces y después sentí que alguien o algo me había golpeado en la cabeza.

Cuando desperté estaba en el salón principal, acostada en la mesa de piedra, amarrada de pies y manos. Todos estaban alrededor mio. Ellos rezaban algo en algún idioma que no entendía. Yo comencé a llorar y a suplicarles que no me gustaba su broma que me soltaran. Nadie me hacía caso. Continuaban con sus cánticos.

Se acercó mi madre y mi abuela y cada una me dieron un corte profundo en las muñecas. Yo comencé a sangrar y ellas en copas recolectaban la sangre una vez que las llenaron depositaron el contenido en un caldero que humeaba en una esquina del salón. Me vendaron las heridas y me soltaron. Yo me sentía débil, casi no me podía mantener en pie; había perdido mucha sangre. Mi padre me cargo y comenzamos a salir en dirección del bosque.

Le decían que se apurara que ya iba a ser medianoche y que tenían que acabar conmigo antes de el tiempo se terminara. Yo en susurros le decía a mi padre que me ayudara, que no dejara que me hicieran daño. Él con ojos llorosos no me volteaba a ver, no me respondía nada.

Por fin llegamos después de caminar varios minutos adentrándonos en el bosque. Se detuvieron aun lado de una capilla. Había nuevamente una mesa de piedra ahí. Mi padre me recostó en la mesa

Se acercó mi madre junto a mi abuela. Comenzaron a cantar y recitar en otro idioma. Pude ver cómo mi madre levantaba una daga encima de su cabeza; la sostenía con ambas manos. Yo lloraba y le suplicaba que no me hiciera daño; ella no respondía estaba como en trance.

En eso terminaron de cantar y ella con un golpe seco sentí como enterró profundamente la daga en mi pecho. Sentí un gran dolor. Sentía como perdía la vida lentamente. Escuchaba como reían todos alrededor.

Alguien me empujo hacía el suelo; yo caí en un hoyo que había en la tierra. Una tumba, que habían hecho. Respiraba con dificultad y todos se acercaron a la orilla y continuaban riendo y comenzaron a lanzarme piedras y tierra. Sólo podía ver como a la gente que amé me estaban enterrando viva.

Lo último que pude ver es el rodar de las lágrimas de mi padre que era el único que no reía.




Fin

2 comentarios:

  1. Hola felin!
    Hor recien lei la historia
    me gusto mucho era una especie
    de secta??
    La verdad me gusto mucho,
    tienes que seguir escribiendo =D
    Besos!

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  2. Graxx Alexa!!

    Pues si lo quise manejar como una secta de brujas en un ritual con una virgen!!

    Y cual te gusto más???

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